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O Muiño de Cuíña sacó al mercado pulpa de arándanos

Rocío Perez Ramos
RocÍo Ramos LALÍN / LA VOZ

AGRICULTURA

Rocío Ramos

La empresa lalinense ofrece el producto natural cocido y envasado y sin añadir azúcar, lo que le da mayor versatilidad

05 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos diez días que está en el mercado y ya triunfa. Hablamos de la pulpa de arándanos de la finca lalinense O Muíño de Cuíña. Su propietario, Eladio Cuíña, explica que la idea surgió de la demanda de clientes que «nos decían que era una pena que solo se pudieran degustar durante un tiempo nuestros arándanos porque estaban buenísimos». Envasar la pulpa fue la respuesta para poder disponer de estos arándanos en cualquier época del año.

Se optó por respetar al máximo el producto y «lo que envasamos es simplemente el arándano natural cocido, sin conservantes ni colorantes, y también sin azúcar, para que sea lo sano posible». Se envasan en tarros de 212 gramos, similares a los del tamaño de las mermeladas, aunque la diferencia es una fruta de un sabor único, de cultivo ecológico que se recolecta en Lalín. Lo único que lleva es agar agar como espesante.

Los tarros, explica Eladio Cuíña, «cerrados tienen una duración de conservación de dos años y abiertos tienen que guardarse en la nevera».

Considerada la fruta del siglo XXI para los nutricionistas, el arándano proporciona fibra, vitamina C, vitamina K y manganeso. En Lalín la pulpa de arándano se puede adquirir en el establecimiento Piscofino, ubicado en la Praza de Abastos y para el resto de España la venta se realiza a través de la web de la finca y el correo info@fincaomuiñodecuiña.com.

Este año y a modo de prueba, envasaron 2.300 tarros, pero dada la demanda están pensando en «aumentar la producción el año que viene si la cosecha viene buena, como ocurrió este año», explica Eladio Cuíña.

Este achaca parte del éxito de sus arándanos a las especiales condiciones de la finca que posee en Prado, un espacio natural idílico, que cuenta también con un molino tradicional de donde salen todo tipo de harinas que hacen las delicias de los consumidores y panaderos más exigentes.

A las plantas de los arándanos, explica, «le viene muy bien la pequeña pendiente en la que se encuentran, que evita que los cultivos se encharquen, las condiciones de la tierra y del clima son idóneas, y le sientan muy bien a la planta». Prueba de ellos es que «en los cultivos ecológicos los frutos suelen ser pequeños, pero los nuestros llegan a tener 23 milímetros, y que sean ecológicos y de ese tamaño no se encuentran en España», lo que los hace más especiales.

Eladio Cuíña destaca que «hay muchas asociaciones muy involucradas en el tema de la alimentación que buscan productos muy naturales y que nos llamaron muy interesados».

Al no llevar azúcar, la pulpa de arándanos, también se convierte en un producto apto para diabéticos.