Galicia registra 12 días menos con temperaturas negativas en invierno por el cambio climático

SOCIEDAD

ALEJANDRO CAMBA

La provincia de Ourense es donde más han descendido el número de jornadas con heladas

16 dic 2024 . Actualizado a las 11:21 h.

Tal y como estaba previsto, la influencia del potente anticiclón sobre Galicia este pasado fin de semana ha generado las mínimas más bajas del otoño. La localidad ourensana de Calvos de Randín volvió a marcar el valor mínimo, con 8,6 grados bajo cero. Estos días se puede aprender de manera práctica el significado del mecanismo que aumenta la temperatura global: el efecto invernadero. 

Si las temperaturas nocturnas caen en picado se debe básicamente a que el cielo está muy despejado. Sin nubes, el calor que emite el planeta en forma de radiación infrarroja, como cualquier cuerpo del universo, se escapa hacia el espacio. Algo que no sucedería si hubiera nubosidad. 

Las jornadas tan gélidas como la de estos días son una realidad en retroceso en el contexto actual de calentamiento. Un estudio elaborado por Climate Central, un grupo de investigadores independientes, acaba de confirmar un hecho que la ciencia lleva años observando y que refuerza esa percepción generalizada de que los inviernos ya no son como lo de antes. Al menos en lo referente a días con temperaturas negativas.

«Cada vez hay menos números de días con heladas. En algunas regiones de España hace tres décadas se registraban entre 30 y 40 días de heladas al año, pero se esas cifras se han reducido entre 12 y 18 días», asegura Emma Gaitán, responsable del área de Meteorología y Climatología en la Fundación para la Investigación del Clima.

En Galicia, según este trabajo científico, Ourense ha perdido 12, Lugo 9, Pontevedra 5 y A Coruña 2 días con valores por debajo de los cero grados entre diciembre y febrero durante el período analizado, desde el año 2014 y el 2023.

El retroceso de los días fríos tiene una repercusión directa en el sector agrícola, desde pérdida de cosechas hasta la seguridad alimentaria. «Los agricultores nos han transmitido muchas veces que les preocupa tanto el estrés térmico ocasionado por el aumento de las temperaturas en verano como la falta de frío durante los meses de invierno, cuando el cultivo tiene que estar en un reposo vegetativo», apunta Gaitán.

En esta época del año, la vegetación inicia un período de reposo que abandona a mediada que avance el año y se alcanza un umbral de temperatura mínimo, alrededor de los 10 grados, momento en el que empieza a crecer. «Este umbral se alcanza antes y la planta no ha tenido el frío suficiente para cubrir sus necesidades invernales. Además el adelanto propicia que las diferentes etapas del ciclo fenológico se adelante, madurando en épocas en las que no debería porque no recibe un aporte hídrico suficiente», concluye.

En cuanto a las tendencias, la Estratexia Galega de Cambio Climático y Enerxía 2050 aprobada por la Xunta en el 2019 proyectó el futuro de las heladas en función de diferentes escenarios, más o menos optimistas. En la provincia de Ourense, donde se espera un aumento más intenso de las temperaturas mínimas, las jornadas con registros negativos se reducirán entre cuarenta y sesenta días para el período 2061-2090 y en torno a diez en las provincias atlánticas en un escenario en el que las emisiones siguen al ritmo actual.

En ese cálido escenario que viene, las noches frías se reducen drásticamente mientras aumentan de forma notable las noches cálidas, entre veinte y cuarenta jornadas. De esta forma, si en la actualidad se registran alrededor de un 5 % de este tipo de madrugadas calurosas cada año, para el período 2061-2090 se espera en la mayor parte de Galicia entre un 20 e un 30 %.