Los premios Zendal reivindican a los científicos que mejoran la vida en el planeta

r. r. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Xoán Carlos Gil

Marisol Soengas, que recibió un homenaje, un proyecto para diagnosticar el alzhéimer y los creadores de una vacuna contra la garrapata fueron los ganadores

08 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La entrega de los premios del Grupo Zendal se convirtió este jueves en una reivindicación de los científicos que «con sacrificio y pasión entregan una parte de su vida a la búsqueda de soluciones y herramientas para mejorar la vida del planeta y, por ende, de todos nosotros». Fue el reconocimiento realizado durante la entrega de los galardones, que tuvo lugar en la sede de AFundación de Vigo, por el CEO de la empresa, Andrés Fernández.

Y los cuatro premiados en las distintas categorías responden fielmente a esta declaración. Es el caso de la científica gallega Marisol Soengas González (Agolada, Pontevedra, 1968) que se ha convertido en un referente internacional en la lucha contra el melanoma y que no ha dejado de trabajar en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), donde ejerce como jefa del grupo de Melanoma, desde que el pasado 23 de diciembre le diagnosticaran un tumor de mama.

La también presidenta de la Asociación Española de Investigación contra el Cáncer (Aseica) agradeció un premio que «me ilusiona porque reconoce mucho trabajo, no solo de mi equipo, sino también de colaboradores que tenemos aquí, en el CNIO, pero también a nivel internacional». Soengas, que fue la homenajeada de la noche por su excelente trayectoria profesional, que también la llevó a recibir el pasado año el premio Fernández Latorre, también recibió el elogio de Andrés Fernández. «Homenajeamos hoy —dijo— a una científica de referencia internacional en el campo del melanoma y de la oncología molecular».

Emotividad

La recepción del galardón por parte de la científica fue uno de los momentos más emotivos de una gala que estuvo presidida por el conselleiro de Sanidade, Antonio Rodríguez Caamaño, quien destacó el compromiso del grupo biofarmacéutico «no estímulo da actividade investigadora desde unha perspectiva integral e conectada coa sociedade».

También supondrá un beneficio para la humanidad el proyecto Hércules, premiado en la categoría de salud humana, dirigido por la investigadora Ivone Martins del Centro de Ingeniería Biológica de la Universidad do Minho, que está desarrollando un método para el diagnóstico precoz del alzhéimer basado en virus que atacan a las bacterias, los fagos. «Este proyecto fue creado para abordar la falta de técnicas de diagnóstico inmediato para el alzhéimer, ya que las actualmente disponibles solo pueden detectar la enfermedad en una fase muy avanzada, cuando ya hay síntomas y un descenso cognitivo», explica Martins. Los bacteriófagos sintéticos desarrollados por su equipo son capaces de reconocer los agregados de beta amiloide que se acumulan en el cerebro de los enfermos, lo que también tendrá uso terapéutico.

La búsqueda de una vacuna que permita el control de las garrapatas en el ganado vacuno fue la propuesta ganadora en la categoría de salud animal. En este caso el galardón fue para el equipo del Instituto de Investigación en Recursos Sanitarios IREC dirigido por José de la Fuente. «El proyecto se enfoca en una aproximación de vacuna personalizada que se basa en utilizar los datos genéticos de las especies de garrapatas que hay en Uganda y también de los hospedadores sobre los que se alimentan esas garrapatas. De esa manera se logra una vacuna con una mayor eficacia para el control de estos parásitos», señala De la Fuente. La tecnología innovadora que ha sido desarrollada por este equipo de CSIC será transferida a Uganda para la producción en este país de la vacuna.

La gala también fue el escenario para reivindicar la importancia de seguir investigando en las llamadas enfermedades olvidadas. Sucedió en el momento de entrega del accésit a la Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi), organización global de I+D+i que tiene como misión descubrir, desarrollar y acelerar el acceso a los tratamientos para las enfermedades tropicales desatendidas y las causadas por virus, que sufren de manera devastadora las poblaciones más olvidadas del planeta.