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Las clarisas de Belorado tachan de «error» el cobro de la pensión de una monja fallecida hace más dos años

La Voz BURGOS, BILBAO / EUROPA PRESS

SOCIEDAD

Dos de las exmonjas en el monasterio de Orduña
Dos de las exmonjas en el monasterio de Orduña FRANCISCO CANALS, DEJE DE PRENSA | EUROPAPRESS

Las religiosas denuncian que están atravesando una «delicada situación económica»

24 ene 2025 . Actualizado a las 19:44 h.

El Arzobispado de Burgos «ha comunicado al Instituto Nacional de la Seguridad Social» (INSS) que en las cuentas que administra de las exreligiosas del convento de Belorado se recibe presuntamente la pensión de una monja fallecida hace dos años, según ha confirmado a Europa Press.

Esta supuesta irregularidad se descubrió al detectarse una aportación ligada a una identidad desconocida, al revisar los ingresos en las cuentas. Fuentes del Arzobispado de Burgos reconocen que se sospechó «de alguna monja fallecida», una vez analizada la situación.

Según confirma la diócesis, se trata de una religiosa del convento de Derio, que acabó en absorbido por el de Belorado cuando ese cenobio vizcaíno se cerró. Esa religiosa había fallecido en abril de 2022.

La Comisión Pontificia encargada de realizar el seguimiento a las cuentas de las monjas del convento de la Bretonera observaron varios «movimientos bancarios en los que estaba asociado un DNI que no correspondía ninguna de las residentes en él». Ahora le corresponde al Estado comprobar si es cierta esa situación irregular.

Si finalmente la Seguridad Social corrobora que ha estado realizando pagos irregulares, podría conllevar la devolución íntegra de lo recibido en las cuentas de las exclarisas desde mayo de 2022 hasta hoy y, según una fuente jurídica, podría «existir una pena de cárcel» en el caso de que se ratificara esta situación.

No obstante se abrirá una investigación para esclarecer los hechos y determinar si la comunidad comunicó la muerte de esta mujer y, en todo caso, el dinero que ha recibido esas cuentas, desde el momento en el que el arzobispo de Burgos se ha convertido en administrador pontificio será devuelta.

Hasta el momento, según un comunicado del Arzobispado emitido la semana pasada, la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu «ha seguido proporcionando fondos para hacer frente a los gastos de los monasterios y poder atender las obligaciones perentorias» que, en el pasado mes de diciembre ascendieron a 33.681,07 euros.

Venta bloqueada

Las exmonjas de la comunidad de Belorado (Burgos) han destacado «la delicada situación económica» en la que quedaron después de que la Santa Sede bloqueara la operación de venta del convento de la localidad vizcaína de Derio, que tenían planificada para sufragar los gastos de restauración del monasterio de Orduña, que habían adquirido en 2020 y que estaba «envejecido».

Tal como ha explicado en un comunicado el jefe de prensa de las exmonjas excomulgadas, Francisco Canals, el monasterio de Orduña, construido en el siglo XV por monjes franciscanos, fue adquirido en 2020 por las religiosas de Belorado «con la esperanza de financiar su reforma mediante la venta del convento de Derio». «Sin embargo, la operación fue bloqueada por la Santa Sede, dejando a la congregación en una delicada situación económica», ha apuntado.

Según ha destacado, el tejado del monasterio de Orduña «capturó la atención de las hermanas, quienes supieron leer en sus muros el peso de la historia». «Este espacio interior, cubierto por un tejado de más de 1.000 metros cuadrados, corona uno de los monasterios más célebres de la región, convirtiéndose en un símbolo de los retos y la perseverancia de la comunidad», ha añadido.

Al asumir el proyecto, tal como ha manifestado, «las religiosas enfrentaron un monasterio envejecido y un tejado gravemente deteriorado, con 47 goteras que amenazaban la integridad de la estructura». «Las filtraciones de agua comprometían no solo el edificio, sino también la misión de la congregación. Ante este panorama, iniciaron una ambiciosa reforma en 2022 para salvar el monasterio y su valiosa herencia», ha enfatizado.

Obras de restauración

Canals ha resaltado que esta restauración, que se prolongó durante seis meses, «fue clave para asegurar la continuidad del convento y preservar siglos de historia y espiritualidad». «Se renovó completamente el tejado utilizando tejas de arcilla que respetan el diseño histórico, además de toneladas de madera con tonos rojizos que armonizan con el paisaje montañoso de Orduña. Aleros especialmente diseñados protegen los muros de la erosión, y paneles aislantes mejoraron el aislamiento térmico y energético del edificio», ha señalado.

El resultado de las obras —ha apuntado— es «un espacio diáfano y luminoso, que combina funcionalidad con una atmósfera espiritual única». «Además, se reformaron áreas como el obrador y el taller de la huerta, se instaló un ascensor para mejorar la accesibilidad y se colocaron 72 placas fotovoltaicas, destacando el compromiso con la sostenibilidad», ha precisado.

En la actualidad, en Orduña residen dos exmonjas de la comunidad de Belorado: sor Miriam, una repostera valenciana, y sor Berit, la monja catalana licenciada en matemáticas y exprofesora de instituto, «que se encargan del mantenimiento del monasterio, el cuidado de la huerta y las actividades espirituales que dan vida a este enclave histórico».

El comunicado defiende que «la monumental labor de las hermanas no solo aseguró la supervivencia del monasterio, sino que también reforzó su valor como testimonio de la pericia artesanal y la fe que lo vio nacer».