Solo una de cada cuatro personas que se suicidan había sido atendida por un especialista en salud mental

María Viñas Sanmartín
maría viñas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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La mitad de los que se quitan la vida están tomando ansiolíticos. El número de casos cayó en 2023 un 6,5 %, el primer descenso en el último lustro

09 sep 2024 . Actualizado a las 19:45 h.

«Somos una sociedad que está dopando el sufrimiento», admitió este lunes la ministra de Sanidad durante la presentación de su ambicioso plan para la prevención del suicidio cuando el secretario de Estado de Justicia, Manuel Olmedo Palacios, reveló que la mitad de los que se quitan la vida ingiriendo medicamentos presentan restos de ansiolíticos en sangre. «No significa que hayan fallecido por su ingesta, pero sí que los consumían», aclaró. El dato choca frontalmente con otro de sus apuntes, el de que solo uno de cada cuatro suicidas ha pasado en alguna ocasión por la consulta de un especialista en salud mental, y ambos ponen de manifiesto lo urgente que resulta pasar a la acción. En España se suicidan al año 4.000 personas, 11 cada día.

Destacó Mónica García en la puesta en escena que el anterior fue el primer año de los últimos cinco en registrar un descenso de casos, quedándose en los 3.952 —una disminución del 6,5 %—, la mayoría hombres, sobre todo entre los 50 y los 59 años. La tendencia cambia, advirtió la ministra, pero las cifras, dijo, siguen siendo «absolutamente terribles, escalofriantes». Su departamento, sin embargo, se toma su tiempo: la estrategia para hacer frente a esta «tragedia», expuesta de manera muy abstracta, todavía está siendo ultimada por el Comisionado de Salud Mental. No estará lista hasta el año que viene.

Soledad y empleo precario

«El suicidio tiene causas multifactoriales y no puede ser abordado únicamente desde una perspectiva. Es una prioridad mejorar la accesibilidad al sistema sanitario, garantizar que los recursos llegan, y llegan a tiempo, y ofrecer a los profesionales las herramientas y el apoyo para brindar una atención adecuada, pero también hay que atender a los determinantes sociales que agudizan el sufrimiento. A la desesperanza, a la soledad no deseada, a la desigualdad, al desempleo y al empleo precario, y las dificultades de acceso a la vivienda —observó la ministra—. No llegar a fin de mes y no poder alcanzar unas expectativas de vida dignas mina la esperanza, elevando el riesgo de suicidio. La mejor prevención consiste en garantizar que las vidas merezcan la pena ser vividas».

El plan de Sanidad se sostiene, por tanto, en varios ejes, que van desde la sensibilización, la lucha contra el estigma y la prevención —especialmente en colectivos vulnerables, como chicas adolescentes, mayores de 80 años y personas LGTBI— a la detección temprana y la intervención en casos de riesgo, pasando por la integración de recursos entre ministerio y comunidades, y el refuerzo del sistema sanitario. La idea es mejorar la accesibilidad a los servicios de salud mental y, también, a los de emergencia, generando «una cultura de la atención basada en la escucha, en la terapia y en el acogimiento» para que, tal y como expresó la comisionada de Salud Mental, Belén González, «a la gente no le asuste acercarse a urgencias, que vaya todas las veces que sea necesario», sobre todo cuando la situación de crisis sea todavía reversible.

Con los datos de Justicia en la mano, Olmedo Palacios insistió en lo complejo del fenómeno, en que ni de lejos se está llegando a todos los casos y en lo crucial de aumentar la atención. «El suicidio es como iceberg. Tiene una parte muy visible, que son las personas que finalmente se quitan la vida, y debajo de esto hay otras muchas que, por diversas razones, tienen ideación suicida y, en ocasiones, incluso llegan a intentarlo», ilustró. De aquellos que el año pasado pensaron en quitarse la vida, únicamente un 19 % habían recibido atención en algún servicio de salud mental, señaló; de los que consumaron, solo un 23 % había sido visto por un especialista.

12.000 llamadas al mes

En mayo del 2022, en Ministerio de Sanidad puso en marcha el teléfono gratuito y anónimo 024, que ofrece una respuesta inmediata a todos aquellos con ideación suicida y sus allegados. Desde entonces ha recibido 300.000 llamadas, manteniéndose estable en los últimos meses en unas 12.000 al mes. El 40 % han sido realizadas por mujeres y el 33,5 % por hombres; el resto ha preferido no revelar su género. Del total de consultas, 16.015 (el 5 %) fueron derivadas al 112. En julio del 2023 se incorporó un servicio de chat, que atiende 200 conversaciones al mes. El grupo de edad que más usa este medio es el de personas de entre 20 y 29 años.