Unións Agrarias exige ayudas directas y una mayor transparencia al fijar los precios
12 may 2021 . Actualizado a las 09:49 h.El sector vacuno de carne en Galicia no ha podido esquivar el impacto de la pandemia en su cuenta de resultados. Desde Unións Agrarias quisieron poner cifras este martes a esas pérdidas para lanzar un llamamiento a las administraciones para que rescaten un sector que tiene una gran incidencia en el rural. Xosé Ramón González, responsable de producción de carne en Unións Agrarias, cifró en 18 millones de euros el dinero que dejaron de ingresar las explotaciones gallegas durante el último año. En concreto, estiman que cada ganadero se dejó por el camino en torno a 2.000 euros. «É imprescindible unha axuda directa a renta destas explotacións. A do ano pasado foi unha axuda, pero non é suficiente», señaló González.
Otra de las demandas del sindicato pasa por exigir mayor transparencia en la fijación de los precios del vacuno de carne. «Necesitamos que funcione unha lonxa transparente que faga que os prezos sexan o reflexo da actividade e non o manexo dos operadores», explicó el portavoz de Unións Agrarias. Una tercera demanda está relacionada también con los precios y es que consideran que «non se pode consentir que se esté vendendo por debaixo dos costes de producción».
Las cifras del sector de vacuno de carne en Galicia en base a vacas nodrizas cuenta con unas 20.000 explotaciones en Galicia. Si se aplica un filtro de más de veinte vacas, la cifra se limita por debajo de las 6.000. De esta cifra, 3.500 estarían en la provincia de Lugo, 1.300 en A Coruña, 600 en Ourense y 400 en Pontevedra. En términos de facturación, los últimos datos la sitúan en 152 millones de euros. Desde Unións Agrarias consideran que esa cifra gana relevancia si se tiene en cuenta que gran parte de esas explotaciones se encuentran en zonas con graves problemas de despoblación. Para dar cuenta de esta realidad, Xosé Ramón González puso sobre la mesa el caso de la provincia de Ourense, que facturó unos 18 millones de euros en el último. De esa cantidad, siete millones partieron desde nueve ayuntamientos (O Bolo, Castro Caldelas, A Gudiña, Maceda, A Mezquita, Montederramo, Vilariño de Conso, Riós y Viana do Bolo) con graves problemas demográficos y de envejecimiento. «Non é pechar unha empresa calquera, cada explotación que se pecha significa cerrar un pobo e por en perigo o noso texido social e económico», concluyó Xosé Ramón González.