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Gérard Depardieu defiende su inocencia en su primer juicio por agresión sexual

María Viñas Sanmartín
maría viñas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Depardieu entre un guardaespaldas y un policía a su llegada al juzgado
Depardieu entre un guardaespaldas y un policía a su llegada al juzgado Benoit Tessier | REUTERS

Se enfrenta a cinco años de prisión por supuestos abusos en un rodaje en el 2021

25 mar 2025 . Actualizado a las 09:45 h.

A finales del pasado abril, el actor Gérard Depardieu, de 76 años, recibió una citación para comparecer ante un tribunal de París por presuntas agresiones sexuales a dos mujeres con las que trabajó en el 2021 durante el rodaje de la película Las persianas verdes, de Jean Becker. El juicio debería haberse celebrado en octubre, pero fue aplazado por razones de salud del intérprete que, cinco meses después, se presentó ayer en los juzgados para responder ante las acusaciones. Llegó alrededor de la una y cuarto, vestido de riguroso negro y acompañado de su abogado, Jérémy Assous; con semblante serio, declinó a la entrada hacer declaraciones.

Sobre Depardieu pesan más de una veintena de denuncias. En este proceso, sin embargo, se dirimirá su responsabilidad únicamente en estos dos casos, los denunciados en el 2024 por Amélie, escenógrafa de 54 años que asegura que la acorraló en un pasillo, le tocó los pechos, los glúteos y los genitales, e hizo comentarios obscenos sobre su físico, y la de otra mujer, de 34 años, ayudante de dirección y a la que la prensa francesa se refiere con el seudónimo de Sarah, que sostiene que le exigió a gritos que «le diera un ventilador» porque hacía tanto calor que «ni siquiera se le ponía dura». En ese momento —siempre según el relato de la denunciante—, la «agarró con brutalidad» y «acercó sus piernas hacia ella», tocándole con su mano la cintura, el vientre y el pecho.

El actor se declara inocente y basa su defensa en la ausencia de testigos. «No hay nadie que haya presenciado la supuesta agresión descrita», dijo ayer su abogado en alusión al relato de Amélie. En su opinión, tras las acusaciones hay un objetivo claro: derribar al «monstruo sagrado del cine francés». «Hoy en día —señaló—, una denuncia por violencia sexual te atomiza, te mata socialmente».

Ya antes de comenzar la vista, el letrado quiso dejar claro ante los medios de comunicación que todas las acusaciones eran «mentiras». «La verdad está de nuestro lado», dijo. El relato que trata de imponer la defensa choca frontalmente con las descripciones y las pruebas de los testigos que dicen estar en condición de aportar los abogados de las denunciantes. «Tres testigos oculares vieron a Gérard Depardieu sujetando a Amélie entre sus piernas» durante el rodaje, aseguró ayer la abogada de Amelie, Carine Durrieu-Diebolt, que también dice contar con testimonios que ponen de manifiesto las consecuencias que aquello tuvo para la mujer: «Una decena de testimonios atestiguan que mi cliente reaccionó inmediatamente y quedó traumatizada». Es más, la letrada cree que las disculpas y la llamada del actor al director de producción, cuando se enteró de que ella había hablado, le incriminan. «El señor Depardieu se disculpó con mi clienta. ¿Por qué se disculpó si no hizo nada?», cuestionó la abogada.