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Mónica Marchante: «Creo en la meritocracia y el trabajo, no en que pongan a una mujer porque es mona»

SOCIEDAD

Javier Lizón

La periodista de Movistar + reivindica la igualdad en contra de las cuotas de género

21 mar 2025 . Actualizado a las 09:35 h.

Es la imagen televisiva por antonomasia en los palcos de los campos de fútbol. Desde que el fallecido Michael Robinson apostó por ella en el 2004 para sustituir a Josep Pedrerol en esta labor. Acumula más de 36 años de experiencia en el periodismo deportivo. Es todo un referente, palabra que ella trata de evitar. Casi siempre en la tele, pero también en la radio y la prensa escrita. Con 20 vueltas al mundo de kilómetros acumulados para cubrir acontecimientos, Mónica Marchante (Roma, 1968) es una voz autorizada para hablar de la profesión. Este viernes lo hará en A Coruña, en una charla que tendrá lugar a las siete de la tarde en la Domus. La radiografía inicial que hace no es buena. Todo lo contrario. 

—¿En qué momento se encuentra el periodismo deportivo?

—Antes de responder, permítame que le diga que no me siento cómoda cuando me llaman referente. Sí por el tiempo que llevo, que es mucho, pero por nada más. En cuanto a la pregunta, se encuentra en su peor momento: el periodismo de bufanda está enterrando a la profesión; los clubes ponen una cantidad ingente de cortapisas que te impiden hacer tu trabajo y, si te portas bien o mal, te premian o castigan; y las redes sociales actúan como zona de lanzamiento de bulldogs para amedrentarte. En mi caso, cuantos más me mandan, más libre me siento de opinar.

—La falta de acceso a los deportistas y directivos ha dado mayor protagonismo a los periodistas.

—¿Y eso es bueno? Yo creo que no. El periodista no tiene que ser el protagonista. Está claro que ahora hay muchas tertulias y podemos ganar más dinero, pero para la profesión es un fracaso.

—¿Y qué radiografía realiza del periodismo deportivo femenino?

—Para mí eso no existe. Existe el periodismo deportivo, sin más. ¿Acaso alguien habla de la medicina femenina o de la arquitectura femenina o de la música femenina? Entonces, ¿por qué tenemos que diferenciar?

—Porque ha sido una profesión tradicionalmente machista en la que, en los últimos tiempos, las mujeres tratan de abrirse camino.

—Yo quise ser periodista deportiva desde los trece años y ya había referentes. Estaban María Escario y Olga Viza, por ejemplo. Por citar algunas. Yo las veía y quería ser como ellas. Es la primera profesión que veo en la que a alguien en una radio se le ocurre hacer un tertulia solo de mujeres que se dedican a ella. Es como si fuéramos de Segunda División, que necesitamos un espacio solo para nosotras. Yo participo en tertulias, pero en las que también hay hombres, porque entiendo que mi opinión vale igual que la suya. La primera cosa que debemos eliminar es que nos clasifiquen por nuestro género. En absoluto lo veo como una manera de reivindicarse. Cuando llegué a esta profesión, había cosas vetadas para las mujeres y, ahora, sucede lo contrario, te las dan por ser mujer. 

—Política de cuotas.

—No, perdone. Eso no es una política de cuotas. Si tú eres bueno o buena narrando, narra un partido. Pero no me vale eso de que te pongan porque eres mona, aunque lo hagas mal. Igual que un hombre si narra mal, no lo ponen. Yo creo en la meritocracia y en el trabajo. 

—¿Se ha encontrado mucho machismo durante su dilatada carrera profesional?

—Sí, pero no. Me explico. He visto machismo, como en la vida. Y le decía hace un momento que había puestos a los que no podían acceder mujeres, como a presentar programas de Champions. Sin embargo, si me pregunta por el trato de los entrevistados hacia mí, no (silencio). Bueno, algún caso ha habido, pero todavía está en activo y tampoco me voy a meter en más líos porque no ha sido nada grave que fuera la cosa a mayores. Pero yo creo que todo el mundo sabe a quién tiene enfrente. Y conmigo es fácil darse cuenta de que no todo vale. En este sentido sí que me llamó la atención que en el año 2004, cuando empecé a hacer palcos, en el del Sevilla, me dijeron que hasta cinco años atrás (1999) no entraban mujeres. Es flipante.

—Tiene fama de hablar claro.

—Hablo y actúo. Pero soy como soy. Y eso me ha costado que se me hayan cerrado puertas. Decir lo que piensas cuando eres tertuliana tiene un precio muy alto. Pero, he de decirle que también me ha abierto otras, que me han resultado más acogedoras porque me han puesto en valor. Un jugador que dijo hace mucho tiempo que me hacía respetar y eso me gustó. Porque una consigue eso, siendo rigurosa en su trabajo. Y cuando alguien me ha hecho un comentario desafortunado, creo que he sabido mantener la compostura y responderle fuera. Alguien me dijo un día que para ser buen periodista hay que ser una buena persona. Y yo creo en ello y como tal actúo

—Aun siendo el rostro de los palcos en Movistar +, en su currículo figuran, entre otros trabajos, la dirección de tres documentales sobre ciclismo. 

—Es que se dan dos circunstancias. En primer lugar, tuve la inmensa fortuna de que mi cultura audiovisual fuera en Canal + de la mano de Michael [Robinson]. El género documental era la bandera de la casa, con los Informes Robinson, ahora Informes Plus. Y ahí coincidió mi otra gran pasión, que es el ciclismo. Poder ir a Francia, con Pedro Delgado, mi ídolo, a recorrer las etapas icónicas del Tour. Alejandro Valverde, otra de mis debilidades...

—Y consiguió hacer llorar a media España con el documental de Juan Carlos Unzue y el ELA.

—Eso fue un regalo que él me hizo. Yo lo conocía de haber coincidido un par de veces con él, gracias a su hermano Eusebio [director deportivo del equipo ciclista Movistar]. Y un día, antes de hacer pública su enfermedad, me lo cuenta y me dice que quiere que yo relate su proceso. Fue algo precioso. Por ver cómo afrontaba todo el mundo la enfermedad (se emociona). Ya ve que no solo he hecho llorar a los espectadores. Es que Juan Carlos es una fuerza de la naturaleza. Un ejemplo. Y me abrió el acceso a gente como Luis Enrique.  Fue una experiencia fantástica

—Para desdramatizar un poco. Habla de Luis Enrique. Usted no es periodista de camiseta, pero sí de entrenador.  

—(Se ríe). Es que soy defensora de la gente a la que se masacra de manera injusta. Pero le diré que antes de alinearme con Luis Enrique, lo hice con Aragonés, al que también se le trató injustamente, y con Javi Clemente. Soy del team de los difíciles. 

—¿Algún sueño que le quede por cumplir en esta profesión?.  

—Dos que veo difíciles por los derechos de televisión: unos Juegos y un Tour. En el segundo de los casos he ido a etapas con amigas, pero no lo he cubierto profesionalmente