El Xokas se emociona al hablarle a Ibai Llanos de su abuela de Lugo: «Cuando llegué, acababa de morir»
SOCIEDAD
El «streamer» lucense le confiesa al creador de contenido vasco durante el Camino de Santiago que recibió la noticia de su inminente fallecimiento mientras grababan juntos un programa
03 dic 2024 . Actualizado a las 08:28 h.Ibai Llanos y El Xokas ya han entrado en una nueva fase de su Camino de Santiago. Esa que le llega a todo peregrino. En su tercer día caminando, los dos streamers han llegado ya al punto de inflexión crítico en cuanto al agotamiento, pero también, y mucho más importante en una experiencia como esta, a la comunión con la naturaleza y con sus compañeros de peregrinaje.
El vasco y el gallego han salido de Triacastela eligiendo el camino clásico, el que se dirige a Sarria vía San Xil. Una elección que hace que los peregrinos se pierdan la visita al impresionante monasterio de Samos por donde pasa la otra alternativa, algo más larga, pero, a cambio, los compensa con una mayor inmersión en las leiras y carreiros de la Galicia interior.
Una magia especial entre campos verdes y árboles otoñales que no tardará en hacerles vivir uno de los momentos más íntimos de los que han vivido hasta ahora. «Estamos bendecidos. Hemos venido en noviembre-diciembre, pero hace superbueno», dicen. Y pocos kilómetros después de comenzar, en medio de este Camino que ellos consideran como una misión de Elden Ring, deciden hacer como si fueran personajes del videojuego y se ponen a explorar. Encuentran allí mismo, en un placentero pasto, el lugar perfecto donde tumbarse a descansar.
Y ahí, en esa conexión con la naturaleza, los dos creadores de contenido se acuerdan de los familiares con los que les habría gustado compartir el Camino. Ibai reconoce que le encantaría que estuvieran su padre o su abuelo. «Pero físicamente no están para esos trotes», confiesa. Y tampoco es fácil despegarlos de su huerto y su familia.
La reflexión de Ibai le toca la fibra sensible al Xokas, que se acuerda entonces de su abuela lucense, Josefa, ya fallecida. Y reconoce la importancia que tuvo para él. «Cuando mis padres me tuvieron, sin saber ni una palabra de castellano, se vino del pueblo a Lugo ciudad. Todo para cuidarme a mí», rememora con inusual dulzura Joaquín Domínguez, «por eso la quiero tanto». Y recuerda con cariño el sándwich que le hacía todos los días y que era la envidia del resto de chavales. «Todo lo hizo por mí», agradece.
Su abuela, por supuesto, sabía de la vida como streamer de éxito. Y de polémica. El Xokas admite que a veces le llamaba la atención por su tono y sus palabras malsonantes. «Ti eres un malfalado», le reprendía. Aunque el lucense tampoco le hacía mucho caso. «Ella decía tacos también», dice.
El gallego aprovecha el momento de confianza para confesarle a Ibai algo que su colega no conocía. «Me dieron la noticia de que mi abuela iba a morir cuando estábamos grabando Disaster Chefs», el programa de cocina organizado por el streamer vasco, que no puede ocultar su sorpresa. Fue durante el evento cuando sus padres lo llamaron para comunicarle la noticia. «Me puse a buscar el vuelo más rápido y me fui», recuerda. Desgraciadamente, ya no daba tiempo. «Cuando llegué, acababa de morir».
Aún así, reconoce que tuvo tiempo para tener conversaciones con ella como si fueran a ser la última. «Ya me había medio despedido». Habitualmente, ya antes de cumplir los 99 años con los que fallecería, ya le anticipaba a su nieto que su final estaba cercano. «Meniño, nunha destas vas vir e xa non vou estar», le advirtió con cariño a Joaquín.
Setas, castañas y concienciación sobre el «bullying»
Tras este emotivo intermedio, los peregrinos continúan su camino hacia Sarria. El Xokas despliega sus conocimientos de la naturaleza. Porque él sabe de todo. «Eres experto en setas», le dice Ibai, y él le corrige con razón: «Se dice micólogo». Y, aunque no encuentra hongos comestibles, sí que le da al vasco una primera vez en su vida. La de coger una castaña del suelo y comérsela cruda. «Está cojonuda, muy buena», le dicen sus acompañantes.
Durante el camino, cada vez se va notando más el cansancio y la exigencia del Camino para el cuerpo. «El dedo gordo del pie derecho lo tengo tocadete, el gemelo lo tengo tocadete», va enumerando El Xokas. Y, aunque es una etapa mucho menos dura que las anteriores, los kilómetros se van sumando en el cuerpo.
Ibai Llanos aprovecha para recordar la importancia del ejercicio físico, pero también para reclamar una mayor empatía por parte de los profesores y entrenadores, sobre todo en los colegios. Hace un llamamiento a los maestros para darse cuenta de los pequeños gestos que acaban desembocando en bullying por no ser bueno en los deportes.
«Cuando tienes 10 años y saltas al potro y te quedas enganchado, todos los chavales se descojonan», dice, «cuando tienes los pies planos y tienes que jugar al fútbol, pierdes el respeto en el patio, en educación física». Y cree que estas cosas tienen que servir de alarma a los educadores, para que las clases de educación física no sean las «peores cuatro horas de la semana» de ningún niño.
La etapa de los peregrinos continúa entre máquinas expendedoras, pequeñas iglesias, un regato donde refrescar los pies, conversaciones sobre flatulencias y hasta una visita fugaz a Terra da Luz, ese curioso proyecto a base de donaciones creado por un peregrino australiano que se enamoró del Camino. «¿Es todo gratis para la gente que pasa?», le preguntan a un hombre holandés que está regentando en ese momento esa casa de aldea. Él se lo confirma, y dice que la mayoría de la gente va allí a lo largo del año a «hacer yoga, a charlar y a comer».
El destino está cada vez más cerca. Pero sigue sin ser fácil. Ibai reconoce, ya una vez han llegado al cámping de Sarria donde van a pasar la noche, que finalmente ha petado. Los últimos metros han sido críticos para el streamer. Era algo que los dos preparadores físicos que van con ellos, Valen y Moisés, ya le habían advertido, aunque suponían que sucedería a partir de la cuarta jornada.
Pero mañana será otro día. Y una buena ternera gallega de asador y un reparador sueño en una tienda de campaña tamaño casa junto al Xokas, sin duda, les servirá para reponer fuerzas. Santiago está cada vez más cerca, y creen que ya en la ciudad «se puede liar gordísima» cuando lleguen. «A modiño, chavales», les pide El Xokas a sus fans.