Son araucanas, una raza originaria del sur de Chile que está teniendo mucha demanda; en Galicia nueve productores se dedican a criarlas para vender y para autoconsumo
Carlos Casares nos contó la historia de una gallina azul que ponía huevos de colores. Y alguien podría pensar que el célebre autor gallego se estaba inspirando en las araucanas, una raza originaria del sur de Chile que se ha puesto muy de moda últimamente en Galicia. No porque sus ejemplares sean azules, sino porque ese es el color de sus huevos. Estos, además de ser muy llamativos por su pigmentación, cuentan con otras supuestas bondades, como que son más ricos en proteínas y tienen menos colesterol, aunque en los últimos tiempos han aparecido diversos estudios que desmienten estas características. En la comunidad hay nueve criadores que cuidan de este tipo de gallinas, aseguran en el Araucana Club, una entidad que agrupa a unos cuarenta productores en toda España. Pero muy pocos lo hacen de forma profesional. Algunos las utilizan para participar en concursos de belleza, otros han intentado encontrar un negocio en esos llamativos huevos azules, aunque sin demasiado éxito por el momento.
Manuel Portas, de Meis, es uno de los fans de esta raza. Él tiene entre seis y siete especies diferentes de gallinas que cría con el objetivo de presentar a concursos de belleza. Mima a sus animales hasta el extremo y ha conseguido ya varios galardones. De hecho, uno de sus ejemplares, un gallo araucano, acaba de lograr el segundo puesto en el campeonato de España. «É unha raza que supostamente ven de Chile e que hai moitos anos que se trouxo para Europa», cuenta. Se caracteriza «porque as galiñas non teñen cola e lle saen unhas plumas que a fan moi diferente. E polo seus ovos, claro, que son de cor azul», afirma. Eso por fuera, porque por dentro, «cando os abres son iguais aos outros, coa xema amarela e a clara branca». Él no cree que tengan propiedades diferentes de otros huevos, «e de feito os últimos estudios negan que teñan menos colesterol».
Proyecto profesional
Silvia Durán, en cambio, trató de encontrar en esta raza una salida profesional en Xermade, en Lugo. Hace tres años que comenzó a criar estas gallinas con el objetivo de vender sus huevos, que en algunos casos llegan a alcanzar los veinte euros por la docena. Pero «o negocio é moi complicado», cuenta. «Son unhas galiñas moi raras que poden pasar ata tres meses sen poñer ovos», explica. Su intención inicial era ir creciendo poco a poco para empezar con 300 gallinas y llegar al millar. Las iba a criar en libertad, utilizando unos gallineros móviles que podía trasladar de finca en finca. Pero ahora se está repensando todo el proyecto. Dispone actualmente de 150 animales que cría al aire libre. Y asegura que sus huevos tienen demanda, «pero non a catro euros a ducia, así non dá nin para pagar custes», explica. En su opinión, la docena debería pagarse a 20 euros para que la explotación fuese rentable, pero esos precios solo se logran en grandes ciudades. De hecho, ella tiene llamadas de Málaga y otras ciudades españolas, a las que vende su producción. «En Galicia é imposible vender os ovos a eses prezos e menos nas zonas rurais», añade.
Otro problema que se ha encontrado es el precio de las gallinas. Las araucanas de verdad cuestan unos 40 euros por pieza, lo que resulta muy elevado para conseguir vender los animales. A mayores, ella ha tenido problemas con la reproducción. «Criei máis de douscentos pitos este ano», asegura. De ellos, solo le han quedado cuarenta. Más de la mitad se los mataron depredadores como las águilas. Y el resto se murieron por enfermedad. «Crialos é moi complicado e sacalos adiante tamén é un problema», añade. Ahora ha decidido variar su proyecto inicial y criar también pollitos de engorde, para completar su negocio. Porque para poder disponer de más araucanas tendrá que esperar al próximo año, a que las gallinas vuelvan a incubar.
Antonio Lema, de Culleredo, se dedica también a la cría de estas gallinas. Pero, por ahora, solo de forma amateur. «Son muy características porque no tienen cola y tienen una careta de plumas que le sale debajo de los oídos, son muy curiosas», relata. Él empezó criando algunas este año, con intención de venderlas, «porque en principio parece que hay demanda», dice. Y se ha metido en la asociación para estudiar las características de la raza y poder presentarse a algún concurso de belleza.
José Antonio Pose apostó también por esta curiosa raza en su explotación de Negreira, pero después decidió pasarse a las Galiñas Piñeiras. «Agora teño pouca cantidade. Son unhas galiñas para as que hai demanda, pero son complicadas de criar. Ao principio tes que collerlle a man. As Piñeiras son más duras e máis completas», afirma. Él ha conseguido vender algunos de esos curiosos huevos azules en el País Vasco, pero explica que los gastos de envío son elevados. Además, aunque hay interés por parte del mercado es difícil encontrar producción para atender la demanda. Y eso que se llegan a pagar «entre doce e quince euros por ducia de ovos», concluye este criador.