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El Pompidou empieza su larga hibernación

enric bonet PARÍS / COLPISA

SOCIEDAD

Vista del Centro Pompidou de París
Vista del Centro Pompidou de París Gonzalo Fuentes | REUTERS

Las obras a las que va a ser sometido el centro de arte parisino durarán hasta el 2030

16 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estoy triste, todos los parisinos están un poco tristes». Sentada en un sofá enfrente de un cuadro de Picasso, la sumiller Orane Pelletier, de 27 años, reconocía cierta frustración ante uno de los hechos más relevantes en la escena cultural de París este año. Eran las cinco de la tarde del pasado lunes y faltaban unas pocas horas para que cerrara la exposición permanente del Centro Pompidou. Y ese cierre no durará unos pocos meses, sino hasta 2030. El Pompidou bajará definitivamente la persiana el 22 de septiembre, antes de que empiecen el año que viene unas ambiciosas obras de renovación. Hasta entonces aún pueden contemplarse las distintas muestras temporales, como una sobre el arte africano en París durante el siglo XX que empieza el 19 de marzo u otra sobre el fotógrafo alemán Wolfgang Tillmans, cuya inauguración está prevista para junio. Luego, habrá que esperar cinco años para visitar este centro que rivaliza con el MoMa de Nueva York.

«El hecho de que vaya a cerrar durante tanto tiempo demuestra que tardaron demasiado en empezar las obras. Si lo hubieran hecho por etapas, no lo notaríamos tanto los visitantes», explicaba a este medio la artista Sophie Coroller, de 80 años, sentada junto con una amiga jubilada en la cafetería del prestigioso museo de arte contemporáneo. Esta dibujante y escultora recordaba cuándo visitó el icónico edificio del Pompidou el día de su inauguración en 1977. El arquitecto italiano Renzo Piano lo diseñó como si fuera la mezcla de un complejo industrial y una nave espacial, con sus tubos externos y su fachada de cristal. Ese edificio vanguardista aterrizó en el centro de París y entonces suscitó duras críticas.

Envejeció rápido

Eso no impidió, sin embargo, que se convirtiera en uno de los lugares más visitados de la capital, con 3,2 millones de entradas vendidas el año pasado. El problema de su arquitectura no fue su estética, sino lo rápido que envejeció. Su fachada está atiborrada de amianto y el lugar no se adecúa a las nuevas normas de seguridad, eficiencia energética y conservación térmica. Por consiguiente, el Ministerio de Cultura francés financiará con 262 millones de euros la renovación. Esta también incluye un replanteamiento del centro, lo que comportará un coste de 186 millones, financiados por la misma institución.

La primera etapa de este proyecto ha tenido lugar este mes con el cierre de la muestra permanente y de la biblioteca, una de las más grandes de la capital. Además, han empezado a proteger y empaquetar las obras para su traslado. «Lo he bautizado como el traslado del siglo. (.) Vamos a trasladar hasta 120.000 obras, resulta algo gigantesco», dijo la directora adjunta Jeanne Brun a la cadena de radiotelevisión France Info.

Además de las 2.500 piezas artísticas de la exposición permanente, cambiarán de lugar unos 30.000 dibujos y 60.000 fotografías. El hecho de mover algunas de estas piezas comporta verdaderos malabares. Así sucede con la instalación Para Velimir Khlebnikov de Anselm Kiefer, cuyas vitrinas deberán ser extraídas con una grúa.

Durante los cinco años en que estará cerrado, muchas de sus obras no se quedarán en un depósito. Las muestras temporales serán expuestas en el Grand Palais, que también estuvo clausurado entre 2021 y 2024 por su renovación. Una parte de su arte contemporáneo podrá contemplarse en el Louvre en el marco de la exposición El objeto o historias de objetos, prevista para el otoño del año que viene. Y las piezas también circularán por las sucursales del Pompidou en Metz y Málaga.