Los dos hombres más ricos del mundo lanzan entre este jueves y este viernes sus cohetes gigantes al espacio, el Starship y el New Glenn
09 ene 2025 . Actualizado a las 09:19 h.Si el calendario se cumple -algo que en el campo espacial no siempre ocurre-, entre este jueves y este viernes volarán al espacio dos de los cohetes más grandes jamás construidos. De un lado, la Starship, que encabeza este ránking de gigantes, afronta su séptima prueba de vuelo. De otro, el New Glenn espera despegar por primera vez. Detrás de estos dos gigantes se encuentran los dos hombres más ricos del mundo, Elon Musk, fundador de Tesla y propietario de X, y Jeff Bezos, el fundador de Amazon. Según Forbes, entre ambos acumulan más de 600.000 millones de dólares (581.000 millones de euros), 424.000 millones el primero y 237.000 el segundo.
El verborreico Musk ha llegado a decir de Bezos que «no ha logrado poner en órbita ni un mondadientes». Para responder, el magnate de la distribución ha dejado de lado la dialéctica para apostar por los recursos judiciales contra algunos de los contratos otorgados por la Nasa a su rival para el programa de regreso a la Luna y por los daños medioambientales que causa la Starship.
La competencia espacial entre los dos megamillonarios empezó hace más de veinte años. El primer golpe lo dio Bezos, que fundó Blue Origin, su empresa espacial, el 8 de septiembre del año 2000. Musk puso la primera piedra de Space X el 14 de marzo del 2002. Desde aquel primer round, la trayectoria de ambas compañías no admite comparación. Space X prácticamente monopoliza el acceso de Estados Unidos a órbita y acapara buena parte de todos los cohetes que se lanzan al espacio. Sin ir más lejos, de los 258 despegues registrados el año pasado, 134 (el 52 %) estuvieron protagonizados por los cohetes de la familia Falcon, el artilugio más fiable del polémico millonario.
Uno de sus mejores golpes llegó cuando Obama decidió que Estados Unidos no podía seguir dependiendo de Moscú para llegar a la Estación Espacial Internacional (ISS) tras el fin de los transbordadores espaciales. El Gobierno otorgó dos contratos a Space X y Boeing para que construyeran naves capaces de llegar a la ISS. La primera lo hizo en el 2020; la segunda, a duras penas, el año pasado y dejando atrapados a los dos astronautas que transportó por los interminables problemas técnicos de la Starliner, la nave de los mil y un achaques. El resultado es el monopolio en este área de Space X.
Cohetes gigantes
La trayectoria de Blue Origin no ha sido tan fulgurante. Su cohete más utilizado hasta ahora ha sido el New Shepard -el nombre homenajea a Alan Shepard, el primer astronauta estadounidense-, un artilugio en el que el propio Bezos voló al espacio. Tras cuatro años de retrasos, está previsto que a las 7.00 horas de este viernes despegue el New Glenn -el nombre recuerda a John Glenn, otro legendario astronauta de la Nasa-, un cohete de 98 metros de altura con el que aspira a hacer competencia real al imperio espacial de Musk.
Como casi todos los cohetes de nueva generación, una de sus características fundamentales es que es reutilizable. En su caso, la primera etapa, la propulsora, está diseñada para un mínimo de 25 misiones. Con ello se consigue un notable ahorro de gasto en un sector que exige enormes inversiones de dinero. Bezos ha llegado a asegurar que Blue Origin será más grande que Amazon. Entre sus proyectos, una red de satélites llamados Kuiper para competir con los Starlink de Musk.