«Nosotros hacemos el pan, la mantequilla y la cerveza», los agricultores alemanes vuelven a tomar Berlín apoyados por los camioneros
AGRICULTURA
El sector del transporte se solidariza con el sector primario en la protesta con la que ponen fin a una semana de manifestaciones
16 ene 2024 . Actualizado a las 19:29 h.La semana de protestas y bloqueos de carreteras y autopistas de los agricultores alemanes por el recorte de sus subvenciones acordado por el Gobierno culminó este lunes en Berlín con una gran manifestación ante la puerta de Brandeburgo. Miles de tractores y decenas de miles de manifestantes se congregaron ante el emblemático monumento en una ciudad que amaneció con el tráfico colapsado ante las gigantescas caravanas de vehículos agrícolas que confluyeron ya de madrugada desde los cuatro puntos cardinales hacia el corazón de la capital alemana. Entre las muchas pancartas: «Nosotros hacemos el pan, la mantequilla y la cerveza».
El aluvión de vehículos obligó a la Policía ya a primeras horas de la mañana a cerrar la Avenida del 17 de Junio, la gran arteria este-oeste de 3,6 kilómetros de largo que parte de la Puerta de Brandeburgo. Simplemente no cabían más. Las calles adyacentes se vieron igualmente desbordadas por los gigantes del campo.
Unos 7.000 tractores y vehículos agrícolas y más de 30.000 personas acudieron a la convocatoria, según los organizadores. Salvo incidentes aislados, la manifestación transcurrió de manera absolutamente pacífica. La ruidosa manifestación, con bocinazos, sirenas, turutas y silbos, recibió con abucheos y gritos de «márchate» al ministro federal de Finanzas, el liberal Christian Lindner, que tuvo la osadía de dirigirse a los agricultores desde la tribuna montada para la protesta, pese a ser el guionista principal de las medidas de ahorro dictadas en todos los sectores por el tripartito que dirige el canciller federal, el socialdemócrata Olaf Scholz, ante los problemas presupuestarios del ejecutivo. Pese a que el Gobierno ha retirado la iniciativa de retirar las ayudas que eximen a los agricultores de pagar el impuesto de circulación para sus vehículos de trabajo, mantiene la decisión de eliminar paulatinamente hasta su supresión total las subvenciones al diésel agrícola.
Tras reconocer que «no puedo» retirar las medidas de ahorro acordadas, subrayar que estas afectan también a la industria e incluso al sistema social y explicar que «todos deben hacer su aportación», Lindner prometió nuevos alivios para el sector. «Cuando se acabe la subvención al diésel agrícola deben acabar también otras cargas para el campo», afirmó el ministro, quien se refirió en concreto a una clara disminución de los trámites burocráticos y se mostró dispuesto a hablar sobre toda medida encaminada a reforzar el sector. «Reflexionemos juntos a lo grande», ofreció el también líder de los liberales, que comentó la existencia de una comisión que estudia rebajar el IRPF a los empresarios agrícolas y aseguró comprender la irritación de los campesinos. Lindner dijo haber crecido entre prados y bosques y afirmó: «soy cazador».
Renunciar a los recortes
Poco antes, el presidente de la Asociación Alemana de Agricultores, Joachim Ruckwied, apeló de nuevo ante el Gobierno para que renuncie a su iniciativa de recortar las subvenciones agrícolas a cambio de acabar con las protestas y bloqueos de los campesinos. «Seguimos dispuestos al diálogo, estamos dispuestos al compromiso», afirmó el líder de los agricultores germanos, quien advirtió de que «somos una parte importante de Alemania. Por favor no lo olviden», mientras Klaus Hochrhein, jefe de la iniciativa «El campo crea conexiones», subrayó desde el púlpito que los agricultores han «tragado en los últimos años muchos sapos y culebras» y destacó que quien apuesta por la importación de productos del campo, juega con la soberanía alimenticia del país.
«No hemos hecho más que recibir palos en los últimos años», afirmó a su vez Theresa Schmidt, presidenta de las Juventudes del Campo, quien al igual que otros oradores del sector agrícola afirmó que «aquí no hay lugar para la extrema derecha» en referencia a los intentos de grupos de ultraderecha y neonazis de aprovechar las protestas campesinas para sacar beneficio político. Como última oradora antes de dar paso al titular de Finanzas y presidente del Partido Liberal (FDP), Schmidt recordó que los agricultores se ven abrumados ante el mar de trámites burocráticos, las normas y reglas que les atosigan, y sacó finalmente una tarjeta amarilla a Lindner para advertirle de que con los agricultores no se juega sucio, además de advertir de que «como esto siga así, al FDP le acabará yendo igual que al campo: con solo un 4% (de votos) no queda más remedio que cerrar».
Tras el acto final, a cuyo término comenzaron a ponerse en movimiento los miles de tractores concentrados en Berlín, los representantes de los agricultores fueron recibidos por los líderes parlamentarios de las tres formaciones del tripartito gubernamental _socialdemócratas, verdes y liberales_ para hablar sobre las cargas fiscales que afectan al sector y «la falta de seguridad de planificación y perspectivas económicas para las empresas agrícolas», según rezaba el título de la convocatoria.
Desde Baviera, el presidente del Gobierno de ese estado y líder de la Unión Socialcristiana (CSU), Markus Söder, exigió también la retirada de todos los recortes aprobados por el Ejecutivo en el sector agrícola y conversaciones directas entre Scholz y los campesinos.