Marta Carazo: «No soñaba con ser presentadora de televisión ni del ''Telediario''»

j. moreno MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

RTVE

La periodista conduce el informativo de TVE tras la marcha a Telecinco de Carlos Franganillo, con quien ahora compite

07 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En apenas unos días, la periodista Marta Carazo (Madrid, 1973) tuvo que dar un giro profesional y personal a su vida para regresar a Torrespaña como presentadora de la segunda edición del Telediario. Tras la marcha de Carlos Franganillo a Telecinco, TVE confió en la profesionalidad de la que era su corresponsal en Bruselas para capitanear el informativo de la noche. El cambio fue imprevisto, pero ella acabó aceptándolo. La comunicadora ya conocía bien el engranaje y la filosofía de los servicios informativos de la corporación pública, grupo al que lleva ligado desde 1999, donde inició su trayectoria primero como presentadora del Canal 24 Horas y después en otras áreas.

—¿Qué le dijeron cuando la llamaron para ofrecerle el «Telediario»?

—Han pasado tantas cosas, ha sido tan intenso todo que no sé... Me dijeron: «¿Sabes que se ha ido Carlos Franganillo?» Y yo dije: «Sí, claro». Fue una conversación larga en la que me contaron que habían pensado en mí para sustituirle, por ser alguien de la casa, tener una larga trayectoria y la visibilidad que tenía en Bruselas. Les gustaba mi forma de contar las cosas y de trabajar.

—¿Le costó aceptar?

—Me ha costado porque esto es una apuesta arriesgada y hay que querer asumirla. No soñaba con ser presentadora de televisión ni presentar el informativo más importante del país. No lo esperaba, y yo estaba muy bien en Bruselas, también personalmente porque tengo allí a la familia. Es una corresponsalía muy complicada y, tras tres años, ya estaba como pez en el agua. No ha sido una decisión fácil, la he pensado bien y al final la balanza se ha inclinado.

—¿Qué pensó cuando Carlos Franganillo se fue a Telecinco? ¿Qué le ha dicho él cuando supo que usted iba a sustituirle en TVE?

—Le dije: «Joé, macho» [risas]. Me quedé sorprendida, como todo el mundo, pero soy amiga de Carlos y al día siguiente hablamos por teléfono. Le respeto profundamente. Es, además de buena persona, un gran profesional. Cuando te llegan las ofertas y oportunidades, pues me parece respetable que cada uno siga su camino. Él, como yo, hemos tenido la suerte de tener a TVE como escuela, que para mí es la mejor. Hablé con él antes de tomar la decisión de venirme y estaba encantado de que el Telediario cayera en mis manos. Le deseo toda la suerte del mundo para él y para mí. Somos muy amigos y seguiremos siéndolo.

—¿Cómo lleva ahora que su amigo sea rival en la competencia?

—A lo mejor hacemos un chascarrillo [risas]. He tenido la gran suerte de que en TVE no me he tenido que medir nunca por las audiencias. No he sido una persona de estar muy pendiente de ellas. La gran suerte de trabajar en la televisión pública es que tienes que trabajar para hacer el mejor producto posible. Sé que hay que mirar las audiencias, pero tenemos el lujo de hacer cosas que otras teles no se pueden permitir. Aunque tengamos menos éxito, tenemos que seguir haciéndolo. La audiencia será la que sea, pero para mí no es una competición. Carlos tendrá su reto, yo el mío y seguiremos siendo amigos.

—¿En qué situación ve a RTVE?

—RTVE ha sabido salir de las situaciones en las que se ha visto envuelta, a veces justificadas y otras no. Llevo 25 años y he vivido de todo. En la corporación hay profesionales buenísimos que siempre salvan el barco. Hay que trabajar e intentar ser lo más equilibrado posible. Nos debemos al espectador.

—Los focos siempre están puesto en los informativos de TVE, especialmente desde los partidos políticos. ¿Le asusta?

—Me da responsabilidad, más que miedo. Llevo muchos años en TVE y he vivido todas las etapas: algunas mejores, otras peores y horribles. La calidad de los informativos y el buen trabajo han estado siempre ligados al profesional que estuviera al frente, independientemente de que fuera de un lado o del otro. Sé que estamos bajo el escrutinio, y así debe ser porque somos la tele pública, pero espero poder mantenerme en el centro, que es lo que creo que tenemos que hacer porque yo he sido así siempre. Soy consciente de que habrá momentos con críticas a TVE y saldrá mi cara, pero es inevitable. No le quiero dar más importancia de la que tiene.

—¿Cómo le va a cambiar la vida al dejar Bruselas por Madrid?

—Mi familia se queda en Bruselas. Tengo tres hijos, uno está en Madrid pero dos están en Bruselas y no les puedo romper el curso escolar. Iré y volveré todo lo que pueda, ya en verano nos moveremos todos. Al final sabía que algún día regresaría a Torrespaña porque las corresponsalías de TVE tienen un tiempo máximo y no te puedes plantear quedarte a vivir allí.

—¿Echa de menos los Consejos Europeos maratonianos de Bruselas?

—En Bruselas se trabaja muchísimo, y aquí sé que voy a vivir mejor. Trabajaba catorce horas al día pero siempre con un ambiente increíble entre todos los corresponsales españoles. Lo pasamos bien en los Consejos Europeos dentro del agotamiento. Es todo muy intenso y a mí, que soy una persona muy emocional, eso me gusta.