John McFall se convertirá en el primer parastronauta de la historia

Nicolás Pose REDACCION / LA VOZ

SOCIEDAD

John McFall, durante un entrenamiento en las instalaciones de la ESA
John McFall, durante un entrenamiento en las instalaciones de la ESA P. Sebirot | ESA

La Agencia Espacial Europea apuesta por hacer el espacio accesible para todas las personas

29 jul 2024 . Actualizado a las 08:21 h.

El cirujano y medallista olímpico británico John McFall (Frimley, 1981) ha recibido la aprobación de la Agencia Espacial Europea (ESA) para convertirse en la primera persona con discapacidad que llegue al espacio como parte de un estudio de viabilidad llamado Fly!

El parastronauta perdió su pierna derecha en un accidente de moto cuando tenía 19 años y, en el año 2022, fue seleccionado como astronauta de la nueva generación de reclutas de la agencia europea. McFall cuenta que siempre se sintió atraído por la ciencia y el espacio y que, cuando vio el anuncio sobre que la ESA buscaba un astronauta con discapacidad física, pensó que era «una gran e interesante oportunidad» y que él sería «un muy buen candidato para ayudar a la ESA responder a la pregunta: ‘¿Podemos llevar a alguien con discapacidad al espacio?'».

El programa «Fly!»

El estudio de viabilidad Fly! es una iniciativa de la ESA para explorar la posibilidad de que personas con discapacidades físicas puedan viajar al espacio con seguridad, haciendo el trabajo de astronauta más accesible e inclusivo. Ahora, tras dos años de entrenamiento, la ESA ha confirmado que es posible hacerlo y pronto podría asignarle a McFall su primera misión espacial.

La búsqueda de candidatos empezó a principios del 2021. Durante el reclutamiento, la astronauta de la ESA, Samantha Cristoforetti, animó a la gente a presentarse diciendo que: «No hemos evolucionado para ir al espacio. Por tanto, en el tema de los viajes espaciales, todos somos discapacitados. Esto es un estudio de viabilidad, el objetivo es ver lo que necesitamos y cuanto cuesta».

El objetivo principal del estudio es confirmar si es posible desarrollar equipos y protocolos adecuados para, en un principio, ciertas discapacidades físicas. Esto servirá de base para desarrollar una tecnología adaptada y aplicarla al equipo como los módulos espaciales o el propio traje espacial, además de observar como se comportan diferentes cuerpos ante la falta de gravedad y abrir la puerta a todo tipo de persona y cuerpo.

Cuando entró en la reserva de astronautas de la ESA, McFall pensaba que era «imposible ser astronauta siendo un amputado». Ahora que su misión está más cerca, se siente «muy emocionado por ser la primera persona con una discapacidad física en ir al espacio» y reconoce que todo el entrenamiento para el puesto suma una nueva «capa de complejidad» por su condición. Su objetivo personal es ver «lo que le sucede al cuerpo de alguien con un miembro inferior amputado» en las condiciones de baja gravedad de la Estación Espacial Internacional.

Deportista de élite y cirujano

John McFall, tras volver a aprender a caminar, hizo del deporte una gran parte de su vida y, en el año 2005, logró convertirse en corredor profesional. El británico consiguió entrar en el equipo paralímpico del Reino Unido como velocista en la clase T42, ganando la medalla de bronce en la categoría de 100 metros en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008 y varios campeonatos mundiales de la Federación Internacional de Deportes para Sillas de Ruedas y Amputados.

Tras sus años como deportista, McFall se graduó en Medicina en la Universidad de Cardiff en el 2014 y, en el 2016, se volvió un miembro del Colegio Real de Cirujanos del Reino Unido. Actualmente trabaja como especialista en traumatología y ortopedia. Durante sus años de estudio, McFall colaboró con el Comité de deportistas paralímpicos para trabajar como mentor en el Programa de Inspiración Paralímpica. El mensaje que quiere lanzar con su participación como el primer parastronauta de la historia es de esperanza para las futuras generaciones, haciendo que «la ciencia y el espacio sea para todos».

La nueva generación de astronautas empieza a preparar misiones

Entrenamiento de vuelo parabólico, entre ellos Pablo Álvarez, el astronauta español.
Entrenamiento de vuelo parabólico, entre ellos Pablo Álvarez, el astronauta español. ESA

La nueva generación de astronautas continúa su entrenamiento en el Centro Europeo de Astronautas en Colonia, Alemania, de la ESA. De entre 22.500 candidatos, la agencia seleccionó a 17, cinco como astronautas principales y 12 como reserva. Tras la graduación del pasado mes de abril de los cinco, entre ellos el español Pablo Álvarez, la nueva generación del 2022 está lista para volar. Aunque no empezarán hasta el 2026. La francesa Sophie Adenot y el belga Raphaël Liégeois han sido seleccionados para su primera misión espacial, convirtiéndose en los primeros de su generación que iniciarán el entrenamiento específico requerido para el trabajo.

Durante el anuncio de la misión, que llevará a los jóvenes astronautas en dos tandas a la Estación Espacial Internacional, el director general de la ESA, Josef Aschbacher, celebró el resultado del «compromiso por lograr una fuerte presencia europea en el espacio» y declaró que este «nuevo peldaño en el camino de preservar el conocimiento europeo asegura la participación a largo plazo en programas como el Artemis y otros proyectos futuros que involucren la exploración espacial con vuelos tripulados».

Además de Pablo Álvarez, que sigue probando equipamiento para estar listo cuando llegue su oportunidad, en la reserva de astronautas fue seleccionada la también española Sara García que, aunque su chance de ir al espacio llegará mas tarde, se prepara en Colonia.

Proliferación de misiones

Tras el éxito del cohete Ariane 6, la posición de Europa en el espacio se refuerza y las misiones de exploración espacial proliferan. Durante el 2024 y hasta el 2030, la ESA renovará buena parte de su flota de satélites y enviará varios de ellos a cumplir nuevos objetivos. Entre ellos, en octubre de este año, estarán el Hera, una misión similar al DART de la NASA, con el objetivo de desviar asteroides; las misiones Scout, para el desarrollo de satélites en miniatura, el Space Rider, un minilaboratorio complementario a la Estación Espacial; y la joya de la corona, la misión Artemis para regresar a la Luna.