
Un reloj parado da bien la hora dos veces al día. Y un algoritmo de inteligencia artificial, a veces alucina y otras, informa. Grok, la inteligencia artificial desarrollada por X, ha matado al padre: considera a Elon Musk el personaje (en el sentido peyorativo del término) que más desinformación difunde.
Grok no se equivoca. No lo hace porque la red social que se compró el geek que ha digievolucionado en nazi (en toda la amplitud y con toda la carga semántica del término, solo hay que recordar su saludo, que replicó Bannon) es un auténtico estercolero de desinformación que pretenden que se sanee a través de las conocidas como notas de la comunidad. Es decir, el equivalente en moderación a aquella excavadora que se afanaba en desencallar un portacontenedores de proporciones agigantadas en el canal de Suez. Una herramienta que tristemente se abre paso en Meta. El olor a podredumbre no tardará en llegar a las narices de Zuckerberg.
Pero hasta el meme es demasiado para el frágil ego y las reforzadas ansias de embarrar, desinformar y directamente mentir de Musk, que ahora quiere meter mano a su propio sistema porque, como su querida inteligencia artificial, a veces da la hora correcta. Y lo hace, cómo no, acusando a otros de lo que él hace: mentir más, si acaso es posible.