Olivia Munn revela que recibió una oferta millonaria para silenciar un «traumático» incidente en un rodaje: «Me pareció irrespetuoso»
SOCIEDAD

El estudio cinematográfico intentó que firmase un acuerdo de confidencialidad a cambio de una «cifra de siete dígitos». Ella les contestó: «Sé que es una gran cantidad de dinero para ti, pero no tanto como para quitarme mi voz»
21 feb 2025 . Actualizado a las 20:00 h.La actriz Olivia Munn, de 44 años, ha revelado que tras un «traumático» incidente en un rodaje, el estudio cinematográfico intentó comprar su silencio con una compensación económica de «siete cifras», a lo que ella se negó tajantemente. «Me pareció irrespetuoso», ha confesado en el pódcast Reclaiming with Monica Lewinsky.
La intérprete ha puesto el ejemplo de este episodio para ilustrar una característica de su carácter que, cree, le viene de los tumultuosos primeros años de su vida en Japón. «Desde entonces, siempre lo vi todo blanco o negro», ha explicado, «y siempre he tomado decisiones sin pensar en ellas lo suficiente, nunca fui capaz de ver los grises».
Eso explica, según ella, la tajante decisión que tomó ante el equipo legal de la productora de cine. Ni tuvo que reflexionarlo. Simplemente, actuó con rapidez ante lo que pensaba que era lo correcto. Ahora, visto con perspectiva, ve que no fue necesariamente la mejor opción.
Munn no se esperaba que, tras presentar una queja formal ante el estudio por un comportamiento inadecuado que tilda de «traumático», la respuesta de estos iba a venir a través de una compensación económica millonaria. «Llegamos a ese punto en el que me ofrecieron una cifra de siete dígitos para que aceptase sus disculpas y para dejar claro que admitían los hechos», relata. Pero con ello venía algo aparejado: un acuerdo de confidencialidad para que no contase nada de lo que había pasado.
Discurrían los años del máximo esplendor del movimiento MeToo, después de exponer a Harvey Weinstein y compañía. Pero con los miles de demandas por parte de muchas mujeres también había llegado un efecto colateral: el de quienes acusaban a las denunciantes de hacerlo únicamente por sacar rédito económico de ello. «En ese momento señalaban a la gente que firmaba acuerdos de confidencialidad, porque les decían: "Ah, solo lo hacías por el dinero"», recuerda Munn.
La actriz afirma que ni siquiera es que tuviera la intención de hacer público el incidente, «porque quería pasar página», pero lo que no quería en cualquier caso es que, por firmar ese acuerdo, su voz «dejase de tener validez». Tenía ciertos temores: que se la dejase de tomar en serio en cualquier denuncia, que se la tildase de aprovechada por buscar solo dinero o incluso que el estudio filtrase el acuerdo con el objetivo de hacer de menos su opinión. Y, sobre todo, había visto el gesto por parte de la empresa como algo terriblemente «irrespetuoso».
Todo eso pasó por su cabeza en cuestión de minutos. Los miembros del equipo legal del estudio le dejaron un rato para pensárselo y salieron de la sala de reuniones. Tan pronto cerraron la puerta, lo tuvo claro. Le dijo directamente a su abogado que no tenía pensado firmar. «Estaba muy frustrada y muy cabreada de que me hubieran hecho esa oferta», recuerda. Tanto, que no pensó ni en negociar, «solo en lo irrespetuoso» que había sido todo.
Cuando volvieron a la sala, Munn se mantuvo en sus trece, a pesar de la insistencia de los abogados de la parte contraria, que la presionaban —uno no, «pues se estaba quedando dormido»— y le afeaban decir que no a una cantidad tan elevada. Los miró a los ojos: «Sé que es una gran cantidad de dinero para ti, pero no tanto como para quitarme mi voz», les espetó.
Tras acabar la reunión, tenía claro que había hecho lo correcto. «Me sentía tan orgullosa de mí misma», dice. El jarro de agua fría vino poco después, cuando el gobierno de California sacó la Speak Out Act, que declaraba ilegales los acuerdos de confidencialidad para tapar casos de conducta sexual inapropiada en entornos de trabajo.
«No es que no fuera a tomar la misma decisión si lo hubiera sabido», cavila ahora, «pero ahora soy consciente de que lo hice por pura rabia, sin llegar a reflexionar». Y es, en su opinión, algo que tiene que aprender a controlar.
Varias polémicas conocidas
Munn no ha contado exactamente a qué rodaje se refiere con ese episodio traumático, pero la actriz había sido ya una de las seis mujeres que denunciaron en el 2017 al director y productor Brett Ratner por agresión sexual, con episodios que iban desde comportamientos inapropiados a situaciones de acoso o violaciones.
En el caso de Munn sucedió durante la grabación de la película El gran golpe (After the Sunset), rodada en el 2004. Según le contó al diario Los Angeles Times, el realizador se masturbó delante de ella en el tráiler cuando la actriz fue a llevarle algo de comida.
En el 2018, la intérprete también vivió un episodio difícil durante el rodaje de la película Predator, dirigida por Shane Black, tras descubrir que había estado grabando escenas junto a un exconvicto por acoso sexual a una niña de 14 años. La actriz se quejó públicamente, criticando que no se le hubiese informado del asunto, y el director acabó pidiendo perdón a través de un comunicado.