Música para paliar el deterioro mental en un proyecto conjunto de España y Portugal

nicolás pose REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Presentación del proyecto Euterpe_adn en el Hospital clínico de Santiago de Compostela.
Presentación del proyecto Euterpe_adn en el Hospital clínico de Santiago de Compostela. XOAN A. SOLER

El potencial terapéutico de la música podría mejorar la calidad de vida de personas que sufren enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer

28 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El proyecto Sensogenoma, que desarrolla un equipo del Instituto de Investigación Sanitaria, el Hospital Clínico Universitario y la Universidad de Santiago de Compostela sobre el poder terapéutico de la música y que estudia un posible tratamiento que mejore la vida de personas mayores que sufren de daño cerebral o de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer y la demencia, ha sido seleccionado por la iniciativa de cooperación europea entre España y Portugal, Interreg Poctep.

«Euterpe_adn, Rede transfronteiriza para o estudo da música como terapia nas enfermidades neuropsicomotoras e o envellecemento: unha aproximación dende a expresión xenética e a neuropsicoloxía» es la extensión del proyecto Sensogenoma, que ya captó la influencia de la música en la expresión genética a través de muestras de saliva y de sangre antes, durante y después de una serie de conciertos a población en general y a pacientes con enfermedades neurodegenerativas. El cambio en los genes era más intenso en pacientes con deterioro cognitivo e, incluso, suponía un efecto compensatorio con pacientes con alzhéimer.

De izquierda a derecha: el investigador, Federico Martinón; el rector de la USC, Antonio López; el gerente del área sanitaria Santiago-Barbanza, Ángel Facio; la directora científica del IDIS, María Luz Couce y el investigador, Antonio Salas.
De izquierda a derecha: el investigador, Federico Martinón; el rector de la USC, Antonio López; el gerente del área sanitaria Santiago-Barbanza, Ángel Facio; la directora científica del IDIS, María Luz Couce y el investigador, Antonio Salas. XOAN A. SOLER

El proyecto, liderado por el catedrático de la USC Antonio Salas y el pediatra e investigador clínico Federico Martinón y apoyado por un millón de euros de financiamiento de Interreg Poctep, explorará estos efectos en los genes en el largo plazo para, si el resultado es positivo y los beneficios se mantienen, llegar a desarrollar un posible tratamiento.

«Conseguir la financiación es un hito. Es casi la parte más compleja pero más importante» dice el doctor Martinón. «El proyecto fue una apuesta arriesgada, pero las buenas ideas al final son recompensadas», declara.

Y es que la logística del proyecto ha sido ingente, un total de cinco conciertos —uno de ellos piloto— y la colaboración de cientos de personas que se prestaron a dar muestras, además de asociaciones y músicos que hicieron posible los eventos del proyecto Sensogenoma. «La acogida ha sido buenísima. Un éxito de participación y un compromiso óptimo por parte de todos. Nos hemos visto en volandas por el apoyo de nuestro entorno» agradece el doctor Martinón.

Los cuatro conciertos del estudio se dividieron en tandas de dos. Un primero abierto al público y, al día siguiente, uno destinado a personas con una determinada patología para observar los efectos en comparativa con la población general.

«Esto cobrou unha importancia social tanto ou máis que a científica. É moi chulo traballar con todas estas asociacións que se prestaron a colaborar» dice también el doctor Salas.

Ahora, para Euterpe_adn han duplicado al equipo, casi un centenar de personas que abarcan desde neurólogos a músicos, además de colaborar con la Universidade do Minho. También, a los conciertos de música clásica realizados gracias a la Real Filharmonía de Galicia se unirán la Casa da Música do Porto y la Asociación Músicos ao Vivo.

El objetivo es realizar un total de 60 intervenciones de una hora dos días a la semana e incluir talleres que permitan a los pacientes participar, aprendiendo a tocar un instrumento o cantando en coro. Los investigadores explican que hasta el momento se limitaron a la música clásica porque era más sencillo modularla, pero que no descartan ampliar a géneros como «el jazz por su improvisación musical» o, también, el doctor Salas avanza que: «Unha posibilidade é tocar música familiar, popular, folklórica» para que sea conocida por los pacientes.

Estas intervenciones se realizarán a lo largo de un año, realizando pruebas cada cierto tiempo para comprobar la vigencia del cambio en la expresión de los genes y revelar las bases específicas en las que la música afecta a nivel molecular.

«Se poden participar e ser proactivos e disfrutan. Se perdura no tempo e un paciente vai contento ou quere volver a participar no proxecto xa me serve», dice el investigador. Para el Federico Martinón, esta investigación «trasciende a la esfera de las humanidades y las artes», es una forma de «aplicar la investigación genómica a un concepto totalmente diferente».