La serie de Netflix tiene como prioridad ceñirse al paso a paso de la investigación, al reflejo del asesinato de la niña en los medios y al parecido físico de Candela Peña y Tristán Ulloa como Rosario Porto y Alfonso Basterra
01 may 2024 . Actualizado a las 09:46 h.Los primeros minutos de la serie de Netflix, El caso Asunta suenan conocidos. La producción recrea un vídeo real. Un reportaje de la TVG en el que Rosario Porto y Alfonso Basterra contaban su experiencia como los gallegos que adoptaron a la primera niña china en Galicia. Saltando y correteando se ve a Asunta. A sus padres, sonrientes en todo momento.
Porto y Basterra ya habían presentado a la niña años antes en La Voz de Galicia. Fue en el 2005, en una noche de Reyes en la que contaban cómo su sueño se había hecho realidad y que una maternidad y paternidad eran «para toda la vida».
Con el asesinato de su hija el 21 de septiembre del 2013, ese recuerdo impacta aún más. «Para mí era muy importante que el espectador desde el minuto uno tuviese clárísimo que lo que le íbamos a contar era lo que había sucedido», explica el productor ejecutivo de la serie, Ramón Campos.
Ese fue el motivo por el que se eligió la entrevista de los padres contando cómo fue el proceso de adopción como la primera secuencia. «Lo primero que hicimos fue elegir actores y actrices que se pareciesen para que tuviésemos una base. A partir de ahí queríamos que cada una de las escenas fuese exactamente igual a la realidad o lo más cercano posible». Los actores están en el mismo lugar, los elementos de la mesa en la mismo posición y las intervenciones de cada uno son exactas.
Los actores elegidos para la misión fueron Candela Peña y Tristán Ulloa, que hace solo unos días le contaban a La Voz en una entrevista cómo sintieron el impacto del rodaje en la capital de Galicia. «En Santiago todo el mundo parecía tener la certeza de lo que ocurrió con Asunta», aseguraban.
Entre las escenas más complicadas está la del registro de la casa de Teo, uno de los grandes escenarios del crimen real. En la casa que Rosario Porto heredó de sus padres, y que tenía ya entonces a la venta, fue donde aparecieron las cuerdas naranjas con las que ataron a Asunta. La Guardia Civil ya sospechaba entonces de Porto, que había contado que, cuando Asunta desapareció, había dejado a su hija en casa mientras iba a Montouto a por unos bañadores. Después, las cámaras confirmaron que en el coche iba también la pequeña. Los investigadores llevaron a Rosario Porto a la casa de Teo y allí intentó ocultar pruebas de una papelera -entre ellas las famosas cuerdas naranjas- para que no las viesen los agentes.
«Para intentar entender cómo era la casa y por qué les había producido sospechas, ellos nos explicaron cómo era la arquitectura de la casa. No podíamos utilizar la casa real», dice Campos al tiempo que insiste en que les costó mucho encontrar un inmueble que tuviese todos los elementos: «Un baño en la planta de abajo, qué les hizo sospechar (a los agentes) de por qué Rosario iba arriba, la persecución a Rosario...».
Se trata de uno de los momentos clave de la investigación, que convirtió a la madre de Asunta en la primera sospechosa solo unas horas después de que hubiesen denunciado la desaparición de su hija y de que el cuerpo de esta apareciese sin vida en una pista forestal de Teo.
«Desde el primer momento, cuando aceptamos hacerle la prueba a Candela Peña para el personaje de Rosario, lo que tenía claro es que Candela necesitaba caracterización, así que lo que hice fue llamar al equipo de maquillaje y peluquería de la serie para que el trabajo de cásting fuese ya lo más cercano a lo que luego íbamos a hacer. Ya vimos que con esa primera peluca, que no era la peluca definitiva, teníamos un elemento importante», asegura.
La propia Mara Collazo, la responsable de convertir a Candela Peña en Rosario Porto, contaba recientemente a La Voz cómo había sido el proceso. «Siendo un caso real y tan reciente fue interesante trabajarlo, aunque tampoco es fácil, porque todo el mundo tiene su opinión».
Con Candela Peña trabajaron mucho los gestos y con Tristán Ulloa «el corte de pelo, el tamaño de las chaquetas, que las llevaba un poquito más grandes de lo normal», relata Campos.
«Tristán hizo un trabajazo, sobre todo de voz, y de compostura», continúa relatando en el vídeo que ha distribuido Netflix.
Momentos clave
Al margen del arranque de la serie con esa presentación en los medios de Asunta, las recreación de las escenas se basa también en los planos captados por los fotógrafos y cámaras de televisión en los días posteriores al crimen y durante la investigación.
«Son aquellos momentos que el espectador pudo ver en televisión. Y en el rodaje teníamos la imagen real al lado del combo. Dos de los más icónicos son la llegada de Alfonso y Rosario al tanatorio y el momento en el que Tareixa Navaza va a hablar con la prensa», dice sobre la que fue la primera portavoz de la familia.
Se refiere a detalles como una periodista de fondo en los planos comiendo una manzana e incluso la ropa de los redactores y gráficos. «También el momento en el que Alfonso se enfrenta a la prensa camino del garaje».
Con todo, si hay una imagen icónica de aquella investigación ese es el momento en el que la Guardia Civil conduce a los padres de Asunta a sus respectivos pisos en las calles Doutor Teixeiro y República Arxentina. Un momento entre decenas de cámaras y decenas de curiosos donde se encontraron con gritos e insultos.
«Había una cuestión emocional de los actores muy, muy bestia. Es la primera vez que Rosario y Alfonso se dan cuenta de que están solos», explica Ramón Campos.