Así han completado Ibai Llanos y El Xokas la mítica subida a O Cebreiro: «Ha costado, pero hemos llegado al paraíso»

P. V. LA VOZ

SOCIEDAD

Ibai Llanos y El Xokas, en su llegada a O Cebreiro
Ibai Llanos y El Xokas, en su llegada a O Cebreiro YOUTUBE: @IbaiLlanos

Los «streamers» han compartido su primera etapa del Camino de Santiago. La más corta, de solo unos 9 kilómetros, pero también la más exigente: «Son tres horas, pero vaya tres horas»

30 nov 2024 . Actualizado a las 19:01 h.

La ascensión a O Cebreiro es, con todo el mérito del mundo, una de las etapas míticas del Camino Francés. Para empezar, porque en ella pisa por primera vez el peregrino tierras gallegas, y sobre todo por la exigente subida que hace falta superar para llegar al destino, en la que supone el tramo en territorio español con mayor desnivel positivo, de unos 780 metros. Y ahora, los streamers Ibai Llanos y El Xokas la han vivido en sus propias carnes.

El vasco ya se anticipa al desafío preguntándole a su entrenador personal, Vale, cuál es la dificultad de esta preciosa etapa del Camino de Santiago. Y a él no le tiembla la mano en ser sincero. «Un ocho de diez», le espeta. Quizás por eso, ya nada más empezar, con dos minutos caminados, los peregrinos ya hacen su primer descansito en un riachuelo de Las Herrerías, todavía en El Bierzo y ya a los pies de la intensa rampa que los va a conducir a Galicia. Los streamers comenzaron el miércoles su caminata, como se puede ver por el cartel de un bar en el que intentaban reponer energías que cierra ese día por descanso del personal. E intentarán completar el camino hasta Santiago de Compostela en ocho días en donde Ibai tratará de demostrar su buena forma física tras meses de duro entrenamiento y dieta para perder peso.

«Lo paso muy mal, muchas veces he intentado dejarlo», le confiesa al Xokas sobre su dieta, que cada vez aplica con mayor laxitud. «Estoy en un punto en el que ya como más aunque ello implique hacer luego más ejercicio», dice, poniendo voz a uno de los grandes errores de muchos regímenes de alimentación, que son contraproducentes cuando provocan demasiada hambre. Su compañero gallego no puede más que darle la razón.

Pero el caso es que a pesar de que, en el primer fallo de principiante cometido por los peregrinos, se olvidaron del indispensable palo de caminata que se habían comprado, los streamers llevan la subida a O Cebreiro mucho mejor de lo que se esperaban. Hay, claro, algún amago de pájara que consiguen subsanar con unas barritas energéticas compradas en el pueblo, y alguna que otra queja —«Son tres horas, pero vaya tres horas», se anticipa Ibai, sin saber que les iba a llevar una hora más—. Pero los caminantes suben el pronunciado desnivel con paso ligero.

De camino, los peregrinos pasan por algunos de los últimos pueblos de El Bierzo, que, como dice El Xokas, ya se consideran casi parte de Galicia. Prueba su razonamiento hablándoles a los vecinos en gallego para demostrarle a su amigo su afirmación. En ese último pueblo, La Laguna, Ibai se encuentra con un joven fan del streamer. «A ver, a foto que querías que che fixera», anima al tímido chaval la que parece su madre. Y su ídolo, cómo no, accede con gusto a posar para él en un selfi.

Pocos metros más allá, sin dejar de subir, llegan a un lugar simbólico, el mojón que informa de que los caminantes entran, por fin, en Galicia. «Señoras y señores, hemos llegado al paraíso», dice emocionado El Xokas, que bromea con que, cuando está en Galicia, se le iluminan los dedos al más puro estilo de E. T. Pero su llegada a este punto icónico se ve empañada por algunas pintadas en la piedra, donde algunos peregrinos han puesto su cuenta de Instagram. «La gente que se pone a spamear aquí», exclama El Xokas, antes de lanzarles un improperio muy típico del streamer gallego que no reproduciremos aquí pero en el que invita al autor de la pintada a degustar una de las partes de su cuerpo.

Porque en este punto, los dos caminantes ya solo piensan, con razón, en la degustación. En comer. Y, para El Xokas, lo primordial es el rey de la gastronomía gallega. «Vamos a comer pulpo de entrante; de segundo, pulpo y de beber, pulpo», le deja clarito al entrenador personal de Ibai, que los intentaba convencer con premeditación de pedirse una ensaladita. 

Su deseo se va a cumplir ya muy pronto. Los dos streamers y sus acompañantes, entre ellos el sufrido cámara Arasa, llegan poco después a O Cebreiro. Y no esperan ni un minuto en buscar un lugar para comer. A las puertas del restaurante, el entrenador de Ibai les informa que, según le han dicho los vecinos en la milenaria aldea, los medios de comunicación se interesan por su llegada. «Acaban de llamar de La Voz de Galicia», dice, mientras comparten la noticia en la que este periódico se hizo eco del reto que se había marcado Ibai Llanos en esta nueva etapa vital.

Ya en el restaurante, El Xokas está dispuesto a entregarse a la papatoria hasta el punto de reventar. «Voy a comer como un puto animal», dice. Pero la encargada del restaurante ya se ha visto en esta tesitura más veces. Está bien curtida, y sabe que a los peregrinos se les va la fuerza por la boca. «Tranquilo, los he visto más fieras», frena la mujer al lucense en lo que muchos seguidores consideran una «domada histórica». Y a continuación ya les desea «bo proveito». Que a eso habían venido, a papar.

La comida no defrauda. Primero una buena empanada gallega. Luego, no podía faltar el pulpo con cachelos. «Buah, con sal gorda y pimentón está espectacular. ¡Gracias a la vida, coño!», exclama emocionado Ibai. Y parece por un momento que Vale se sale con la suya, porque ensalada finalmente sí hay sobre la mesa. Pero tiene trampa. Era para acompañar una buena carne gallega. De beber, vino tinto. Pero eso sí, a la gallega. «Le voy a meter una gaseosa histórica», bromea El Xokas.

Tras la comida, llega el momento de la reflexión. Y al milenario santuario de Santa María a Real do Cebreiro que se van. Allí hablan con el párroco, que define al Camino de Santiago como una gran «red social» de gentes de todos los lugares de Europa durante la Edad Media, y ya de todo el mundo en la actualidad. Y antes de despedirlos, les da la buenaventura a través de una bendición que, como indica, está en 48 lenguas. «Para que os hagáis una idea de la de gente que pasa por esta aldea universal».

Así acaban los primeros 9 kilómetros de Ibai Llanos y El Xokas. Todavía les quedan 154 para llegar a Compostela. Y ahora, ya de lleno en Galicia. «Esto acaba de empezar», reconoce el vasco.