El vigués Pedro Alonso hace objeción de conciencia sobre las preguntas clásicas de Broncano: «Tengo que ser congruente»

P. V. LA VOZ

SOCIEDAD

El actor vigués Pedro Alonso, en «La revuelta»
El actor vigués Pedro Alonso, en «La revuelta» RTVE

El actor ha reconocido que practica «sexo tántrico» siempre que puede y, sobre sus relaciones íntimas, ha confesado: «Día sí, día no, me va bien»

09 ene 2025 . Actualizado a las 11:42 h.

El actor vigués Pedro Alonso ha sido el último invitado a La revuelta para promocionar La nave del encanto, una serie documental producida, escrita, dirigida y protagonizada por él mismo. Un privilegio, el de un actor que puede financiar su propia obra, al alcance de muy pocos. Lo reconoce él mismo. «Estoy agradecidísimo de poder producir, me parece una locura», le confesó a Broncano quien fuera Berlín en La casa de papel y en el spin-off homónimo de su personaje. Porque, como él mismo reconoce, la situación para los actores en España está muy complicada. «La mayoría no llegan ni al sueldo mínimo», ha querido denunciar.

Pero pese a todo —o quizás precisamente por eso—, el gallego no ha querido responder con precisión a las preguntas clásicas de David Broncano, especialmente a la referente a cuánto dinero tiene en el banco. «Es contraproducente», justificó Alonso, refiriéndose a su alegato previo en contra del materialismo y la vorágine de la sociedad actual y la esclavitud de los números. «Tengo que ser congruente con el mensaje que estoy defendiendo», dijo.

«Si yo, que he vivido en la profesión comiéndome los mocos durante treinta años, que estoy vivo profesionalmente porque mi madre me ayudó en algún momento, llego a un programa y digo que he empezado a facturar... Yo, que estoy hablando de la no compulsión de los números...», reflexionó Pedro Alonso. Aunque Broncano intentaba convencerlo de lo contrario, relativizando los datos. «Es solo un juego», defendía el presentador, aunque reconocía al mismo tiempo que al hacer esas preguntas «puede parecer que se le otorga un valor muy alto».

«Es un juego, pero lleva un mensaje», convenía Alonso, «ellos [refiriéndose al público] sí le otorgan algo trascendental». Y por todo ello decidió hacer objeción de conciencia sobre la pregunta monetaria. Aunque reconoció, eso sí, que su situación lo sitúa «ahora mismo en la parte de arriba», la de aquellos actores que facturan buenas cantidades anuales.

Sobre sus relaciones íntimas ya había hablado un poco anteriormente, cuando desveló que practica habitualmente sexo tántrico. «Todo el rato que puedo», ha confesado sobre esta modalidad que se enfoca en conseguir una experiencia de autoconocimiento propio y de la pareja, dando menos relevancia a la eyaculación. Aún así, sí acabó dando un dato esclarecedor a la pregunta de Broncano. «Día sí, día no me va bien», confesó sobre las relaciones con su pareja, Tatiana Djordjevic.

A vueltas con los apellidos del actor

Buena parte de la entrevista estuvo interrumpida —como es habitual en La revuelta— por las propias ocurrencias de David Broncano, que se encasquetó en su obsesión con las palabras de origen árabe en español. Especialmente, sobre la curiosidad de que el arranque «al—» de muchos vocablos se correspondía con el artículo determinado de la lengua semítica. Todo esto venía por el apellido del actor, Alonso, al que el presentador jiennense identificó incorrectamente como árabe etimológicamente, cuando en realidad se trata de un antropónimo de origen germánico. «Serías Pedro El Onso», dedujo erróneamente.

Una conclusión que sí habría sido correcta con su segundo apellido, Ochoro. «"O" es el artículo en gallego», destacó Pedro Alonso, ante el desconcierto de Broncano. En esto no fallaba el actor, ya que se corresponde con el apodo de la familia de su padre.

Lo había explicado a La Voz en una entrevista: «Eu son o fillo de Antonio o da Chora», afirmaba. Y ahí mismo confesaba que para su nombre artístico se había quitado el apellido de su padre —es,  de nacimiento, Pedro González Alonso— y, para compensar, porque no le había hecho «ninguna gracia» a su progenitor, se había puesto al final el mote por vía paterna. «Firmo mis obras como O' Choro, que es el mote que le tenían a mi familia en la aldea».