Los titulares que no esperábamos escribir en este 2024: del atentado a Trump a un presidente «profundamente enamorado» de su mujer

Paulino Vilasoa Boo
P. VILASOA REDACCIÓN

SOCIEDAD

El año ha dado muchas noticias dentro de lo esperable, pero también un buen puñado de informaciones que nadie podía prever: la foto trucada de Kate Middleton, el escaneo de iris a cambio de criptomonedas, el desenmascaramiento de Errejón o una inesperada Eurocopa fueron algunas

29 dic 2024 . Actualizado a las 17:52 h.

Todas las noticias tienen en común que dan información sobre algo novedoso o sorprendente o trascendental. Pero, aún así, hay muchas de ellas que, en el fondo, tampoco son tan imprevisibles. En un año electoral como ha sido este a lo largo y ancho del mundo, la victoria de Donald Trump, aunque pueda ser sorprendente, entra dentro de lo esperable. También las tensiones entre Gobierno y oposición, o los altibajos económicos pueden entrar dentro de muchas quinielas. Pero hay siempre unas noticias que son imposibles de prever. Esos titulares que, posiblemente, nunca habríamos pensado que íbamos a tener que escribir.

Y este año ha dado para mucho. Desde un presidente del Gobierno al que no le da vergüenza decir, en una carta a la ciudadanía, que es «un hombre profundamente enamorado» de su mujer a un expresidente catalán que aparece y desaparece como por arte de magia en pleno centro de Barcelona. De un inesperado intento de magnicidio en Estados Unidos a unos Juegos Olímpicos organizados con aparente pereza por una de las naciones más hábiles para la ostentación. O una imprevista Eurocopa que se viene para España con un jugador para la historia que acabó la ESO durante la concentración. Y también un año en el que se han superado muchos clichés: países aparentemente estables que nos dan sustos y otros que eran los últimos de la clase y que están cumpliendo como el que más. También de nuevos símbolos contra las injusticias. Una víctima que consiguió darle la vuelta, y de hacer que la vergüenza cambiase de bando. O un asesino justiciero que, sorprendentemente, se ha convertido en un icono de una desigualdad.

Hacemos un repaso, mes a mes, por las noticias que solo un año antes no imaginaríamos que fuéramos a dar.

Enero. Si algo no esperábamos es que una entrevista de Évole a C. Tangana acabase desembocando en un amago de boicot a una cadena de comida rápida. Pero así fue. El artista hizo una revelación sobre su pasado laboral que no dejó indiferente a nadie. Fue tras su época en Pans & Company. «Todavía me deben al menos 600 euros en horas». Al mismísimo Pucho, nada menos, que además dijo que había sido la peor época de su vida. Se armó una buena. Y eso que no fue su único gran titular. Entre otras cosas, confesó también que su padre había sido «muy nacionalista gallego y se sentía extranjero en Madrid». Paradójicamente, acabó teniendo un hijo al que llaman comúnmente El Madrileño.

Poco podía prever, también en enero, RTVE que la palabra «zorra» los iba a volver a poner en un brete 41 años después. Así como en el 1983 la canción Me gusta ser una zorra, de Las Vulpes, provocaba un escándalo que acabó en la Justicia y con la cancelación de un programa de televisión —para que luego digan de que si la libertad de antaño y si tal—, la que se lio este año por la canción de Nebulossa parecía que los iba a hacer correr la misma suerte. Pero la sangre no acabó en el río. El dúo fue el elegido para representar a España en el Festival de Eurovisión, y a la canción la defendió personalmente hasta por el propio presidente del Gobierno. Entre los voluptuosos bailarines, un chaval de Fisterra, César Louzán Ferrío, que encandiló con sus sensuales bailes a toda Europa.

Y hablando de sensualidad, quien tenía de más —o al menos eso consideraba él— era otro de los participantes en el Benidorm Fest, Jorge González, que denunció que sí, que «mucho se habla de la gordofobia, pero poco se habla del rechazo que provoca cuando eres un poco arregladito, estupendo y demás». El cantante de Caliente afirmaba estar sufriendo «guapofobia» en festival y en su vida en general.

Quizás influidos por la sensualidad cabaretera de los bailarines de Nebulossa o de la insoportable belleza de Jorge, muchos malpensaron de más al ver el cartel de la Semana Santa de Sevilla que se presentó precisamente en este mes de enero. El actor Antonio Garrido, afincado en Santiago de Compostela, había posado con todo respeto con un hermoso Jesucristo resucitado para el cartel de su ciudad natal. Poco se podía imaginar él ni cualquier otro que muchos iban a ver con ojos viciosos su imagen y que iban a poner el grito en el cielo por algo que consideraban obsceno.

Al final es que criticar es gratis. Y deporte nacional. Que se lo digan si no a Jesús Calleja. Pocos podríamos sospechar que él, casi siempre libre de hate, iba a dar titulares en su contra. Pero fue invitar a las hermanas María y Marta Pombo a Planeta Calleja y hacerle la cruz. Muchos de sus fieles amenazaban con dejar de verlo. «Es la primera vez que quito el programa», decía algún espectador.

Las Pombo, siempre en el punto de mira. Y a sus éxitos este año se le suman también algunos fracasos sonoros. María fue incapaz de celebrar su SuaveFest veraniego en un palacio protegido en el que ya se habían organizado actos anteriormente. Las presiones de los ecologistas y de los vecinos la hicieron dar marcha atrás y elegir otro lugar. Y sus negocios en la moda parece que no van del todo bien. Las hermanas se han desvinculado de sus marcas.

Febrero. Y eso que tampoco es que estén haciendo nada delictivo. No sabemos si podrá decir lo mismo uno de los protagonistas inesperados del año: Antonio Tejado. El colaborador de televisión fue detenido en febrero por su supuesta implicación en una banda de ladrones de casas. Pero es que la cosa no se quedaba ahí. Había participado, supuestamente, en el traumático asalto del verano pasado a la casa de su querida tía, la tonadillera María del Monte, que no puede ocultar su profundo disgusto.

Leandro Wassaul | EUROPA PRESS

También en febrero se produjo una de las propuestas más impensables: el escaneo de iris a cambio de criptomonedas. Sonaba raro. Pero tanto en A Coruña como en muchos sitios de España había colas de jóvenes para conseguir un pago a cambio de este acto aparentemente inofensivo que enseguida fue prohibido por la Agencia Española de Protección de Datos, al suponer una recopilación de datos biométricos de los ciudadanos.

En este mes, como voz autorizada de los enfermos de ELA se erigió el exjugador de fútbol Juan Carlos Unzué, que clamó en el Congreso por la aprobación de una ley que los protegiese y los asistiese. Fue un discurso marcado por la ausencia de muchos diputados. «Tendrán algo más importante que hacer», lamentó. Pero fue efectivo. En octubre, la Cámara Baja aprobó la norma por unanimidad.

Hablando de exfutbolistas, nuestro paisano Jota Peleteiro también dio un inesperado titular en este mes. La prensa de Kuwait anunciaba que el deportista de A Pobra do Caramiñal se había convertido al islam.

Febrero también ponía fin a la exitosa edición de Operación Triunfo, la primera en Amazon Prime y que provocó una nueva locura colectiva. La ganadora fue la zaragozana Naiara, una todoterreno vocalmente impecable que se había formado en la gran cantera de nuestro país: las orquestas. E hizo una revelación días antes de vencer que no nos esperábamos: «En mi vida pensé que me fueran a llamar de la orquesta Panorama», dijo con orgullo sobre la reconocida formación gallega.

El mes terminaba con una mala noticia desde el Reino Unido, apenas año y medio después del fallecimiento de Isabel II: el rey Carlos III anunciaba que tenía cáncer.

Marzo. Pero el momento más sensible para la monarquía británica aún estaba por llegar, apenas unas semanas después. Hacía meses que la gente se hacía la misma pregunta: ¿qué ha pasado con Kate Middleton? La esposa de Guillermo llevaba meses desaparecida. Y una fotografía de ella con los niños, publicada para calmar los ánimos, no hizo si no acrecentar la preocupación. Estaba trucada. Poco después, ella misma lo confesó. Y tras semanas ríos de tinta con teorías y especulaciones cada vez más locas, la princesa de Gales reapareció por fin. Para desvelar, en un vídeo, que padecía un cáncer para el que tenía que someterse a una quimioterapia preventiva.

El mes de marzo dio noticias de todo tipo. Pablo Iglesias daba el salto a la hostelería con un bar en Madrid; Ana Peleteiro, Lucas Vázquez y Crys Díaz abrían un gimnasio en pleno centro de A Coruña; la actriz de Euphoria Hunter Schafer confesaba que ella y Rosalía habían tenido una relación amorosa y sexual durante cinco meses; y la banda Vetusta Morla anunciaba su retirada de lo escenarios tras la gira veraniega.

Y terminó con una imagen que parecía a cámara lenta muy difícil de olvidar: un portacontenedores derrumbaba en la ciudad estadounidense de Baltimore el puente Francis Scott Key, dejando a la urbe sin una de sus vías de comunicación más importantes.

Abril. Mientras Cifras y Letras despuntaba en audiencia gracias a la participación de su concursante más joven, Álvaro Gamboa; uno de los Mozos de Arousa, Bruno Vila, se hacía fuerte en el concurso Bailando con las estrellas. Lograba contra pronóstico llegar a la final, no sin esfuerzo ni críticas por parte de jurado, compañeros y hasta del presentador, Jesús Vázquez, por su actitud y por sus limitadas dotes para el baile.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aprovechaba esta época para dar el «sí quiero» con la que ya es su esposa, Teresa Urquijo. Tan impensable si nos lo dicen hace unos años que ni él se lo creía. «No sé qué ha visto ella en mí». Criatura.

También este mes, el presentador Àngel Llàcer tenía que ser hospitalizado tras haber contraído una infección bacteriana en Vietnam que le dejó graves secuelas y estuvo a punto de provocarle la amputación de una pierna o incluso la muerte.

Pero de lo que toda España estaba entonces pendiente era de otra noticia desde el sudeste asiático. La pesadilla de Álex, el donostiarra de 36 años que llevaba dos meses ingresado en Tailandia por una pancreatitis aguda, llegaba a su fin tras conseguir llegar a Bilbao en un avión medicalizado enviado por el Gobierno.

Fue un gran momento para el Ejecutivo de Sánchez. Pero la alegría le duró poco. Porque si hay algo que destacar en este mes es una carta que no nos podíamos esperar. Os voy a poner dos frases. «No me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer, que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también» es una, y la otra: «Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé». Y con esta carta a la ciudadanía, Pedro Sánchez ponía a toda España en un paréntesis de respiración contenida esperando hasta el lunes para saber si iba a continuar en la presidencia del Gobierno tras la denuncia contra su esposa, Begoña Gómez. Por supuesto, ahí sigue.

Pero para declaraciones inesperadas, quien se lleva la palma este año es el actor Rodolfo Sancho, que manifestó sus opiniones en la muy controvertida serie documental El caso Sancho. Es comprensible la defensa de su hijo. Pero quizás las formas no fueron las que nadie preveía. «Llevo toda mi vida preparándome para esto», dijo sobre el reto de afrontar la situación de que tu vástago haya supuestamente asesinado a una persona. Fue la primera. Pero hubo más. «Si Daniel fuese una mujer, sería una mujer a la que han intentado violar», intentó justificarlo. Y en otra alababa la polémica actitud de su hijo durante el juicio: «Era digno de verlo, cómo se levantaba y les apretaba a los policías».

Las plataformas de streaming sirvieron para reabrir casos que estaban ya en el pasado. Nos toca muy de cerca El caso Asunta, que volvió a poner las incógnitas del crimen sucedido en Santiago sobre la mesa. Y otra, Mi reno de peluche, nos sirvió para descubrir otra experiencia vital de un humorista atosigado por una fan. Quien, por cierto, acabó saliendo a la luz y mostrando su verdadera identidad a pesar de la voluntad expresa del autor de mantenerla en el anonimato.

Mayo. El mes de Eurovisión. Y si ya había habido polémicas en la preselección de España, el propio festival no iba a ser menos. Nunca lo es. La participación de Israel estuvo a punto de provocar una verdadera espantada en la participación. Ya la propia selección de las canciones hebreas estuvo llena de controversias. Y la elegida, Lluvia de octubre, con menciones al ataque de Hamás y a la masacre de Gaza, los dejó muy cerca de quedar fuera del certamen. Al final cambiaron la letra y participaron, aunque con muchísima tensión entre bambalinas y en redes sociales. El ganador fue Nemo, de Suiza.

Hablando de lugares insospechados para la tensión, hay que mencionar el estreno de la película Garfield. Sí, el gato animado. Los espectadores de un cine vieron cómo un hombre agresivo amenazaba a su acompañante, la cogía del cuello y hasta llegaba a pegarle a una niña de 8 años de refilón. El boxeador leonés Antonio Barrul no pudo más y acudió a acabar con la situación. «A un maltratador hay que frenarlo como sea», dijo después. Pero estuvo a punto de caerle el pelo, y tuvo que pedir perdón.

Si con Garfield no se sabe, mucho menos con La Mesías, de Los Javis, esa serie del año pasado que acabó creando un furor. Tanto, que las Stella Maris, ese grupo ficticio de hermanas con muchas reminiscencias reales, acabaron tocando, con gran éxito, en el Primavera Sound.

Quien sabe si tuvo algo que ver para la crisis de fe, pero este mismo mes de mayo, las monjas de Belorado informaban de que dejaban de obedecer al papa Francisco. Y pasaron a seguir a un nuevo obispo falso, un brasileño admirador de Hitler. La iglesia las excomulgó, cómo no, y las obligó a abandonar el convento. Aún no se ha efectuado.

No era fácil desalojarlas. Como tampoco a la conocida okupa prémium de Menorca, una mujer que no tuvo ningún reparo en compartir en redes sociales el chalé valorado en 670.000 euros en el que había empezado a vivir ilegalmente. Y tampoco tenía problemas en charlar con los medios para explicarle su situación y su nueva vida de falsa rica.

Junio. En este mes, un suceso que nos pilló desprevenidos. Un grupo de narcos neonazis asesinaban a tiros al hermano de Begoña Villacís, exvicealcaldesa de Madrid. Borja, de 41 años, había caído en una encerrona por parte de una banda rival, que le hizo ver que era un encuentro de reconciliación.

Julio. Dio para mucho. Victoria Federica se colaba en una promo de La Casa del Dragón en la que se vendía como la «legítima heredera»; la influencer Roro era omnipresente, imitada hasta la saciedad por su vocecita dulcificada y su disposición para cumplirle los caprichos a su novio Pablo; Michael Douglas celebraba su 80.º cumpleaños como un mallorquín jubilado más, rodeado de los vecinos mayores de su pueblo; los tapones pasaban a estar ya para siempre unidos a las botellas; y muchos se paseaban con una piña en el carrito del Mercadona para ligar. Y, de fondo de todo esto, una canción: La potra salvaje, de Isabel Aaiún. Porque sí, estábamos ya en plena Eurocopa.

España, como siempre, despotricando contra el seleccionador y los jugadores, viéndose perdedores desde el minuto uno. Pero incluso los más quisquillosos y pesimistas acabaron pasando por el aro. Esos cuestionables chavales, algunos unos desconocidos para la población general, acabaron convirtiéndose en leyendas del país. Y se trajeron para España una nueva e inesperada Eurocopa justo el día después de que Lamine Yamal cumpliera 17 años y con la ESO recién terminada.

Pero justo en la víspera de la final, hubo otro evento que dejó al planeta con un nudo en la garganta: el atentado contra Donald Trump durante un mítin en Pennsilvania. Fueron varios disparos, de los que el magnate se salvó por apenas unos milímetros. Meses después, el candidato se hacía de nuevo con la presidencia de los Estados Unidos tras imponerse con contundencia a Kamala Harris. Y nombró a Elon Musk como uno de los futuros responsables del Departamento de Eficiencia Gubernamental, que tiene como siglas DOGE, el nombre del a critpomoneda de dueño de Twitter. En fin...

El expresidente fue asistido por los servicios secretos tras ser atacado a balazos
El expresidente fue asistido por los servicios secretos tras ser atacado a balazos Brendan McDermid | REUTERS

Agosto. El mes de los Juegos Olímpicos. Y vaya si dieron que hablar. Para empezar, si algo no se podía esperar nadie es que la celebración de una cita tan idónea para la ostentación y al lucimiento iba a provocar tan mala imagen de la organización francesa. Lo del estado de las aguas del Sena ya da para una tesis, pero es que incluso la ceremonia de inauguración, que pintaba tan bien sobre el papel, acabó siendo un despropósito tanto estéticamente como de ritmo.

Eso sí, los escenarios de algunas pruebas no podrían haber sido más icónicos. Aunque al final quienes más quedaron para la historia fueron el despreocupado tirador turco Yusuf Dikeç, con su ya mítica pose de la mano en el bolsillo, y la australiana que hizo ver que quizás el breaking todavía no estaba preparado para ser una disciplina olímpica.

También hay que hacer mención especial a He Bing Jiao, la subcampeona olímpica de bádminton que rindió homenaje a nuestra Carolina Marín tras su dramática lesión. Subió a recoger su plata con un pequeñito y muy mono pin de España.

Las medallistas olímpicas en bádminton
Las medallistas olímpicas en bádminton Hamad I Mohammed | REUTERS

Lo de Francia y los Juegos Olímpicos ya parecía anticipar algo que pasaría después. El país es, posiblemente, el más estable políticamente de Europa, con un sistema electoral ya diseñado para tal fin. Poco se podía imaginar Macron que iba a terminar 2024 dándole la mano a nada menos que cuatro primeros ministros diferentes en solo un año.

A quien no le dio tiempo a darle la mano a casi nadie fue a Puigdemont. Un visto y no visto. El expresidente de la Generalitat demostró unas inesperadas dotes de escapismo cuando, tras reaparecer para dar un discurso en pleno centro de Barcelona, consiguió darles el esquinazo a los mossos d'Esquadra y fugarse de nuevo al extranjero para evitar su detención.

No podemos olvidarnos de la que fue, quizás, la ruptura más inesperada del año. Solo un mes después de celebrar la Eurocopa y de pasear a su familia en el césped alemán, el capitán de la selección, Álvaro Morata, anunciaba su separación de Alice Campello, con la que tiene cuatro hijos en común.

Mientras, en Galicia, quienes daban titulares eran los vecinos de los lugares turísticos. En Cangas se hizo una protesta tan insólita como eficaz: los ciudadanos cruzaban una y otra vez el paso de peatones para impedir a los coches acceder a las playas. Y en Mera, un bar decidía cerrar todo agosto por las conductas de «los turistas de la Meseta».

Septiembre. El año ya había empezado con un gran titular: la revelación, a cuentagotas, de los nombres incluidos en la lista Epstein, es decir, todos los famosos relacionados con el pedófilo y depredador sexual relacionado con tráfico de menores de edad. Era ya como un anticipo de lo que iba a ser un gran desenmascaramiento de otros supuestos depredadores sexuales.

El más relevante, por méritos propios, fue el juicio en Francia de Gisèle Pelicot, la mujer a la que su marido drogaba para permitir que hasta 50 hombres desconocidos —personas aparentemente corrientes con mujeres e hijos— la violaran mientras estaba inconsciente. Ella se convirtió en un icono, e inmortalizó eso de «Que la vergüenza cambie de bando».

Gisèle Pelicot, a su llegada a los juzgados de Aviñón para escuchar la lectura de la sentencia.
Gisèle Pelicot, a su llegada a los juzgados de Aviñón para escuchar la lectura de la sentencia. Manon Cruz | REUTERS

También el caso del rapero Sean Diddy Combs —conocido antaño como Puff Daddy—, que desde noviembre hasta el día de hoy suma decenas de denuncias en su contra por parte de hombres y mujeres, muchos menores de edad en el momento de los hechos. Y con experiencias terroríficas.

A finales de mes, se publicaron después de años de rumores las fotografías del rey emérito Juan Carlos I besándose con Bárbara Rey. Y se iniciaba ahí un conflicto entre la vedette y su hijo que dura aún hasta hoy.

Las guerras de Israel, primero en Gaza y después en Líbano, ha centrado la atención todo el año. Pero nadie podía haberse imaginado el ataque desplegado por Israel en cientos de buscas de Hezbolá, que explotaron a la vez, dejando varios muertos y miles de heridos.

Octubre. Un evento trascendental provocó un terremoto en el pop español. Llevaba habiendo rumores todo el año. Y ya la reaparición de Amaia Montero en un concierto de Karol G unos meses para cantar Rosas acabó provocando una ola en la opinión pública que llevó a que La Oreja de Van Gogh y Leire Martínez separasen sus caminos tras 17 años juntos. Aún hoy no sabemos exactamente qué pasó.

También por esta época, Dulceida y Alba Paúl daban la bienvenida a su primera hija en común. Vino con un fuet debajo del brazo. Muchos consideraban que se trataba de una colaboración pagada con la marca de embutidos y censuraron la mala elección del momento. Pero ellas siempre lo negaron, diciendo que era simplemente un antojo.

Otro shock de este mes, esta vez en la política. Todo empezaba con Cristina Fallarás dando voz a un montón de mujeres víctimas de violencia sexual y acababa desembocando en Íñigo Errejón dejando sus cargos en Sumar solo unos días después. Entre las supuestas afectadas, la actriz Elisa Mouliaá o la polemista Aída Nízar.

Apenas unos días después, ya casi nadie hablaba de esto, porque una terrible dana azotó el Levante español, causando centenares de muertos e incalculables daños materiales. Fueron momentos de angustia, de responsabilidades desatendidas y también de cientos de bulos que se aprovechaban del estado de caos que se vivía en la zona. También de quienes intentaron aprovecharse de la tragedia. El episodio del colaborador de Iker Jiménez, Rubén Gisbert, manchándose de barro para dramatizar su conexión daba un nuevo sentido, mucho más amplio, a la palabra fango que tan de moda había estado para referirse a una forma de hacer política los meses anteriores.

Noviembre. Este mes les poníamos cara y voz a los investigados por el crimen de Samuel Luiz en A Coruña. Tres de ellos fueron acusados de asesinato, otro de cómplice y otra fue absuelta.

A quien también le pusimos voz es a la becaria que denunció a Nacho Cano por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores extranjeros, Lesly Ochoa. Al salir del juzgado tras ratificar los hechos, la joven se soltó a cantar Lucha de gigantes, de Nacha Pop. Y lo haría también otra vez más antes de terminar el año.

Hablando de música, este fue el mes en el que el cantante coruñés Íñigo Quintero viajaba hasta Miami para participar en la gala de los Latin Grammy, donde estaba nominado en la categoría de artista revelación. No lo ganó, pero ni él se esperaba estar tan pronto en un evento de esa categoría.

Ya parecía que los Mozos de Arousa eran parte de Reacción en cadena, hasta que se dio la noticia de que su paso por el concurso tras romper todos los récords llegaba a su fin. Hasta aquí podía ser hasta esperable. Lo que nadie podía prever era que iban a acabar mal con Telecinco, que les habían prometido a los tres jóvenes dar las Campanadas en Mediaset. «Nos han mentido en nuestra cara para hacer cosas que no queríamos hacer», llegó a decir el siempre discreto Borjamina.

No queremos cerrar noviembre sin hacer mención a algo histórico, también en la televisión. La berrea del ciervo. La interrumpida visita de Jorge Martín a La revuelta hizo que la batalla de audiencias entre el programa de David Broncano y Pablo Motos se elevara a un nuevo nivel de hostilidad. La protesta fue primero contundente, con el presentador explicando los hechos, y luego descacharrante, con una especie de huelga a través de imágenes de un documental de ciervos en pleno prime time durante 20 minutos.

David Broncano, en «La Resistencia»
David Broncano, en «La Resistencia» RTVE

Diciembre. El último mes del año empezó ya con una ristra de acontecimientos históricos que parecían haber surgido de la nada. Para empezar, una noticia que no pensaríamos tener que dar: La aparentemente estable y tranquila Corea del Sur mantenía al mundo en vilo tras un autogolpe de Estado por parte del presidente. Duró apenas seis horas, pero ya hizo ver que hay que estar preparado para cualquier cosa.

Casi de un día para otro, se produjo otro evento para los anales. En apenas unos días, el régimen de Al Asad cayó, resolviendo así, como de golpe, una guerra civil de más de una década.

En Estados Unidos, un joven italoamericano, Luigi Mangione, se tomaba —siempre supuestamente— la justicia por su mano y asesinaba al CEO de una de las mayores aseguradoras médicas del país, UnitedHealthCare. Si ese rollo justiciero no era suficientemente sorprendente, lo insólito vino después, cuando gran parte de la sociedad norteamericana —y de otras partes del mundo— lo elevó, contra todo pronóstico, a la categoría de héroe. Y eso a pesar del esfuerzo de las autoridades por venderlo como uno de los mayores villanos de su historia.

Mientras todo esto pasaba, los streamers Ibai y El Xokas iban a su bola. Y convertían al Camino de Santiago en una de las series de YouTube más comentadas de las redes sociales. Su recibimiento en pleno Obradoiro fue apoteósico.

Y ya después de esa ruptura con los estereotipos que mostraron este año Francia o Corea del Sur, Alemania no quería ser menos. El Gobierno tricolor de la potencia europea, a la que últimamente se le ve cada vez más cara del enfermo económico europeo, daba paso a elecciones anticipadas ante el colapso de la coalición. Y quien nos iba a decir que, para romper más con los clichés, iban a ser España e Italia en el 2024 quienes acabarían el año como las más probables locomotoras de Europa.