Las células puñal, la inmunoterapia revolucionaria para tratar el cáncer

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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El CNIO prueba que es más eficaz contra el mieloma que las CAR-T

15 feb 2024 . Actualizado a las 18:37 h.

La lucha contra el cáncer cuenta con un nuevo y poderoso aliado: las células puñal o STab, por sus siglas en inglés. En un tratamiento contra el mieloma probado en laboratorio y en animales de experimentación han demostrado una eficacia superior, y con menos efectos secundarios, que la terapia más innovadora que existe en la actualidad, las CAR-T.

El trabajo, coordinado por el investigador del CNIO Luis Álvarez-Vallina y en el que han colaborado el instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, el Hospital Clínic de Barcelona y las universidades de Salamanca y Complutense de Madrid, se ha publicado en la revista científica Science Traslational Medicine. Pero el objetivo de sus promotores es reunir fondos para iniciar en dos años los ensayos clínicos en humanos con el objetivo de que el nuevo tratamiento llegue cuanto antes a los pacientes.

 La estrategia que se ha seguido es similar a las CAR-T, pero más evolucionada. En la táctica convencional al paciente se le extrae su sangre para seleccionar a los linfocitos T, los soldados de nuestro sistema inmune. A estas células se las manipula genéticamente para incorporar un receptor quimérico que se une a un antígeno específico que expresan las células tumorales. Así las reconocen y las aniquilan. Sería algo así como transformar a un soldado raso en un Rambo. Pues con las células puñal lo que se consigue es convertir a los reclutas en supermanes. Y, lo que es más importante, estos superhéroes buscan aliados en otras células T próximas al tumor, que no han sido tratadas en laboratorio, para que también las ataquen. De este modo se amplifica el efecto terapéutico.

¿Cómo se consigue? Si las terapias CAR-T reconocen a un solo antígeno para atacar directamente al tumor, las células puñal secretan un anticuerpo bioespecífico, que actúa a la vez sobre dos antígenos, las dianas hacia las que dirigir el objetivo terapéutico. «Tienen dos líneas de reconocimiento. Se unen al tumor y a los linfocitos T. Así tienden como una especie de puente artificial que reconoce a los demás linfocitos T que están en el entorno del tumor y que se activan solo si lo reconocen».

Este proceso no solo supone una importante ventaja terapéutica, sino que también podrá significar un importante ahorro económico. Las terapias CAR-T comerciales cuestan en torno a 300.000 euros por paciente y las académicas —las que se crean en los laboratorios de investigación— unos 90.000 euros. Son muy caras porque al paciente se le vuelven a transfundir millones de linfocitos T extraídos de su propia sangre, pero entrenados para hacerlos más fuertes y atacar al cáncer de forma selectiva. Con el nuevo procedimiento serían necesarias muchas menos células, con lo que los costes de producción se reducen. Y también beneficiará a los pacientes más debilitados con células inmunes más deficitarias.

Otra aportación no menos importante es que se ha observado que las células STAb-T generan memoria inmunológica, lo que significa que si las células cancerígenas reaparecen volverán a ser reconocidas y atacadas.

«Esto es muy importante —explica Álvarez-Vallina— porque sabemos que la persistencia de las células CAR-T en el organismo, es decir, la memoria inmunológica, se relaciona con la amplitud del efecto antitumoral y, por lo tanto, con un mejor control de la enfermedad. Que hayamos demostrado que en la inmunoterapia STAb-T también se generan células de memoria probablemente está indicando que podríamos tener un control a largo plazo de la enfermedad en los pacientes tratados».

«Buscamos financiación para un ensayo clínico en humanos»

  

«Nuestro objetivo es poder llegar a un ensayo clínico en fase I en humanos en el plazo de dos años, para lo que ya estamos haciendo las gestiones y buscando financiación así como una red de hospitales que colaboren», explica Luis Álvarez-Valiña, jefe de la unidad de Investigación Clínica en Inmunoterapia del Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). El Hospital Universitario 12 de octubre de Madrid ha sido el primero en sumarse a la convocatoria.

La nueva inmunoterapia ha sido probada hasta el momento con éxito en animales de experimentación frente al mieloma múltiple, el segundo cáncer hematológico más común en adultos, solo por detrás de los linfomas. «El efecto frente a las células malignas parece muy potente en cultivos celulares y en ratones inmunodeficientes injertados con células humanas de mieloma múltiple», destaca sobre el trabajo Ignacio Melero, catedrático de Inmunología de la Universidad de Navarra.

«En los últimos años estos cánceres se están empezando a tratar con inmunoterapia de células CAR-T —explica Álvarez-Valiña—, lo que ha supuesto una mejora sustancial respecto a las herramientas terapéuticas que existían antes. A pesar de ello, y aunque los pacientes sobreviven ahora más tiempo, se trata de una enfermedad en la que una proporción importante de pacientes recae, y son necesarios tratamientos para las recaídas».

El mismo equipo que ahora presenta esta tecnología contra el mieloma, desarrolló el pasado año el mismo procedimiento con células puñal para tratar a pacientes con leucemia linfoblástica aguda de células B. En este caso, los ensayos clínicos están a punto de comenzar en el Hospital Universitario 12 de octubre.