Marisol Soengas: «Me parecía importante decir que tengo cáncer, no por mí, sino por los pacientes»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Marisol Soengas presentó el congreso del 40.º aniversario de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica), que se celebrará en noviembre en A Coruña.
Marisol Soengas presentó el congreso del 40.º aniversario de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica), que se celebrará en noviembre en A Coruña. CÉSAR QUIAN

La investigadora gallega, referente mundial en melanoma, ha empezado a recibir tratamiento para su tumor de mama

14 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Abrumada y emocionada por la multitud de apoyos recibidos después de haber anunciado que tiene un cáncer de mama, Marisol Soengas (Agolada-Pontevedra, 1968) afronta la enfermedad con mucha fuerza. «Estoy ya en tratamiento y con energía», confiesa. Lo hace con la misma voluntad y determinación con la que ha afrontado toda su carrera profesional, que la ha llevado a convertirse en un referente mundial en investigación contra el melanoma. Pero en su nueva lucha cuenta con un importante aliado: la ciencia. La misma ciencia que ha contribuido a desarrollar como jefa del grupo de melanoma en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y que impulsa como presidenta de la Asociación Española de Investigación contra el Cáncer (Aseica).

La palabra derrota no forma parte de su diccionario vital. Y si ha fracasado ha vuelto a levantarse movida por un entusiasmo contagioso que ha inspirado a todos sus colaboradores. Es la sonrisa de la lucha contra el cáncer y se aferra a ella, aunque admite que cuando recibió el diagnóstico fue una sorpresa.

«La verdad es que ha ocurrido todo muy rápido», admite Soengas, premio Fernández Latorre y miembro de la Real Academia Galega de Ciencias, que sigue trabajando en su laboratorio en el CNIO y gestionando proyectos de la asociación Aseica.

Cuando decidió dar a conocer su enfermedad lo hizo pensando en los pacientes, en aquellas personas que ocultan su enfermedad como si fuera un estigma cuando no lo es. Al igual que ha hecho con sus pupilos, también le gustaría servir de inspiración para todos aquellos que luchan contra el cáncer.

«Me parecía —confiesa— que era importante decir que tengo un cáncer. No por mi, sino por las muchas mujeres que lo tienen y por los pacientes en general que no lo cuentan porque tienen miedo. A lo mejor a perder el trabajo o, en general, a lo que es la enfermedad». «Y yo lo que quiero es pelear por pacientes», asegura con la convicción que la acompaña.

Un mensaje similar lo expresó en su red social cuando escribió para agradecer los mensajes de ánimo recibidos. «Estoy profundamente emocionada y con más energía todavía para afrontar el tratamiento. Por y para todas las personas con cáncer».

Los apoyos llegaron tanto de la comunidad investigadora, nacional e internacional, como de las sociedades científicas y de los propios ciudadanos particulares.

«Hay algunas personas que conocemos en la vida que son verdaderamente una fuerza de la naturaleza. Marisol Soengas es una de ellas. Siempre has sido una inspiración para mí y para muchos, ahora aún más», escribió Johanna Joyce, profesora de la Universidad de Lausana (Suiza) y miembro del Instituto Ludwig de Investigación Internacional contra el Cáncer. «Admirable Marisol. Una referencia para todos», destacó el cardiólogo José Ramón González Juanatey.

La solidaridad llegó también de personas anónimas como Rafael López. «Somos muchos los que, aunque no te conozcamos personalmente, te admiramos por tu labor de investigación contra el cáncer». O como Nacho Louro: «La ciencia, la humanidad te necesita. Todo mi reconocimiento y fuerza en estos difíciles momentos. No estás sola».

Estas son solo una mínima parte de las muestras de afecto recibidas, a las que también se sumó Aseica, la asociación que preside. «Con profundo respeto y admiración compartimos el mensaje de nuestra presidenta Marisol Soengas @msmelanoma En este momento, queremos rodearla de cariño y apoyo incondicional. Juntos somos más fuertes».