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De trabajar en A Coruña a vender hortalizas en la única tienda de un pueblo de Xermade: «Gústame o contacto coa xente»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

AGRICULTURA

Sonia López, colocando productos en la tienda en la que trabaja.
Sonia López, colocando productos en la tienda en la que trabaja. ALBERTO LÓPEZ

Sonia López trabaja en Roupar y asegura que un comercio es tan importante como un banco o una farmacia

16 oct 2023 . Actualizado a las 16:59 h.

Sonia López se siente de Roupar. Nació en As Pontes, pero a los tres años se trasladó a esa parroquia de Xermade, donde ahora vive también. Trabajó como administrativa en A Coruña, pero ella prefiere su lugar de origen a una ciudad. Desde hace pocas semanas, trabaja en una tienda recién abierta en Roupar. El negocio vino a cubrir un hueco que se notaba en la zona por el cierre de un establecimiento similar, y no solo es el único comercio del pueblo sino que también tiene perfil propio.

Verduras de la zona, cosechadas por productores cercanos, reflejan la apuesta por la agricultura local. Tomates, pimientos o berenjenas son algunas de las mercancías que se pueden comprar en la tienda, igual que repollos o membrillos. Aunque el tiempo haya sido veraniego en las últimas semanas, las nabizas indican que ya ha llegado el otoño y para más adelante se esperan los grelos.

Estar detrás del mostrador es algo que agrada a Sonia López. «Gústame o contacto coa xente», dice. La presencia de productos de la zona también agrada a los clientes. «Gústalles, por suposto», comenta. Pero también les agrada tener una tienda cerca de casa, que les evita desplazarse a Vilalba o a As Pontes. «A xente está afeita a comprar aquí, sen ir lonxe», sostiene. Así las cosas, el establecimiento cumple una función social: «É algo básico e necesario, como a farmacia ou o banco». En Roupar funciona un despacho de farmacia, dependiente de la botica de Xermade, y hay también una oficina bancaria, que abre dos días a la semana.

Cuando vivía en A Coruña, ya aprovechaba los fines de semana para volver a Roupar, en donde se sentía a gusto por conocer a la gente y ser conocida por los vecinos. La sensación no ha cambiado: «Estou encantada», dice.

Cubriendo un hueco

La apertura de la tienda fue una idea de Noelia Guerreiro, que también nació en Roupar y que también siente la llamada de la tierra. «Era una necesidad que tenía el pueblo», recuerda. No dudó en centrar su atención en los productos de cercanía, aprovechando que hay agricultores a los que puede comprar. Así irá orientando la oferta a los ciclos de las cosechas, sin olvidar que de As Pontes, donde una hermana suya tiene un obrador, trae pan y repostería.

Que la tienda ha llenado un hueco es evidente. Noelia Guerreiro recuerda que Roupar, situado junto a las carreteras que van de Vilalba a As Pontes y de Viveiro a Cabreiros, tenía negocios de todo tipo. La pérdida de población y la construcción de la autovía Ferrol-Vilalba y de una variante en la carretera de Viveiro redujeron la actividad, que ella se empeña en recuperar. Oía a la gente decir, por ejemplo, que se había quedado sin abono, y se daba cuenta de un detalle: «No todo el mundo puede desplazarse», dice ahora.

Aunque no todos, sobre todo en una zona rural donde abunda la gente mayor, pueden ir en coche de un lado a otro, ella ha conseguido algo: tiene clientes de municipios como As Pontes o Muras, que no dudan en recorrer unos cuantos kilómetros para hacer la compra. Tan reciente es la apertura de la tienda que aún falta colocar un cartel. Pero esa pequeña carencia contrasta con otras medidas ya tomadas, como la incorporación de la tienda a una plataforma en la que productos muy maduros o cercanos a pasarse se venden a menor precio.