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Ana Obregón, sobre la muerte de Aless Lequio: «Dejó una chaqueta en el sofá. Ahí está, no la he tocado. Y Anita lo sabe: eso no se toca, es de papá»

La Voz

SOCIEDAD

Ana Obregón y su hijo, Aless Lequio, en una imagen de archivo.
Ana Obregón y su hijo, Aless Lequio, en una imagen de archivo. Europa Press Reportajes / Europa Press

La actriz se ha sincerado en una entrevista sobre la enfermedad de su hijo: «Si no hubiese tenido dinero para su tratamiento, me hubiese hasta prostituido». Ahora dice haber recuperado las ganas de vivir gracias a su nieta: «Me ha salvado la vida»

21 mar 2025 . Actualizado a las 18:24 h.

«Si no hubiese tenido dinero para su tratamiento, me hubiese hasta prostituido», así de sinceras y de crudas han sido las declaraciones de Ana Obregón sobre su hijo, durante una entrevista para el programa de Mediaset Madres: desde el corazón. A sus 70 años recién cumplidos, la actriz se ha sincerado al máximo sobre su la trágica muerte de Aless Lequio, que falleció en el 2020 a los 27 años víctima de un cáncer, y también, sobre su nueva faceta como madre y abuela.

«Valiente es una madre que tiene que enviar a su hijo al cielo», ha empezado diciendo la presentadora, que habló sin filtros del dinero que costó el tratamiento de Aless Lequio, que viajó a Estados Unidos en busca de una cura para su enfermedad. «Si no hubiese tenido dinero, me hubiese hasta prostituido», dijo la protagonista de Ana y los 7. No es la primera vez que habla sobre lo caro que fue el tratamiento de su hijo. «Todo el mundo sabe que yo he mantenido económicamente a mi hijo desde que nació hasta su entierro. Que para intentar salvarle, me tuve que ir a Nueva York porque en ese momento en España no había cura. No sabes el dineral que es estar ocho meses allí, los médicos, la quimioterapia...», dijo el año pasado en otra entrevista con Sonsoles Ónega, a la que también confesó que la estancia en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York costó más de 300.000 euros.

Desde que se convirtió en madre-abuela por gestación subrogada tras el fallecimiento de su hijo Aless, Ana Obregón está volcada en el cuidado de su nieta Anita, su mayor prioridad en la vida y quien le ha devuelto las ganas de vivir. «Yo venía de tres años de vivir en el infierno, en la oscuridad más profunda que te puedas imaginar», ha confesado a la entrevistadora, Cruz Sánchez de Lara. Emocionada, Ana afirmó que tras la muerte de su hijo intentó sin éxito quitarse la vida. Ahora, piensa diferente: «Estoy completamente en contra del suicidio. Estábamos en Barcelona en un piso, pedí cambiar un tercero por un séptimo. Desde un tercero no me iba a ir. Lo tenía súper estudiado. Yo lo iba a hacer, me iba a tirar», dijo. Después, lanzó un mensaje de optimismo: «Siempre hay algún motivo en la vida por el que seguir adelante, aunque todo el mundo se dedique a criticarlo. Ese algo me ha salvado la vida y es Anita».

La actriz también habló de cómo recuerda a su hijo todos los días. «Si tú vas a mi casa tú entras y está en el salón. Y en el sofá, antes de irnos a Barcelona, que fue la última etapa de hospitales, él dejó una chaqueta en el sofá. Ahí está, no la he tocado. Anita lo sabe: esto no se toca. Es la chaqueta de papá. Ahí está, donde la dejó», ha confesado sin poder evitar las lágrimas. Abuela y nieta duermen todos los días en el cuarto de Aless, que sigue intacto. Lo único que ha cambiado es su armario, que comparte con la pequeña: «Su ropita está colgada en el cuarto de su papá».

La polémica entorno a su nieta

Durante la primavera del 2023, Ana Obregón sorprendió al mundo cuando se conoció que había sido madre por gestación subrogada. La sorpresa fue todavía mayor, cuando se desveló que su hija era en realidad su nieta biológica. Meses después explicaría que el propio Aless dejó escrito en un papel su deseo post-mortem: «Doy derecho a mis padres a que utilicen las muestras de semen que hay en el laboratorio de Nueva York para que quede algún hijo o hija mía en la tierra». Un documento que, según la actriz, está firmado también tanto por Alessandro Lequio como por las hermanas Obregón.

Fue en ese momento cuando, amparándose en el testamento ológrafo de su hijo, Ana Obregón negó que su nieta, Ana Sandra, fuese un bebé comprado. «Yo no he comprado un bebé; lo he heredado», defendió la actriz durante una intervención televisiva el pasado mes de abril. «Es como cuando un padre se muere y heredas una casa», matizó después para intentar que se entendiera.