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Mastines, cierres y manejo del ganado: claves para ahuyentar al lobo

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

CEDIDA

Solo durante el pasado año hubo en Galicia 2.323 ataques de este animal

01 nov 2020 . Actualizado a las 18:12 h.

Galicia es una de las regiones con más densidad de lobo, asegura Joan Alibés, responsable de la asesoría técnica Beealia. Según datos de la Xunta, se calcula que en la comunidad viven unas 90 manadas y más de 700 ejemplares que, en el 2019, cometieron un total de 2.323 ataques. Los últimos, en el municipio de Xove, donde un ganadero ha perdido medio centenar de ovejas en los últimos tiempos. La preocupación que este animal despierta en el sector ganadero está más que justificada y por eso varias oficinas agrarias de Galicia están organizando una serie de cursos con el fin de dar pautas a los ganaderos para ayudarles a prevenir estos ataques. Los mastines, los cierres de parcelas y el manejo del rebaño son los tres ejes sobre los que debe girar esta tarea preventiva.

«O principal problema é que isto non se soluciona con meter un mastín.Para que funcione hai que ver como se introduce o can, como se combina cos peches o co manexo do gando para que sexa o máis efectivo posible», explica Alibés. El sistema precisa así «dunha planificación. Hai que pensar en como vou cambiar a explotación para que isto funcione», añade. Por otro lado, requiere también de una adaptación a las características de la explotación, «porque non é o mesmo un sistema en extensivo en 3.000 hectáreas do macizo central ourensán, ca un prado de 30 hectáreas», añade.

Sobre los perros considera que, en principio, son suficientes un mínimo de dos para cada rebaño, aunque la ratio está en uno por cada 50 ovejas. Pero también aquí dependerá de las características y del sistema de trabajo con el ganado. Lo principal, sin embargo, es que el perro disponga de unas características determinadas en su crecimiento que le permitan expresar sus características innatas. «Hai que adestrar aos gandeiros para que o can sexa unha ovella máis, ou unha vaca, porque senón rematará durmindo ao pe da casa e non coidando das ovellas», cuenta. Tiene que ser un perro «que cando lle saquen as súas ovellas estea estresado, porque queremos que coide desas ovellas», añade.

Sobre los cierres explica que estos deben estar electrificados y reconoce que el principal problema es su coste económico, además de que se deben mantener en perfectas condiciones. «Tes que poder desbrozalos polos dous lados, porque senón acaban cheos de xestas», explica. Son más baratos los que son para vacas que los de las ovejas, que precisan mallas. También están los cierres móviles electrificados, «que van moi ben para praderías do norte de Galicia aínda que por si sós non son unha solución eficaz», sostiene. Y es que tienen una altura máxima de un metro, «e o lobo salta. Se lle metes un mastín, en cambio, a cousa xa empeza a ser eficaz», añade.

La tercera pata de estas tareas de prevención es el manejo que se hace de los rebaños. «Aquí pouca cousa se pode facer», sostiene Alibés, quien es contrario a que los partos se produzcan en las cuadras. En su lugar, apuesta por agrupar los partos, aunque reconoce que eso implica una ingente tarea de organización en la granja, o por tratar de que se lleven a cabo en las zonas más protegidas. Y recomienda que, en vacas adultas, cuanto más pequeña sea la superficie de pasto, mejor. «Doutra forma o rabaño vaise espallar máis. Por iso é recomendable ter peches para que esas vacas se agrupen nunha zona determinada», insiste. Siguiendo estos consejos, los rebaños tienen más posibilidades de no ser víctimas de uno de los ataques que protagonizan los lobos.