
Los propietarios actuales encontraron una utilidad económica para la Casa y sus propiedades, rescatándola de una ruina segura El pazo de Anzuxao, en Madriñán, es de las pocas casas hidalgas lalinenses que supieron recobrar su antiguo carácter agrícola, buscando en esa opción un cometido que haga posible un futuro lejos del turismo rural o de residencia de verano. Tras sufrir una profunda restauración en los setenta, fue acondicionado para vivienda permanente de sus dueños. De las cincuenta hectáreas que componían la propiedad, hoy dispone de quince que son aprovechadas para el mantenimiento de una explotación que suministra la materia prima para la fábrica Lácteos Anzuxao, S.L., que elabora y comercializa quesos de primera calidad.
14 oct 2000 . Actualizado a las 07:00 h.El edificio se aproxima al modelo o tipología de pazo de montaña, con planta en escuadra y materiales constructivos propios de la zona, con cubierta a tres aguas de teja curva, presentando en el ángulo interior de las crujías escalera de una rampa adosada, con antepecho macizo y pasamanos moldurado. Los peldaños son de cantería con la arista en bocel, y fueron repicados en 1959. Termina el tramo en un patín cubierto con piso de cantería que se une en ángulo con un corredor-solana que ocupa algo más de la mitad de esta fachada. Los elementos sustentantes de la cubierta de este espacio y los del cierre que conforman la balaustrada son de nueva fábrica. El corredor, dispuesto en voladizo, con piso de piedra, se apoya en tres grandes ménsulas o «canzorros», bajo los que se abre la puerta principal de la planta baja en cuyo dintel hay una inscripción legible sólo parcialmente alusiva al ordenante de la obra. A la izquierda de la puerta se encuentra una «pía» que perteneció al lavamanos del comedor, con una cruz de piedra sobrepuesta. Antiguamente la casa disponía de un amplio «curro» con portalón de entrada abierto en un muro de mampostería coronado de almenas. Sobre el portalón había una gruesa lápida con la inscripción AÑO / DE 1736, que podría haber pertenecido a la Casa de la Calzada, en Bendoiro. El portalón estaba coronado por una cruz de piedra flanqueada por pináculos piramidales, piezas todas ellas que podemos observar decorando, junto con otras de diversa procedencia, los cuidados jardines. La chimenea es de sillería y estética barroca, compuesta de dos cuerpos diferenciados. El primero es trapezoidal con talud hacia dentro y el segundo rectangular, de paños lisos con rehundidos, terminado en moldura en caveto con pináculos piramidales en las esquinas. Esta chimenea de cocina conserva en el interior la campana de cantería, con columna cilíndrica de sostén, además de un horno de cocer debajo de ella.