Jorge Javier se despacha a gusto en la cara de Ana Rosa en «TardeAR»: «¿Tú crees que a la gente le importa lo que opines de política?»
SOCIEDAD
El presentador le echó en cara el fin de «Sálvame», bromeó sobre sus poco destacables datos de audiencia y le pidió que se relaje sobre Pedro Sánchez o el fenómeno de la okupación
27 ago 2024 . Actualizado a las 17:26 h.Jorge Javier Vázquez se la tenía guardada a Ana Rosa Quintana. Desde la caída fulminante de Sálvame hace poco más de un año de la parrilla de Telecinco para dar paso a los programas de Ana Rosa y su productora, el presentador le tenía ganas a la periodista de Usera. Y nunca ha sido tan evidente como en el cara a cara que han tenido ambos en TardeAR, en el que el catalán no dejó pasar la oportunidad de afearle desde sus tejemanejes televisivos hasta su obsesión con el fenómeno de la okupación o con Pedro Sánchez.
Ana Rosa invitó a Jorge Javier con el objetivo expreso de enterrar el hacha de guerra, ahora que van a compartir la parrilla vespertina de Telecinco en este nuevo curso televisivo, ella con TardeAR y él con El Diario de Jorge. Pero a la presentadora le ha salido el tiro por la culata, y lo que se ha encontrado la anfitriona ha sido un invitado incómodo, que ha aprovechado su media hora en plató para despacharse a gusto contra su rival y exjefa.
Ya en la charla previa a su llegada a TardeAR voló algún cuchillo. Fue Ana Rosa quien tiró la primera piedra, con un elogio envenenado hacia Jorge Javier. «Me alegra verte como estás: empático, divertido, entrañable, gracioso; y no de mala leche como estabas antes», le dejó caer como endiablado piropo la presentadora. El exconductor de Sálvame le recogió el guante: «Cariño, así [de mala leche] has estado tú el último año», se la devolvió Jorge Javier ante la incomodidad escondida tras una sonrisa tensa de Ana Rosa.
Pero lo bueno estaba por llegar. Jorge Javier esperó a estar en directo en el plató para darle un buen repaso a la trayectoria reciente de Ana Rosa. El de Badalona llegó de blanco impoluto, a juego con la madrileña. Se había vestido así, a propósito, «para ella», para volver a encontrarse en un mismo set 14 años después, tras el proyecto en común en el que habían trabajado juntos, con ella a los mandos.
El gesto cordial, de elegir el color de la vestimenta para aparentemente congraciarse con su rival, no era más que un espejismo. Jorge Javier fue a saco desde un primer momento, y nada más empezar, habló del elefante en la habitación. «Me preguntaba yo en mi cocina que por qué le da a la gente tanto morbo», reflexionaba sobre su cara a cara, y sacaba una conclusión inmediata: «Claro, por lo del verano pasado». Ana Rosa se hacía la tonta. «¿Qué pasó el verano pasado?», preguntó, como buscando la respuesta entre sus regidores. Vázquez la ayudó con una pista: sobre su cuello, dibujó el signo de ser degollado. «Que te cargaste mi programa», exclamó para deshacer de golpe el disimulo de la presentadora, que reaccionaba como podía.
«Yo te llegué a odiar el verano pasado con toda mi alma», le dijo sin tapujos, y se giró hacia el público para justificar su acusación: «Aquí [en Telecinco] se produjo un cambio y esta señora se quedó con toda la parrilla», les explicó.
Ana Rosa negó primero con la cabeza y a continuación expresamente, asegurando que no habían sido decisiones suyas. «¿Crees que eso lo decido yo?», le preguntó a su compañero, a lo que él contestó con una nueva teatralización: «Esta duda siempre nos quedará en el aire», expresó con tono enigmático.
La presentadora se defendió a sí misma con otro ataque, reprochándole que desde Sálvame habían criticado a Ana Rosa, mientras que ella nunca había dicho ninguna palabra mala sobre el programa de Jorge Javier. «Es que tú eres más sibilina, lo hacían otros por ti», le espetó.
La conductora de TardeAR se reafirmó en sus palabras, y fue más allá: «Jamás he criticado a un compañero ni aquí ni de otra cadena ni de ningún sitio», defendió, encontrándose un ataque de risa enfrente. «Bueno, últimamente», deslizó Jorge Javier, «estás desatada». Se refería a las declaraciones recurrentes de Ana Rosa contra el programa Y Ahora Sonsoles, su gran rival de las tardes y a la que critica por competencia desleal, al no tener el magacín de Antena 3 apenas publicidad, en contraste con su contraparte en Telecinco.
Sobre los datos de audiencia también dejó caer una insinuación velada Jorge Javier, hablando de su exitoso pasado al frente del Aquí hay tomate y de Sálvame, que contrasta con los datos, mucho más justos, de TardeAR. «Yo he pasado quince años inigualables, históricos», recalcó el presentador con cierto retintín, «y he trabajado con gente que eran auténticos números uno en lo suyo».
Ana Rosa, enfrente, no se inmutaba. Y seguía observando a Jorge Javier con mirada curiosa, expectante por cuál iba a ser el siguiente movimiento de su compañero y a la vez rival. En efecto, no se esperaba lo siguiente que le iba a decir.
«Te pido, por el bien de mi madre», empezaba diciendo, mientras sostenía amablemente la mano de Ana Rosa, que no ocultaba su asombro, «que una vez a la semana no hables de okupas». En respuesta, la presentadora invitaba a la progenitora de Jorge Javier a manifestarse en contra de las leyes contra la okupación de viviendas.
Y, ya a vueltas con el tema de la actualidad, el de Badalona aprovechaba para hacerle otra petición sobre los temas que trata en su programa. «Ana Rosa, mírame a los ojos, deja en paz a Pedro Sánchez», le pidió Jorge Javier, que le diagnosticó en pleno directo una obsesión con el presidente del Gobierno. «A ti te pasa lo mismo con Pedro Sánchez que a mí con Ayuso, que no la soporto», evaluó, mientras la conductora del programa minimizaba sus valoraciones asegurando que le daba igual Pedro Sánchez. «¿Qué coño te va a dar igual?», conseguía como reacción por parte de su interlocutor.
«¿Tú crees que a la gente le importa lo que opines de política?», le preguntó retóricamente Jorge Javier, que le aconsejó: «Ana Rosa, cuando te entren ganas de hablar de política, llámame a mí».