El cometa diablo pierde sus cuernos, pero todavía puede verse desde Galicia
SOCIEDAD
Con una superficie equivalente a la de A Coruña, no regresará hasta el 2095
31 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Diablo, cornudo, halcón milenario, madre de dragones... El cometa 12/Pons-Brooks ha recibido múltiples denominaciones desde que este gigante helado, de un tamaño de 34 kilómetros cuadrados, una superficie muy parecida al municipio de A Coruña, empezase a ser visible en el espacio coincidiendo con su fase de mayor aproximación al Sol. Un fenómeno que solo puede contemplarse cada 70 años, aproximadamente, un período similar al que registra el cometa Halley.
Su mayor acercamiento al Sol, el perihelio, se producirá el 21 de abril, lo que coincidirá también con la máxima intensidad de su brillo. Pero esto no significa que sea el mejor momento para contemplarlo. Más bien al contrario, ya que sobre esas fechas estará muy bajo en el horizonte y se confundirá con el crepúsculo. La oportunidad es ahora. «Hasta el 10 de abril aún podrá contemplarse sin grandes dificultades, pero lo mejor es hacerlo cuanto antes, porque cada día que pase se verá peor porque entra en una zona de penumbra en el hemisferio norte», explica el astrofísico y divulgador científico Borja Tosar.
Incluso podría observarse a simple vista. Pero será una misión poco menos que imposible desde Galicia. ¿Por qué? Porque para ello se necesita un cielo muy oscuro, alejado de las ciudades, pero, sobre todo, que esté despejado. Y las nubes no parecen querer abandonar la comunidad. «Mi consejo de astrónomo es que hay que intentar salir a observarlo todos los días que se pueda, a ver si hay suerte y aparece un claro», apunta Tosar. Con prismáticos se puede localizar más fácilmente y aún mejor si se dispone de un pequeño telescopio. No hace falta uno grande.
¿Cómo observarlo? Justo después de la puesta de sol, cuando el crepúsculo haya desaparecido en el horizonte. Teniendo en cuenta de que la pasada madrugada entró en vigor el cambio de hora, el ocaso en Galicia empezará sobre las nueve de la noche. Luego hay que mirar hacia el noroeste, por debajo de Júpiter, el planeta más brillante, y la Luna.
«Las zonas altas como Pena Trevinca, en Ourense, pueden ser un buen lugar para contemplarlo, pero también entornos costeros como Fisterra si no hay nieblas», precisa el astrofísico.
No habrá otra oportunidad de contemplar al cometa diablo, la acepción que más se ha popularizado, junto con la de cornudo, hasta el 2095. Pero, ¿por qué el cometa cornudo? Por su forma en U, en la que parecen sobresalir dos colas que semejan a unos cuernos. Los amantes de la saga Star Wars también lo han denominado como milenario, por su semejanza con la nave de Han Solo. Esta peculiar forma empezó a definirse el 20 de julio del 2023, cuando las explosiones de polvo y gas de su interior, provocadas por su acercamiento al Sol, generaron esta extraña forma.
Un volcán frío
El cometa 12/Pons Brooks es un cometa criovolcánico o volcán frío, como el Halley, con un núcleo sólido, pero está lleno de una mezcla de hielo, polvo y gas conocida como criomagma. El núcleo también está rodeado por una nube difusa de gas llamada coma, que se escapa de su interior. Las explosiones en su interior, que se originan cuando la radiación solar calienta su interior y la presión aumenta, provocan un aumento una aumento del coma, que en esta ocasión se bifurcó en dos colas.
Pero que nadie se espere verlo ahora de esta forma. El Pons-Brooks ya ha perdido sus cuernos después de otras explosiones detectadas por los astrónomos. Y no se descarta que vuelva a ocurrir alguna más. Ya no es un diablo. En las últimas imágenes presenta más bien una característica forma de nebulosa. O de medusa, si se prefiere.
«Si alguien espera ver su forma con cuernos, que se olvide. Si se producen nuevos estallidos podrá tener otro aspecto, pero sería muy raro que volviera a tener la imagen de U», subraya Borja Tosar. Pero para los afortunados que tengan la oportunidad de contemplarlo será un espectáculo de igual modo.
Pueden imaginarlo también como la madre de dragones, la denominación que ha acuñado la Agencia Espacial Europea (ESA). Aunque en esta ocasión no ha sido por su aspecto, sino porque se cree que en el cometa Pons-Brooks está el origen de la lluvia de estrellas conocida como k-dracónidas, activa habitualmente entre el 29 de noviembre y el 13 de diciembre.
Como ocurre con otros cometas, está compuesto de hielo, polvo y material rocoso. Cuando se acerca al Sol, el calor hace que el hielo pase de sólido a gas. Y este se escapa de la superficie arrastrando consigo el polvo. Forma así una nube y una cola que el viento solar empuja lejos de nuestra estrella.
Tiene dos nombres porque fue descubierto de manera independiente por dos astrónomos distintos. El francés Jean Louis Pons, en 1812. Y el estadounidense William Robert Brooks, en 1883.