El rapero, que sorprendió en la apertura del torneo como portador de la llama olímpica, acudió como público a numerosos eventos, popularizó un pin con su imagen, actuó en la clausura desde Los Ángeles y hasta da la entrada al vídeo de Guillermo y Kate Middleton
12 ago 2024 . Actualizado a las 18:58 h.Los Juegos Olímpicos de París 2024 han tenido un protagonista inesperado en el rapero estadounidense Snoop Dogg, que, en su omnipresencia, ha estado en el centro de todas las miradas en prácticamente todas las fases del evento parisino. Y, visto lo visto en la clausura, amenaza también con hacerlo dentro de cuatro años en Los Ángeles 2028.
El artista de 52 años corrió en la pista de atletismo, fue uno de los portadores de la llama olímpica, asistió como público a decenas de competiciones, actuó en la ceremonia de clausura y, ahora, hasta abre el vídeo con el que los príncipes de Gales celebran los resultados de la delegación británica. Su imagen se ha convertido ya en el icono de París 2024, hasta el punto que un curioso pin con su figura está entre los más codiciados de los coleccionistas en el evento deportivo.
Todo un protagonismo que ha hecho que muchos se pregunten: ¿qué pinta el rapero como imagen de los Juegos de París? El origen de su participación es fácil de responder. El californiano Calvin Cordozar Broadus Jr. —así se llama realmente— fue allí en calidad de corresponsal de los canales NBC y Peacock. Pero ese trabajo no explica su destacada presencia en todos los eventos habidos y por haber.
Porque, aunque mucha gente fue consciente de su participación cuando llevó la llama por el barrio parisino de Saint-Denis, lo cierto es que el periplo olímpico de Snoop Dogg comenzó ya semanas antes. El rapero se enfundó su chándal más llamativo con los colores de Estados Unidos —un look que no dejó de mostrar a lo largo de todo el campeonato— y se acercó hasta el campo de atletismo de Eugene en Oregón. Allí, se enfrentó en una prueba a tres contra los atletas Ato Boldon y Wallace Spearmon. Aunque quedó tercero en la prueba de los 200 metros, como era de esperar, el músico terminó la prueba sin ningún problema. «¿34.44 segundos para un hombre de 52 años? No está nada mal», le decían sus contrincantes al finalizar.
Era solo el principio. El que acabó siendo, en la práctica, el gran embajador estadounidense fue uno de los agraciados con la posibilidad de portar la llama olímpica. Lo hizo la ciudad de Saint-Denis, vecina a la capital de Francia. Una comuna residencial habitada en su mayoría por inmigrantes; de ahí que su alcalde buscase un «elenco internacional» para portar el gran símbolo olímpico. Lo hicieron la actriz italiana Laetitia Casta, el periodista argelia Mohamed Bouhafsi, el cantante y diseñador Pharrell Williams y el propio Snoop Dogg, que dejó clara una cosa: «París 2024, tú molas».
A partir de ahí, la veda estaba abierta para Snoop Dogg, que convirtió la ciudad de las luces en su propio patio de recreo. Los escenarios de las principales competiciones se vieron agraciadas por la presencia del rapero en las gradas, que derrochaba carisma allá adónde iba. No faltó a la pista de skateboarding en lala Plaza de la Concordia, no quiso perderse el deleite de ver en persona las exhibiciones de su compatriota Simone Biles y, además, actuó como maestro de ceremonias en una de las pruebas más cuestionadas del evento, pero que en el fondo le venía como anillo al dedo: el break dance o breaking olímpico.
Pero el artista californiano no es de los que se conforman con ser un espectador. En la prueba de hípica celebrada en Versalles, Snoop apareció vestido para la ocasión como si fuera un jinete más, y aprovechó para estrechar sus lazos con los competidores, tanto humanos como equinos. Y también llegó a recibir lecciones de nado impartidas por el mismísimo Michael Phelps. Ahí es nada.
Su iconicidad durante los días de competición fue tal que con su imagen se acabó creando un curioso pin que causó furor entre los coleccionistas de estas insignias —sí, es un mercado alternativo muy potente en los Juegos—. El adorno mostraba a Snoop Dogg formando con el humo de su cigarro los aros olímpicos, con la Torre Eiffel de fondo. Una imagen divertida y llamativa, codiciada desde el principio, que se convirtió en un objeto de deseo mayor cuando el rapero se la regaló a la tenista estadounidense Coco Gauff para darle suerte en el torneo.
La SnoopDoggmanía parecía no tener fin, ni parecía haber forma de librarse de él. Allá adonde se miraba, aparecía el rapero. Y, cuando llegó la clausura de los Juegos Olímpicos, el californiano demostró que lo de su omnipresencia no era simplemente un decir. La bandera olímpica se trasladó, vía un motivado Tom Cruise, hasta la playa de Venice Beach, en Los Ángeles, próxima sede olímpica. Y, a más de 9.000 kilómetros de distancia, allí estaba, una vez más Snoop Dogg, que actuó en el avance de los futuros Juegos desde su California natal. Todo parece indicar que tenemos Snoop Dogg olímpico para rato. Y él, feliz, ya que se calcula que se habría embolsado como reportero de la NBC unos 10 millones de dólares.
Y, cuando ya parecía que no podía haber más Snoop Dogg, toma dos tazas. Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, prepararon desde Kensington Palace una bonita y multitudinaria dedicatoria hacia la delegación británica por sus éxitos deportivos. Entre los invitados había muchas personalidades del Reino Unido, pero el máximo protagonista volvía a ser, una vez más, el rapero estadounidense, que actuaba como maestro de ceremonias al abrir y cerrar la grabación.
«Esto es para la delegación británica, de parte de Snoop Dogg, el príncipe y su encantadora mujer», terminaba Snoop Dogg en su última, pero quién sabe si definitiva, participación en algo relacionado con los Juegos Olímpicos de París.