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El mundo despide en Roma al papa Francisco

valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

SOCIEDAD

ANGELO CARCONI | EFE

El funeral arrancará a las 10 en la plaza de San Pedro y, a continuación, una comitiva fúnebre recorrerá seis kilómetros por el centro de la ciudad hasta la basílica de Santa María la Mayor, donde será enterrado

26 abr 2025 . Actualizado a las 09:27 h.

Un capítulo de la historia se escribe hoy en Roma. Se celebran los funerales de un papa que, en sus 12 años de pontificado, llegó al corazón de millones de personas y transformó la Iglesia católica. A lo largo de tres días —desde el miércoles a media mañana hasta ayer a las siete de la tarde, cuando la capilla ardiente fue clausurada— un total de 250.000 personas pasaron por la Basílica de San Pedro para despedir al pontífice. Hoy, a las 9.45 —quince minutos antes de arrancar el funeral—, todos los barcos pesqueros de Italia harán sonar sus sirenas, arranque del último adiós al argentino que, como sucesor de Pedro, fue «pescador de hombres».

Líderes de todo el mundo y unos 200.000 fieles se reunirán este sábado en la plaza vaticana para rendirle homenaje a Francisco. Según informó ayer la oficina de protocolo de la Secretaría de Estado vaticana, 130 delegaciones han confirmado su asistencia, entre ellas, unos 50 jefes de Estado y diez monarcas reinantes. Cada una tendrá su propia escolta y, según los medios italianos, la de Trump constará de 90 coches. Muchos de ellos pasaron la noche en uno de los hoteles de lujo del centro de Roma; otros durmieron en las embajadas de sus respectivos países, como Felipe VI y Letizia, que se alojaron en de España, ante la Santa Sede. Para las autoridades italianas encargadas de la seguridad, las exequias del santo padre son una auténtica pesadilla organizativa, peor que el G7 del 2022. Además del riesgo de atentado terrorista —la ciudad ha sido completamente blindada—, preocupa el exceso de participación popular, que promete ser desbordante, tanto que se han instalado pantallas gigantes en varios puntos del centro histórico de Roma para que la ceremonia sea visible incluso para quienes se encuentren lejos de los focos principales del acto.

La misa comenzará a las diez de la mañana en el atrio de la Basílica de San Pedro. Los ojos del mundo se posarán en el féretro —sellado anoche en un rito a puerta cerrada— gracias al nutrido contingente de medios de comunicación que cubrirán informativamente la jornada: se han acreditado 2.700 periodistas. La liturgia estará presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, Battista Re, y concluirá con los cultos de la «última recomendación» (ultima commendatio) y la «despedida» (valedictio), que preceden a la inhumación. Tras la misa, se pondrá en marcha el cortejo fúnebre, que debería durar entre media hora y una hora, y que trasladará los restos del papa hasta Santa María la Mayor, la basílica donde descansará el pontífice argentino.

Desde el Vaticano, una comitiva con la familia natural del obispo de Roma, sus colaboradores más cercanos, Battista Re y el camarlengo Farrell seguirá al coche fúnebre con el cuerpo de Francisco. Los cientos de miles de fieles que se congreguen podrán contemplar la procesión, que avanzará a paso de hombre, desde detrás de las vallas. La basílica de Santa María la Mayor, de cuya Virgen Francisco era devoto, se alza en la colina del Esquilino y es el santuario mariano más antiguo de Occidente, por lo que para llegar hasta allí la caravana deberá recorrer seis kilómetros por el corazón del centro histórico de la Ciudad Eterna, pasando por emblemáticas ubicaciones como el Corso Vittorio Emanuele II y la Via dei Fori Imperiali.

Ya en el templo, el féretro —en su interior, el acta funeraria destaca que el papa dejó al mundo «un admirable testimonio de humanidad»— será recibido por aquellos a quienes Francisco dedicó su pontificado: «los últimos» y los discriminados, entre ellos, detenidos y migrantes. Unas 40 personas, todas con una rosa blanca en la mano, le acompañarán hasta el lugar de la sepultura que él mismo eligió, así indicándolo en su testamento, en la nave lateral, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza.

La tumba será de pizarra negra de Liguria, la región del norte de Italia de donde procedían sus abuelos maternos. Lo único que la identificará será la inscripción con su nombre en latín, Franciscus, y la reproducción de la cruz pectoral que siempre llevaba. Será un destino modesto y sencillo para un hombre que siempre se posicionó del lado de los humildes y las periferias.

Delegaciones de 130 países 

Así como al funeral de Eduardo VII del Reino Unido en 1910 asistieron casi todos los poderosos del planeta, desde el káiser alemán Guillermo II hasta el zar ruso Nicolás II, al funeral del papa Francisco también asistirán la mayoría de los líderes mundiales. En primera fila estarán el presidente de Argentina, patria de Francisco, Javier Milei, y el presidente italiano Mattarella.

El pontífice es obispo de Roma, por lo que la delegación italiana será la más numerosa. Además del presidente, acompañado por su hija, ya que Mattarella es viudo, contará, entre otros, con la primera ministra Meloni y el ministro de Exteriores Tajani. Seguirán los miembros de las casas reales católicas, entre ellos Felipe VI y Letizia, y después los de las no católicas, entre ellos el príncipe Guillermo del Reino Unido. A continuación, las 130 delegaciones se dispondrán en el orden de sus Estados según el alfabeto francés, la lengua de la diplomacia.

Se aplicará un código de etiqueta muy concreto para los laicos. Los hombres deberán llevar traje oscuro con corbata negra y un botón, también negro, en la solapa izquierda de la chaqueta, y las mujeres vestidos negros, preferiblemente largos, guantes y velo o mantilla.