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¿Qué nos deparará el próximo período PAC?

Maruxa Alfonso Laya
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SOMOS AGRO

ALBERTO LÓPEZ

La Comisión Europea iniciará en otoño del próximo año las negociaciones para diseñar una nueva Política Agraria Común que tendrá tres objetivos: ayudar a la producción de alimentos, cultivar de forma que se adapte al cambio climático y reducir los gases de efecto invernadero

05 jul 2024 . Actualizado a las 11:55 h.

Puede parecer que el próximo período PAC, que debería comenzar a partir del año 2027, queda muy lejos. Pero lo cierto es que las cosas de palacio van despacio y, por eso, en la Comisión Europea empiezan a poner la vista en trazar las líneas maestras de la que, a día de hoy, sigue siendo una de sus políticas más importantes, pues en ella se invierte un tercio del presupuesto. Tras las protestas de agricultores y ganaderos que este año se registraron en toda Europa y los cambios que ello obligó a introducir en la reglamentación, podría pensarse que cuestiones como la arquitectura verde o estrategias como el Green Deal ya no serán prioritarias. Nada más lejos de la realidad. Fuentes de la Comisión tienen claro que, a mayores de producir alimentos, la PAC tiene que combatir el cambio climático y reducir los gases de efecto invernadero. «No hay un sector que se vaya a librar de eso», aseguran desde esta entidad.

Se necesitan un mínimo de dos años para negociar los aspectos principales de la Política Agraria Común Europea, así que está previsto que las reuniones de trabajo comiencen en en otoño del 2025. Los responsables de estas negociaciones tendrán que decidir si quieren seguir con el esquema actual, el que se ha puesto en marcha en este período y que ha supuesto un gran cambio, o si se apuesta por cambiar y hacer otra gran reforma. Esta última opción no parece la más probable, sobre todo después de las protestas de agricultores y ganaderos. Pero lo que sí que tiene claro la Comisión Europea es que la apuesta por el medio ambiente y la sostenibilidad no se dejarán de lado. 

La nueva PAC tiene que seguir persiguiendo el objetivo de ayudar a producir alimentos, de conseguir esa soberanía alimentaria. Pero también debe promover fórmulas de cultivo que se adapten a las necesidades del cambio climático, que está provocando ya sequías extremas en algunas zonas y eventos meteorológicos inesperados que afectan a las cosechas en otras. Y todo esto debe hacerlo apostando por una reducción de los gases de efecto invernadero, porque ese es un objetivo que deben perseguir todos los sectores económicos de la Unión Europea.

La Comisión tiene muy claro que es preciso un sistema agrícola que restaure la biodiversidad y cuide de los recursos naturales. Sobre todo, porque para producir se precisa agua, suelos saludables y biodiversidad, que está demostrado que ayuda a la mejora de los cultivos. Agricultura y cuidado del entorno deben ir de la mano. Y eso parece una máxima que Europa no está dispuesta a discutir.

Pero desde Bruselas se quiere transmitir también el mensaje de que han aprendido la lección, de que han escuchado las protestas de agricultores y ganaderos que cortaron carreteras en toda Europa durante semanas. «Podemos aprender lecciones de la actual PAC y de su primer año de aplicación», reconocen. La primera, que no se puede evaluar todo. Es necesario una simplificación de los procesos, como se ha demostrado este año con los cambios en las buenas prácticas agrícolas y medioambientales, conocidas como BCAM. Y es necesario también que las normativas sean más flexibles, porque no hay que olvidarse de que el agrícola es un sector muy afectado por las condiciones medioambientales. 

Otra de las demandas de agricultores y ganaderos es que no están satisfechos con la remuneración que perciben por su trabajo y desde la Comisión se apuesta por ayudar al ganadero a conseguir mejores precios en el mercado, algo que puede hacerse de varias formas. Incentivar las prácticas que ayuden al secuestro de carbono, que incluyan un pago a los agricultores, o ayudarles a encontrar tecnología que les premita ser más rentables parecen ser algunas de las opciones que están encima de la mesa.

 La posible ampliación de la Unión Europea, con la integración de Ucrania, es otra de las cuestiones que se deberán tener en cuenta a la hora de redactar la nueva Política Agraria Común.

Lo que está claro es que en la Comisión aseguran haber aprendido la lección y, por eso, en esta ocasión se quiere tener en cuenta la opinión de agricultores y ganaderos. Por eso hace unos meses se puso en marcha una encuesta en la que los profesionales del sector pudieron dar sus opiniones y cuyas respuestas serán muy tenidas en cuenta a la hora de diseñar la nueva PAC.