La urgencia por garantizar la seguridad alimentaria en el contexto de la guerra de Ucrania justifica la presentación de una propuesta sobre la aplicación de estas técnicas a partir del segundo semestre del 2023
17 sep 2022 . Actualizado a las 10:31 h.Garantizar la seguridad alimentaria en el mercado comunitario en el contexto de la guerra de Ucrania es lo que ha llevado a la Comisión Europea a plantearse abrir la mano a la edición genética en agricultura. Con todo, no será algo inmediato porque, como avanzó el comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski,durante la rueda de prensa posterior al Consejo informal de ministros de Agricultura celebrado en Praga, lo que se hará es presentar una propuesta sobre la aplicación de estas técnicas genéticas a partir del segundo semestre del 2023.
La idea, como recoge Europa Press, es «aumentar la producción a corto plazo en reacción a la situación de la agresión rusa contra Ucrania y la consecuencias de esta agresión», dijo Wojciechowski. A su vez el ministro de Agricultura de la República Checa y presidencia de turno de la UE, Zdenek Nekula, avanzó que «hay nuevas tecnologías, como las nuevas técnicas genómicas que podemos utilizar para hacer los cultivos más resilientes». Además justificó la aplicación de estas técnicas en el hecho de que «no hay suficientes fertilizantes y esto podría llevar a un descenso dramático de la producción agrícola en la Unión Europea. Los precios de la energía están alcanzando niveles récord, esto supone un problema para nuestros agricultores».
El comisario de Agricultura dijo que la propuesta de la Comisión «se basará en un análisis sólido y una evaluación del impacto», y pidió er cuidadosos para no poner en «riesgo la salud pública o el medio ambiente».
En un paso más el ministro checo manifestó su oposición a los organismos modificados genéticamente, o transgénicos, y abogó por una regulación común para toda Europa que tenga un acercamiento sensible con la agricultura tradicional y para obtener cultivos que sean más «resistentes al frío» y a «las sequías».
Wojciechowski añadió que la agricultura orgánica será «protegida de las potenciales consecuencias de las nuevas técnicas», y aseguró que «tendremos cuidado».
Durante la reunión de Praga, donde uno de los ejes del encuentro estuvo centrado en garantizar la seguridad alimentaria de Europa, el ministro español de Agricultura, Luis Planas, llevó una batería de objetivos de los que habló antes del encuentro. Entre otras cosas, como recoge Efe, dijo que había que dar una «respuesta coordinada, respondiendo a los incrementos de precios en cuyo origen está (el encarecimiento de) la energía y materias primas así como de los fertilizantes».
En este sentido, Planas se refirió a la necesidad «de que no se adopten medidas unilaterales, lo que acabamos de lograr en agosto con la salida de grano y oleaginosas de Ucrania a los destinos internacionales». Sobre la transparencia, destacó la importancia de la decisión adoptada por la UE de «poner en común los datos sobre los stocks de cereales, oleaginosas, de semillas y arroz».
El objetivo es evitar la especulación en los mercados, una iniciativa realizada a través del sistema de información del mercado agrícola (AMIS, en sus siglas en inglés).
El ministro también defendió la protección de la industria de fertilizantes, para que la UE sea autosuficiente en un sector que es clave para la rentabilidad del campo. «Para la agricultura y la ganadería los fertilizantes son fundamentales. Necesitamos una autonomía europea y una capacidad de producción propia», declaró el ministro a Efe a su llegada al consejo informal de Agricultura en Praga.
Planas se refirió a «una producción suficiente y a un precio razonable, porque en las tierras con dificultad de producción, los fertilizantes son claves». El ministro español y su homólogo francés, Marc Fesneau, debatieron recientemente en Madrid una «posible iniciativa» europea para impulsar la producción propia de fertilizantes.
Esta iniciativa en el sector, según Planas, tiene la misma importancia que la producción europea de semiconductores, para no depender de Asia ni de EE.UU., lo que durante la pandemia puso en jaque a la industria del motor por la falta de suministro de «chips».
Planas defendió el uso de los fertilizantes, un factor de producción que se encarece por la crisis energética y que necesita apoyo. «La producción de fertilizantes nitrogenados está íntimamente vinculada a la utilización del gas», recordó el español la razón de la espiral de precios.
Ese encarecimiento del gas natural ha provocado «que se detengan muchas fábricas de producción de amoniaco y este es uno de los elementos fundamentales» de los fertilizantes, concluyó Planas.