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La innovadora terapia gallega para tratar el ictus isquémico

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

Alberto Ouro, del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS).
Alberto Ouro, del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS). Cedida

Este accidente cerebrovascular es la principal causa de muerte por enfermedad en nuestro entorno

27 feb 2025 . Actualizado a las 17:03 h.

Científicos del grupo de Neuroenvellecemento del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS), liderado por Alberto Ouro, ha desarrollado una nueva herramienta para tratar el ictus isquémico, la primera causa de muerte por enfermedad en nuestro entorno. Actualmente, las opciones terapéuticas del también llamado infarto cerebral o embolia cerebral siguen siendo limitadas.

El ictus isquémico es un accidente cerebrovascular resultado de «una obstrucción de los vasos sanguíneos que impide el flujo normal de sangre al cerebro, lo que provoca daños neurológicos importantes», según recoge el grupo de salud Quirón.

El proyecto publicado en la revista Metabolism, y que cuenta con la colaboración del Grupo NeurObesity del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS), se basa en la inhibición de la proteína AMPK en el cerebro, que está implicada en la «regulación de muchos procesos metabólicos, teniendo gran importancia en la captación de glucosa y ácidos grasos libres», según otro estudio dirigido por el kinesiólogo Eduardo Rojas Morales.

Alberto Ouro declara que su estudio sugiere que «a inhibición de AMPK no cerebro pode ser unha estratexia terapéutica efectiva para o ictus isquémico». Este proceso se realizaría a través de pequeñas vesículas extracelulares. Estas herramientas suponen una alternativa a la nicotina, la cual el estudio ha demostrado que tiene un efecto neuroprotector, lo que reduciría el daño isquémico y mejoraría la recuperación del paciente a nivel neurológico y funcional. De esta forma, supone una opción que no conlleve riesgos para la salud del paciente.

Esto, por otro lado, el estudio apoyaría de esta forma la conocida como «paradoja del fumador en el ictus», es decir, que las personas consumidoras de tabaco —con la nicotina como uno de sus principales componentes— presenten una mejor recuperación después de sufrir un infarto cerebral, pese a que esté demostrado que precisamente fumar aumenta el riesgo de sufrir uno.

Las distintas pruebas realizadas en modelos experimentales de ictus del uso de estas vesículas extracelulares muestran que lograrían reducir significativamente la lesión cerebral y mejorar las funciones cognitivas y motoras y «representan unha ferramenta prometedora para desenvolver terapias máis seguras e dirixidas», asegura Ouro.

«O obxectivo é avanzar no desenvolvemento desta terapia e facilitar a súa chegada aos pacientes, superando os retos de toxicidade, escalabilidade e produción a nivel clínico», ha añadido el científico, que destaca también la necesidad de realizar más estudios que puedan evaluar la eficacia y seguridad de esta nueva estrategia terapéutica en humanos.