Juan Carlos Rivero: «En redes sociales hay gente graciosa y personas con muy mala baba»

j. moreno MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

RTVE

El periodista es la voz de TVE en los partidos de España, que este domingo juega frente a Georgia en octavos de final de la Eurocopa

29 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1992 cubrió su primera Eurocopa para RTVE junto al mítico José Ángel de la Casa. Más de tres décadas después, el periodista Juan Carlos Rivero (Madrid, 62 años) dice que mantiene la misma ilusión a la hora de narrar a la selección española de fútbol. Mañana domingo, a las 21 horas en La 1, pondrá voz al partido de octavos que enfrentará a España con Georgia. Él explica que en la cuenta atrás de los partidos se «aísla» de las redes sociales.

—Veinte años de la última Eurocopa en TVE. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

—La diferencia más importante desde la Eurocopa del 2004 es que en RTVE estábamos acostumbrados a hacer grandes eventos: Mundial, Champions, todo. Ahora hemos tenido que retomar eso con un presupuesto más ajustado. Tenemos que meter más inventiva, porque el presupuesto es más justo, pero mantenemos la ilusión inmensa por hacerlo.

—¿La misma ilusión?

—Yo cubrí mi primera Eurocopa en 1992 y vivo la de Alemania con las mismas ganas. Entonces solo fuimos dos personas a cubrirla: José Ángel de la Casa y yo. Él narraba el partido más importante y yo, el siguiente. Con el Mundial de Catar pasó algo parecido, recuperamos los derechos que no teníamos desde hacía 24 años. Es una inmensa fortuna y creo que es un esfuerzo descomunal el que hace esta empresa [RTVE].

—Se incorpora al equipo de narradores Alicia Arévalo, una nueva generación. ¿Qué aprende de los nuevos compañeros?

—En este oficio no te puedes estancar. No. Hay que estar en el tiempo en el que vives y pensar que lo mejor siempre está por llegar. Por eso todos los que llegan a mí me aportan muchísimo. Yo los escucho, los sigo, los veo y, por supuesto, aprendo de todos ellos. En esta profesión, si consideras en algún momento que ya no tiene nada más que aprender, es mejor que te retires.

—¿Le quita la ilusión los comentarios en redes sociales por algún error que ha podido cometer en una narración de un partido?

—Tienes que vivir un poco al margen de eso. En la final de la Champions, en una retransmisión de cuatro horas y veinte minutos, comenté que Vinicius estaba con Lenny Kravitz, porque yo tampoco es que sea un especialista. Y resulta que era que era Jay Z, el marido de Beyoncé. Bueno, pues ya la gente agarra eso. Y hombre... pues tienes que pensar que hay cuatro horas donde igual hay errores más gordos que ese que no deja de ser una anécdota. Me gustaría no equivocarme nunca, pero soy humano y me equivoco. Y no pasa nada. No hay que pensar en la presión de lo que digan en las redes sociales, sino confiar en tu trabajo. Es fundamental. Eso sí, también hay gente graciosa que te ríes con ello; y otras personas con muy mala baba. A esa gente que es tan cruel cuando detecta un error yo siempre digo que se lo haga mirar. A lo mejor el problema lo tiene dentro.

—¿Y cuando se convierte en objetivo de ataque o mofas?

—Me aíslo todo lo que puedo. Mis hijos me mandan a veces cosas, y me río. ¿Pero qué puedes hacer? Pedir disculpas, porque soy humano y me equivoco. Lo siento, no soy infalible. Eso es una cosa que tengo clara, que trato de ser lo más infalible que puedo, pero no llego. Es imposible para cualquiera. Estamos hablando durante dos horas en un partido de fútbol. En una narración hay cosas más interesantes.

—¿Tiene algún ritual o manía antes de narrar un partido?

—Cuando tengo que narrar un partido, por ejemplo, no me tomo ni una cervecita. Agua y se acabó. Hay que cuidar la voz, dormir bien, descansar. Cuando ya estás en el estadio antes del partido, porque nosotros vamos al campo como tres horas antes, yo procuro hablar poco. Generalmente hay una megafonía altísima, y si vas alzando el tono de voz, llega un momento que empiezas a sentir como que pierdes el aire y estás afónico.

—¿Alguna vez se ha quedado sin voz en una retransmisión?

—Recuerdo un día que narraba un partido de Champions que era Barcelona-Ajax en el Camp Nou. Tuve que llamar a Xavi Díaz, que es subdirector de Teledeporte, y le dije: «Por favor, ven a echarme una mano». Acabé en un hospital en Barcelona con los médicos pensando si me ponían corticoides, porque me había tomado mil cosas y aquello no iba. No podía casi ni decir «hola». Es horrible, porque cuando tienes que estar más pendiente de tu voz que de lo que estás viendo, se pasa fatal.