Mercosur vuelve a desatar la polémica agrícola en la UE, ¿cómo puede afectar a las granjas?

M. C. REDACCIÓN

SOMOS AGRO

BASILIO BELLO

Frente a la reticencia de países como Austria o Francia, España quiere acelerar la ratificación del acuerdo suscrito en el 2019 tras dos décadas de debate. El asunto llega mañana al Consejo de Ministros de Agricultura que se celebrará en Bruselas

20 mar 2023 . Actualizado a las 10:03 h.

Ratificar o no el acuerdo comercial de libre comercio que la UE suscribió con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) en el 2019, durante los gobiernos de Macri en Argentina y Bolsonaro en Brasil, es uno de los temas que tienen en agenda los responsables de la política agraria de los Veintisiete para el 2023. El regreso de Lula da Silva al poder fue uno de los factores que, al parecer, aceleraron la recuperación del asunto en la agenda política europea porque han dado a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, un poderoso argumento con el que jugar ante los países que se oponían a confirmar el acuerdo debido a la política para el Amazonas del Gobierno de derechas de Bolsonaro. 

De hecho, Mercosur es uno de los temas que serán abordados en el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea que se celebrará mañana en Bruselas. No cabe duda de que el asunto desencadenará una nueva polémica agrícola, sobre todo porque el contexto actual nada tiene que ver con el que había en el 2019, justo antes de que la pandemia viniera a alterar los flujos comerciales, evidenciando la necesidad de asegurar la soberanía alimentaria de cada país.

Austria tiene previsto presentar en el Consejo de Ministros un informe en esa línea en el que, según recoge Efe, argumenta que los controles alimentarios o de bienestar animal en esos países son menores que los que han de realizar los productores de los distintos países de la UE y, por tanto, los costes de producción de los agricultores y ganaderos de esos cuatro estados sudamericanos «son la mitad de los que les cuestan a los de la UE». De ahí que una de las grandes reivindicaciones de este países sea la implementación de nuevas cláusulas de salvaguardia.

El informe muestra las reticencias de Austria. Pero también Francia, Países Bajos e Irlanda las tienen. Al otro lado está España que quiere acelerar la negociación. En medio están los productores que, además de rechazar en bloque el acuerdo de Mercosur tal y como está, han pedido que de ratificarse, los alimentos o materias primas llegadas desde el otro lado del Atlántico tengan que ser sometidas, al menos, a las mismas reglas de seguridad alimentaria y bienestar animal que se exigen en Bruselas. Al eliminar en un 90 % los aranceles, en la balanza está la entrada en Europa de productos como la carne, la soja y maíz a precios más baratos, además de etanol, biodiésel, minerales o madera. Al contrario, la UE podrá enviar coches o productos químicos.

¿Cómo puede afectar eso a las explotaciones gallegas? Aunque no está llegando en estos momentos mucha carne argentina, lo que les llega indirectamente es el maíz brasileño que es utilizado en la elaboración de piensos para el ganado. Pero el temor está, como ya habían expresado en su día algunas organizaciones agrarias, en que no se apliquen los mismos criterios sanitarios o de bienestar animal en esos países del cono sur. Eso podría desencadenar una bajada de precios de la carne arrastrada por la llegada a España de un producto más barato. 

Todas esas dudas fueron las que provocaron un parón político, que no técnico, en las negociaciones para la ratificación del acuerdo. La cuestión es por qué España, con la importancia que tiene el sector primario, no tiene tantas reservas a la hora de apurar el acuerdo. Sobre todo viendo que en su día se alineó con Francia en el tema del establecimiento de cláusulas espejo a la importación de productos alimenticios de terceros países como las naranjas sudafricanas.  Al parecer, la razón está en la inversión transnacional de muchas empresas que tienen los ojos puestos en Latinoamérica y que no quieren que un acuerdo entre Mercosur y China _defendido por el Gobierno de Lacalle en Uruguay_ pueda afectarles.

Los países del bloque latinoamericano también miran de reojo la política verde de la UE. Temen que haya que aplicar en sus territorios una estricta política de protección del medio ambiente como la que ha implementado la UE en sus producciones agrícolas y cultivos. No hay que olvidar tampoco que países como Argentina o Brasil utilizan fertilizantes que no  están permitidos en la UE. De hecho, cuando el corredor marítimo entre Europa y Ucrania para exportar cereal todavía no estaba abierto se abrió la mano para poder importar grano de Sudamérica.