Un día en la cola y disfrazados de marineros: los gallegos, dispuestos «a pescar algo» en el sorteo de la Lotería de Navidad
SOCIEDAD
Chubasqueros amarillos, quijotes y obispos llenan, como es tradicional, las butacas del Teatro Real de Madrid
22 dic 2024 . Actualizado a las 10:48 h.«Lo importante no es que toque, que puede ser también, pero con estar aquí y pasarlo bien ya está». Cuatro amigos coruñeses viven este domingo con expectación el Sorteo de la Lotería de Navidad de este 2024. Ellos se han desplazado hasta Madrid, junto con canario, para vivir la ilusión del gordo y lo han hecho de una forma muy apegada a la tierra o más bien al mar. Y es que este cuarteto va vestido de amarillo y con redes. Unos marineros dispuestos «a pescar» por lo menos un pellizco en la jornada más ilusionante del año. «Llevábamos queriendo venir unos añitos y este aprovechamos que caía en domingo», han explicado tras más de 24 horas en la cola.
Los gallegos fueron protagonistas de la retransmisión del 24 horas de Televisión Española. «Queríamos representar de dónde venimos, de nuestra tierra marinera, A Coruña, Galicia, como de Canarias», explicaban felices de compartir con tanta gente esta nueva experiencia. «Seguro que vamos a repetir».
Mientras, en sus redes, los décimos para invocar a la suerte. «Creemos que podemos pescar el gordo. Son modelos de redes que pueden aguantar el gordo, sí», decían con humor. «Lo estamos viviendo con mucha emoción e ilusión. Ha superado nuestras expectativas», decía otro de los componentes del grupo.
Ellos le ponen luz al teatro, como tantas otras personas que se han desplazado desde diferentes puntos del territorio.
De paisano o caracterizados de los personajes más inverosímiles, como un Quijote con armadura de papel aluminio para atraer la suerte, son cientos las personas que han aguardado la oportunidad de entrar en la sala principal del Teatro Real para asistir al Sorteo Extraordinario de Navidad.
«Venimos 20 miembros de la comuna friki de la Ínsula Barataria», ha bromeado un grupo de amigos formado en parte por integrantes de la plantilla del Hospital Reina Sofía de Murcia, en la que es su novena asistencia a este evento.
Algunos han venido por primera vez, como Marta y Emma, que desde Barcelona han hecho doblete entre el sorteo y el musical de Aladdin, o también una familia de Palma. La madre, Loli, ha dormido tres noches a la intemperie para asegurarle a su hija Itziar, la más ilusionada de todos, la oportunidad de entrar y tocar la ilusión de cerca.
No han sido los únicos niños en la fila. Solo unos puestos más atrás, otra familia de Don Benito (Badajoz); los padres vuelven por cuarto año al Real, esta vez acompañados de sus pequeñas hijas Lola y Ángela, que se estrenan disfrazadas de décimo de lotería gracias a la habilidad de su abuela paterna. Si se hacen con el Gordo, tienen claro el destino del dinero: «¡Nos vamos a Disneyland París!».
Junto a los novatos en tentar la suerte a solo unos metros de los bombos están los habituales, como don Francisco Mur, que desde Benabarre (Huesca) ha perdido la cuenta del número de años que lleva asistiendo. De ellos, tres lleva vistiendo su traje con décimos estampados, del que solo cambia en cada visita el sombrero, este sí solo con los diez números que juega esta vez.
Y para habituales, algunos tan conocidos como el papa o el obispo, apodados así por sus ya icónicos disfraces. Después de 22 días de guardia a las puertas del Teatro Real, él ha sido el primero en acceder a la sala principal, pasadas las 7:30 horas, y lo ha hecho portando también el primer número y el más bajo susceptible de ser premiado: el 00000. «Este año voy por los bajos», ha dicho al mostrar el fajo con 72 décimos con los que tentará a la fortuna.