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«Estamos desamparados»

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Atlas / Reuters

Gobierno y agricultores estallan contra el Ejecutivo galo por las acusaciones de competencia desleal y los ataques a transportistas

30 ene 2024 . Actualizado a las 10:37 h.

Pese al anunciado asedio de París, las carreteras bloqueadas ayer en Francia fueron muchas menos que el fin de semana. Unos 25 puntos cortados frente a los 113 registrados el viernes. Eso no impidió que los transportistas españoles y gallegos fueran directa o indirectamente diana de las protestas de los agricultores franceses, unas acciones que se han extendido también a la vecina Bélgica. Unas seis horas le llevó a un camionero gallego que se dirigía a la frontera de Irún recorrer cien kilómetros. Atravesar Francia le llevó mucho más de lo habitual, pero al menos no sufrió los ataques de los manifestantes, que hace unos días vaciaron y quemaron la carga de algunos compañeros que transportaban verdura y fruta hacia Centroeuropa.

«Estamos desamparados», denunció ayer el presidente de la Federación Galega de Transporte de Mercaderías (Fegatramer), Carlos García Cumplido, al tiempo que apelaba al derecho de los camioneros a circular por territorio de la UE: «No damos crédito a que esto esté pasando dentro de la UE, que la gendarmería mire para otro lado». Por eso, pidió al Gobierno que actúe. Mientras los agricultores franceses conducían sus tractores hacia París, donde se habían desplegado unos 15.000 agentes para evitar conflictos graves o el colapso del principal mercado de abastos de la capital francesa, el ministro de Agricultura español, Luis Planas, prudente, pero firme, replicaba a las supuestas declaraciones realizadas el domingo por el primer ministro francés, Gabriele Attal, sobre la «competencia desleal» de los productos agrícolas de otros países vecinos de la UE, entre ellos España e Italia. Al parecer, hacía referencia al modo más estricto en el que Francia aplica las normas europeas en materia de fitosanitarios, por ejemplo.

«No hay ventaja competitiva»

Con la contundencia que le caracteriza, Planas dejó claro que «no hay ninguna ventaja competitiva derivada de la aplicación de normas distintas» porque «estamos en la UE y, por tanto, las normas de producción y comercialización son parecidas en todos los países miembros. Todos las aplicamos del mismo modo. Las mismas reglas que se aplican en Francia, se aplican en Alemania, en España, en Portugal, en Italia, en Holanda y en el resto de los Estados miembros», dijo. Sobre ello también se manifestó el conselleiro do Medio Rural, José González, quien calificó las declaraciones del primer ministro de «totalmente inaceptables», al tiempo que reivindicó la calidad de los productos españoles y gallegos.

OLIVIER HOSLET | EFE

Al igual que desde todo el sector primario español, desde donde reclamaron respeto ante unas declaraciones que son «absolutamente falsas e indignantes», desde Bruselas también llegaron críticas a Francia. O al menos advertencias. Según Europa Press, la Comisión Europea envió una carta el viernes al Ejecutivo galo pidiendo explicaciones sobre los altercados en la frontera, instándole a enviar una respuesta «lo antes posible». Ayer, según fuentes comunitarias citadas por dicha agencia, avanzaron que no ven, en principio, indicios de la competencia desleal a la que aludió el primer ministro francés, Gabriel Attal.

Es probable que esos temas salgan a relucir en la reunión que el jueves mantendrá el presidente francés, Emmanuelle Macron, con la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, aunque oficialmente el encuentro es para plantearle una serie de cambios en la política agraria común (PAC). Porque tal y como demandan los agricultores franceses, lo que se plantea es un cambio en la superficie que obligatoriamente hay que dejar a barbecho (ahora un 4 %) o la entrada de productos ucranianos libres de aranceles como los huevos, los pollos o el azúcar. Por no hablar de rechazar por completo la ratificación del acuerdo con Mercosur.

Ayer, al cierre de esta edición, los bloqueos continuaban en Francia. También en algunos puntos de las carreteras belgas, donde los productores amenazan con bloquear Bruselas. Que los franceses levanten sus campamentos dependerá de las nuevas medidas que prometió ayer anunciar la portavoz del Ejecutivo tras la reunión del gabinete de crisis convocado por Macron. Pero no lo harán mientras el Ejecutivo no les ofrezca soluciones que les den confianza.

La pregunta ahora es qué pasará en España. Ayer un cerealista de la región de París acampado en la A4 recordó que «esta no es una guerra entre campesinos, nos encantaría que se nos unieran los colegas de otros países. ¡Que vengan los agricultores españoles!». Las principales organizaciones agrarias —COAG, UPA y Asaja— tienen prevista una reunión el jueves para hacer una radiografía de lo que está ocurriendo en el sector primario en España y actuar en consecuencia. Según fuentes consultadas, en Galicia, de momento, los agricultores no piensan mover ficha. Al menos hasta que no se celebren las elecciones autonómicas.