Cientos de drones comerciales podrán sobrevolar A Coruña y Ferrol ya en el 2026

María Viñas Sanmartín
maría viñas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Centro Tecnológico ITG

Ambas ciudades  contarán en un par de años con una plataforma desarrollada en el centro tecnológico ITG que permitirá el tráfico automatizado de vehículos aéreos no tripulados de forma segura y coordinada

11 abr 2024 . Actualizado a las 09:32 h.

No será raro en un par de años distinguir en el cielo de A Coruña o en el de Ferrol algún que otro dron transportando materiales, realizando labores de inspección de obras e, incluso, repartiendo paquetes de un polígono industrial a otro. Serán las dos primeras ciudades gallegas capacitadas para acoger de manera segura y coordinada en su espacio aéreo un volumen elevado de vehículos no tripulados y estarán listas para ello ya en el 2026. Será posible gracias a la tecnología desarrollada en el Instituto Tecnológico de Galicia (ITG).

A día de hoy para poder volar un dron —por ejemplo, para hacer una inspección en una ría con cámaras— hay que solicitar el permiso a la autoridad competente, esperar la respuesta y, en caso de que haya cerca un aeropuerto o una infraestructura crítica, avisar y coordinarse, lo que puede tardar entre días y semanas en función de la complejidad de la operación. El día de mañana, cuando un operador quiera sobrevolar una zona concurrida de drones se conectará a un programa informático que agilizará todos estos trámites y dirigirá el tráfico aéreo de la zona. Esto es lo que ha desarrollado el centro tecnológico ITG, un software que da acceso a un espacio seguro compartido por otras aeronaves no tripuladas, que habilita aerovías urbanas bajo demanda y en tiempo real.

La herramienta está siendo validada para cumplir con la normativa europea —de momento no hay ninguna certificada; sería la primera— y ha sido desplegada en pruebas en ocho ciudades españolas, entre ellas, Ferrol y A Coruña. «Hemos creado grupos de trabajo con los dos puertos principales de la zona y nos hemos reunido con ellos y con las empresas que trabajan en ellos y, juntos, hemos definido una serie de casos de uso de interés, por ejemplo, vigilancia do identificación de vertidos —explica Analía López Fidalgo, directora del área de Sensórica y Sistemas Aéreos no Tripulados en ITG—. Vamos a desplegarlos poco a poco de aquí a finales del 2025 con el objetivo de que algunos de ellos se queden ya de manera operativa».

En cuestión de segundos

En la práctica, el propietario del dron se conectará a una plataforma que comprobará que el operador es quien dice ser, que está dado de alta en el sistema, que tiene todo en regla y que el equipo que usa para la operación es el correcto; luego, verificará que el plan de vuelo es viable desde el punto de vista del riesgo y de otros vuelos que haya en la zona previstos y, si lo es, le asignará una franja de tiempo: le asignará una hora y una ruta. «Y todo esto en cuestión de segundos», subraya López Fidalgo.

«Este software realmente tendrá valor en lugares en los que haya mucha demanda de servicios con drones, y más o menos a la vez —aclara la experta—. Por ejemplo, en una ciudad en la que la policía despliegue este tipo de aeronaves para vigilar el tráfico o para emergencias, en la que haya empresas de transporte que quieran cubrir determinados tramos del trayecto con drones y en la que compañías de inspección de obras o carreteras quieran hacer inspecciones. Ahí pueden juntarse cientos, miles de drones». Y toda la coordinación de ese tráfico aéreo será automatizada. «Nuestros sistema permite hacer una gestión rápida, eficiente y libre de errores, y además controlar las rutas —añade Analía López—. Si algún dron se desvía de su ruta, el programa activará una alerta y le pedirá a los otros que hagan determinadas operaciones para evitar peligros. O si un helicóptero quiere sobrevolar una zona donde hay varias rutas de drones porque hay una emergencia médica, la herramienta los desviará»

La tecnología desarrollada por ITG podrá ser adquirida por cualquier empresa que quiera hacerse proveedora; hay libertad de competencia. Los pilotos tendrán la opción de conectarse al que mejor oferta les haga o mejor servicio les dé, y todos los operadores tienen que estar vinculados al gestor de navegación aérea de España ENAIRE. «Estos servicios no tienen por qué estar desplegados en todas las zonas donde haya drones, solo donde sean necesarios —comenta López Fidalgo—. Porque serán servicios de pago; requieren inversión en antenas, en tecnología que permita vigilar el tráfico de estos vehículos, detectarlo y ordenarlo. En zonas rurales no tienen sentido, no hay drones compitiendo por el espacio aéreo».