Voluntarios que ayudan a enfermos: «El mérito es de ellos que te abren su casa»

j. v. l. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

ALEJANDRO CAMBA

El programa de apoyo de la Fundación ''la Caixa'' permite a los cuidadores tomarse un respiro y a los pacientes sentirse acompañados

20 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Programa de Atención Integral a Personas con enfermedades avanzadas de la  Fundación ''la Caixa'' cuenta con cuatro equipos de atención psicosocial en Galicia, que actúan en las siete áreas sanitarias y que el año pasado asistieron a 1.469 pacientes y 1.333 familiares. De la mano de la Asociación Española Contra el Cáncer, el programa pone en contacto a voluntarios y familias con un resultado más que positivo, a juzgar por sus impresiones.

Eva Gómez Muradás, que tiene 43 años, es una de estas voluntarias que ha tenido ocasión de participar en la ciudad de Vigo. Explica que reciben una formación antes de empezar, porque la implicación es grande y «buscan que no suframos ningún daño emocional». En su caso, el paciente al que ayudaba falleció de manera repentina, «no era algo esperado», y ya había establecido un vínculo que se mantuvo con su ahora viuda. «Puedes seguir manteniéndolo también para acompañar a la mujer en el proceso para que no pierda a dos personas a la vez», relata Eva, que se siente afortunada por la experiencia. «Es muy gratificante porque tu vas allí a dedicar tu tiempo, el esfuerzo que haces es acercarte y pasar allí tu hora y media o dos horas a la semana. El mérito es de ellos que abren su casa», continúa la voluntaria que, en su caso, dio con un enfermo al que «le encantaba ir a pescar al pueblo de su mujer». Eso les sirvió de pie para entablar conversación y para que la esposa del paciente, al que no podía dejar solo, saliese de casa un para hacer sus recados y despejar la cabeza, aunque fuese brevemente. De hecho, la mujer también cogió confianza con Eva y se desahogaba con ella.

«Era una vez a la semana y al llegar alguna vez me tienen dicho: ‘‘Ya pensábamos que no venías’’. Es como si mi visita fuese como un alivio, un cambio para bien de su rutina», resume la voluntaria.

Eva y el resto de participantes se coordinan a través de un grupo en el que los responsables exponen las necesidades que hay y preguntan quién está disponible. No tienen permitido participar en otras tareas como el aseo o el cuidado. Solo hacen una labor de acompañamiento en esos momentos que suelen ser muy delicados para las familiar y, cuando es posible, el voluntario que acude a cada casa es siempre el mismo. En el caso de Eva con un resultado muy positivo tanto para la familia apoyada como para ella.