La ONU señala a los ricos en la cumbre del clima porque «causan el problema»

José A. González COLPISA

SOCIEDAD

ANATOLY MALTSEV | EFE

El secretario general de Naciones Unidas llama a la acción a todos los países y que logren acuerdos más ambiciosos: «Tic-Tac, nos estamos quedando sin tiempo»

12 nov 2024 . Actualizado a las 16:04 h.

Cada intervención de Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, sobre el cambio climático no deja indiferente y sus minutos de discurso están llenos de declaraciones duras y señalamientos. En Egipto (COP27), apuntó a la industria de los combustibles fósiles y pidió más impuestos. En Dubái (COP28), les pidió dejar el negocio. Y este año ha cambiado de objetivo: «Los ricos causan el problema, los pobres pagan el precio más alto», espetó desde el Estadio Olímpico de Bakú (Azerbaiyán).

Pero esta vez no ha pedido ni impuestos, ni más acciones; solo les ha emplazado a dejar de contaminar, a dejar de emitir gases de efecto invernadero. A ellos y al resto de países. El máximo dirigente de Naciones Unidas recordó el informe de Oxfam del pasado mes de octubre: «Los multimillonarios más ricos emiten más carbono en una hora y media que una persona promedio a lo largo de su vida». Una frase pronunciada ante los líderes mundiales que, precisamente, han llegado al corazón del Cáucaso en, una amplia mayoría, en aviones privados.

En la mano de todos sus oyentes está la oportunidad de frenar las emisiones de efecto invernadero. El año pasado, la cifra volvió a marcar un nuevo récord y creció un 1,3% respecto al 2022. A pesar de los acuerdos y las promesas, el ser humano emitió 57,1 gigatoneladas de CO2 equivalente, según Naciones Unidas. Eso se traduce, enumeró Guterres, en «familias que temen por sus vidas por el próximo huracán», «obreros que se desploman por el calor», «menores con hambre por culpa de la sequía» o «inundaciones que arrasan comunidades e infraestructuras». «Y nadie se salva», afirmó. «Tic-tac, nos estamos quedando sin tiempo».

Aunque, esta cumbre climática se celebra por primera vez ya incumpliendo el mandato de mantener el calentamiento del planeta por debajo de los 1,5 grados, Guterres se muestra optimista. El despliegue de la energía renovable ha tomado velocidad de crucero, aunque las proyecciones de los organismos internacionales revelan que no se llegará a triplicar la producción de este tipo de energía con respecto al 2022. «Por primera vez, la cantidad invertida en redes y energías renovables superó la cantidad gastada en combustibles fósiles. La revolución de la energía limpia está aquí y nadie puede detenerla», defendió el secretario general de la ONU.

A mediados del mes de octubre, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) pronosticó que la demanda de petróleo, gas y carbón tocará techo a finales de la década. «Intensificar su uso es absurdo», advirtió. Además, lanzó un recordatorio. «El año pasado, todos acordaron alejarse de los combustibles fósiles». Una promesa que se tendrá que plasmar en el 2025 en Belem (Brasil) donde tocará presentar los planes climáticos de cada una de las partes. «Os recuerdo que es necesario reducir un 30 % la producción y consumo mundial de combustibles fósiles».

Más ambición

Las hojas del calendario caen y las metas intermedias se acercan. Queda poco más de un lustro para alcanzar 2030, un cuarto de siglo ya se ha consumido y los progresos están lejos. «Solo vosotros podéis ganarle al reloj de los 1,5 grados».

Pero para ello es necesario llenar la hucha climática y es la cifra que se busca acordar en Bakú. Guterres ya ha puesto un número: «Podría alcanzar al menos 40.000 millones de dólares al año para 2025». «Necesitamos un objetivo financiero que se adapte al momento actual», aclaró.

La cumbre se inauguró el lunes con un acuerdo técnico considerado fundamental para poner en marcha un mercado mundial del carbono respaldado por la ONU que financiaría proyectos de miles de millones de dólares para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Este éxito se vio empañado por una disputa sobre las prioridades de la cumbre: un tira y afloja procedimental que enfrentó a los países europeos y a los pequeños Estados insulares con el grupo de naciones árabes sobre la importancia que debía tener en la agenda el futuro de los combustibles fósiles. Los procedimientos de apertura se retrasaron al menos cinco horas y acabaron en un compromiso aceptado a regañadientes por la UE y otros países alineados. «En este período crucial, ustedes y sus gobiernos deben guiarse por una verdad clara: La financiación climática no es caridad, es una inversión», cerró Guterres.