
Un equipo gallego de investigadores identifica un posible biomarcador que ayudaría a diagnosticar a quienes están experimentando esta condición
18 mar 2024 . Actualizado a las 18:20 h.Cuatro años después de la pandemia del SARS-CoV-2, el virus no solo permanece en circulación contenida contagiando a los más débiles y reinfectando silenciosamente a los que ya lo pasaron, sino también en el organismo de quienes no han conseguido deshacerse de él. Al menos dos millones de españoles arrastran covid persistente, un trastorno con múltiples y muy distintos síntomas de complejo diagnóstico. No hay prueba que lo confirme más allá que el descarte de otros males. La ciencia trabaja incansable para arrojar luz, para encontrar señales de alerta, para identificar patrones: saber por qué el patógeno se aferra a unos cuerpos y no a otros, y no los suelta. Y en estas, un grupo de investigadores gallegos ha identificado ciertos cambios en los lípidos sanguíneos de los pacientes con covid persistente. Bingo.
El estudio, liderado por la investigadora del Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares (CiQUS) Rebeca García Fandiño y que firma como autor principal Pablo F. Garrido, señala por tanto a las grasas que circulan a través de la corriente sanguínea como posibles biomarcadores del covid prolongado. Lo explica la propia Fandiño: «El SARS-CoV-2 causa estragos en nuestro cuerpo, no solo durante la infección activa; en ocasiones deja secuelas. Una de estas secuelas es la alteración de las membranas que protegen las células, compuestas mayoritariamente por lípidos [grasas]. Aunque el virus sea eliminado y no detectable por pruebas como la PCR, estas alteraciones en los lípidos pueden persistir, desencadenando una respuesta inmunológica inapropiada. Nuestro sistema inmune innato, diseñado para detectar y combatir patógenos, puede confundir estas células con membranas alteradas como amenazas, provocando una inflamación crónica. Y esta respuesta sostenida, aunque bienintencionada, puede resultar perjudicial, contribuyendo a los síntomas de lo que conocemos como covid persistente».
Lípidos alterados en sangre
El caso, explica la doctora en Química, es que si se pudiera identificar con precisión qué lípidos están alterados, se abriría la puerta a estrategias terapéuticas específicas. «Por un lado, podríamos desarrollar intervenciones que apunten directamente a restaurar la composición normal en las membranas celulares, reparando el daño y restableciendo la función celular —detalla—. Y, por otro lado, podríamos diseñar tratamientos que modulen la respuesta inmunológica, evitando que el cuerpo ataque sus propias células y, consecuentemente, reduciendo la inflamación crónica». Este enfoque, añade, facilitaría diagnósticos más precisos al identificar biomarcadores concretos de la enfermedad.
Aclara que el nivel de estos determinados lípidos no predice quién desarrollará covid persistente, sino que ayuda a diagnosticar a quienes ya están experimentando esta condición. «El diagnóstico temprano es crucial —subraya— ya que podría ayudar a los profesionales a implementar intervenciones oportunas y adecuadas, mejorando así el tratamiento y la calidad de vida de los pacientes con covid persistente».
Utilizando técnicas de lipidómica, los investigadores de la USC observaron un espectro de casi 400 lípidos polares distintos. A partir de ahí, recurrieron a técnicas avanzadas de minería de datos y aprendizaje automático para desarrollar modelos de clasificación precisos que distinguen entre pacientes sintomáticos y asintomáticos de covid persistente. El análisis reveló alteraciones específicas relacionadas con la inflamación y la respuesta inmunológica continua. Los resultados han sido publicados en el Journal of Infection and Public Health.