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Las protestas de los agricultores alimentan el proteccionismo en la UE

María Cedrón REDACCIÓN

AGRICULTURA

Colas de camiones procedentes de España en Francia
Colas de camiones procedentes de España en Francia LORENA SOPENA - EUROPA PRESS | EUROPAPRESS

Mientras los tractores toman Bruselas y Portugal se suma a los bloqueos de carreteras, los agricultores franceses llaman a levantarlos después de los últimos anuncios del Ejecutivo galo.  Pero dicen que «el movimiento no se detiene, se transforma»

02 feb 2024 . Actualizado a las 08:18 h.

Junto a los tractores, en las protestas que han ido brotando y creciendo en los distintos países de la UE (Alemania, Francia, Bélgica, Rumanía, Portugal, Italia...., el año pasado también en los Países Bajos) hay un protagonista presente desde el principio: la paja. Ha sido el material principal de las barricadas levantadas en las autopistas francesas donde camiones españoles han sido asaltados por agricultores que prendieron fuego a su carga. También ha sido empleada para hacer las veces de mesa o cama en los campamentos que se han ido improvisando en las carreteras de Francia o Bélgica. Y hoy, para ser esparcida delante de la barrera levantada por la policía belga junto a la sede de la Comisión Europea en Bruselas. No quieren los agricultores europeos que sus peticiones sigan el mismo camino.

Pero es que también crece el temor a que la libre circulación de mercancías entre países de la Unió acabe convertida en paja, arrasada por el  sentir proteccionista que está surgiendo en países como Francia, el principal perceptor de ayudas de la política agraria común (PAC) dada la importancia que tiene su sector primario. De hecho, desde la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) han pedido a Bruselas que intervenga para exigir a los Estados miembros que habiliten corredores seguros para que los camiones puedan circular sin tener que enfrentarse a la ira de los agricultores.

Esa rabia que llevan días exhibiendo en las carreteras se dejó sentir hoy en Bruselas, colapsada desde primera hora por los cientos de tractores que, convocados por la Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC), pero arropados también por una treintena de organizaciones de la sociedad civil, llegaron hasta la capital belga, en la que se celebra la Cumbre Extraordinaria de la UE. Sus demandas: el fin de los acuerdos de libre comercio con terceros países cuando a sus productos no se les apliquen unas cláusulas espejo que reproduzcan las mismas exigencias que la norma europea fija para los que se cultivan o crían dentro de territorio comunitario, y que se garanticen unos precios mínimos en el campo.

Desde España agricultores y ganaderos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) también se acercaron hasta Bruselas. Mañana tendrán, junto con Asaja y UPA, una reunión con el ministro de Agricultura español, Luis Planas, pero mientras tanto han querido sumarse a la gran tractorada de Bruselas, «con el fin de impulsar cambios concretos para los agricultores a las puertas de los responsables políticos europeos». Porque a su juicio, como recoge Efe, hay una gran incoherencia entre las políticas agrarias y medioambientales de la UE y las comerciales por «no exigir las mismas condiciones a las importaciones», lo que se ha convertido en «una de las principales causas del descontento de los agricultores que se ha visto a nivel nacional en las últimas semanas». En España, miles de agricultores y representantes de asociaciones agrarias de la provincia de Huelva participaban esta mañana en una manifestación en Sevilla para reclamar acceso al agua. En Galicia, pese a los grupos de whatsapp que han ido surgiendo desde el domingo invitando a la movilización el día 6, parece que, según organizaciones como Unións Agrarias, el calendario de protestas está parado por las especiales circunstancias de la comunidad, donde hay convocadas unas elecciones autonómicas el día 18. Después, ya se verá.

Porque el foco está en Bruselas. De hecho, según recoge Europa Press, el miembro del comité coordinador de ECVC Morgan Ody destacó en el discurso de apertura de la manifestación de esta mañana que los tratados de libre comercio «han empujado a los agricultores a precios que no cubren los costes de producción y políticas que favorecen a los grandes corporaciones agroalimentarias y fondos de inversión especulativos. [...] Hay que poner fin definitivamente al acuerdo UE-Mercosur, así como a todos los tratados de libre comercio vinculados a la agricultura». Desde SOS Rural han aprovechado para advertir que pronto en los supermercados españoles solo habrá producción de Marruecos. 

El clamor que llegaba desde la calle a los despachos en los que se celebraba la Cumbre Extraordinaria pronto tuvo respuesta. Tanto el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel David, como el comisario de Agricultura de la UE, Janusz Wojciechowski, aceptaron reunirse con representantes de la organización convocante (ECVC) tras la movilización para debatir las demandas del sector. No obstante, al encuentro no podrá acudir Michel por estar de baja por enfermedad. En su lugar participarán miembros de su gabinete , según han informado a Europa Press fuentes del sector.

¿Qué debatirán? Pues más allá del asunto de los tratados comerciales, es probable que algunas de las peticiones del sector agrícola como que la UE restablezca los precios de intervención y los precios mínimos para todos los productos o que se aplique la directiva sobre prácticas comerciales desleales con normas como la Ley Egalim francesa o la Ley de la Cadena Alimentaria de España. El problema es que, como han dicho los agricultores españoles muchas veces, no se está cumpliendo en muchos casos, por lo que hay que ir más allá y no dejar de estar ojo avizor.

Pero los agricultores también quieren que se garantice «un presupuesto suficiente y una distribución equitativa de las ayudas de la política agraria común para facilitar una transición justa hacia la agroecología y las prácticas sostenibles», así como que «hay que apoyar a los agricultores en esta transición minimizando la carga administrativa».

La cuestión es que más allá de lo que está sucediendo en Bruselas, de la oleada de protestas a unos meses de las elecciones europeas, está despertando un amplio sentir proteccionista que parece alejarse de la política de libre comercio entre países miembros que dictan los tratados de la UE. Después de los asaltos a camiones españoles cargados con frutas u hortalizas registrados la semana pasada en las fronteras entre España y Francia, uno de los ejemplos más claros de ese sentimiento fueron las declaraciones realizadas hace unos días por el primer ministro galo, el socioliberal Gabrielle Attal, en las que acusaba a países vecinos de hacer «competencia desleal» a las producciones francesas.

A priori, sin leer la letra pequeña, sus palabras suscitaron duras críticas tanto desde el sector agrícola español como desde el Ministerio de Agricultura. Su responsable, Luis Planas, recordó entonces que «no hay desventaja porque las normas son iguales para todos». Con todo, los agricultores franceses se quejan de la «sobretransposición» de la normativa europea que ha hecho su Gobierno, algo que les resta competitividad en relación a sus vecinos de la UE que no son tan estrictos a la hora de adaptar a sus legislaciones las directivas comunitarias.

Pero lo que realmente ha enfadado al sector y ha hecho saltar la protesta agrícola al ruedo político español son las declaraciones realizadas el miércoles por la exministra socialista francesa de Ecología, Ségonèle Royal, en una entrevista a un canal francés en las que decía que los tomates ecológicos españoles con «falsos e incomibles». Desde asociaciones como Intereco, donde entre otras entidades de control y certificación de agricultura ecológica está también el Craega gallego, han instado al Ministerio de Agricultura a defender al sector productivo español después de las «inaceptables» declaraciones de la exministra. Y mientras, el PP también se ha lanzado a criticar la «pasividad preocupante» del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante los ataques que están sufriendo los agricultores españoles. Desde el Ejecutivo español, tanto el Ministerio de Agricultura como la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, han reaccionado. Desde el departamento que dirige Luis Planas han respondido con contundencia: «España es uno de los principales productores ecológicos de Europa, con unos alimentos reconocidos en los mercados internacionales por su calidad. Somos un país referencia». Al mismo tiempo añaden que la producción ecológica española cumple «al igual que las del resto de los países comunitarios, con la normativa europea que es de aplicación directa en todos los Estados miembros de la UE y, por tanto, los requisitos de producción y de control de este tipo de normativas son iguales en todos». Poco antes, Teresa Ribera, había replicado a la exministra francesa calificando sus palabras de «impropias» de personas que «están o han estado al frente de las instituciones, o han tenido responsabilidades de gobierno».

Pero también hubo reacción desde el Gobierno francés, que se desmarcó totalmente de las declaraciones de la exministra, alegando que es una persona que no tiene responsabilidad política alguna y que, por tanto, no representa la opinión del Ejecutivo. En este sentido, fuentes diplomáticas galas consultadas por Europa Press han afirmado que las declaraciones que pueda pronunciar Royal no son «vinculantes» para el Gobierno, si bien respetan su «libertad de expresión».

Lo que está claro es que el Gobierno francés va a hacer todo lo que pueda para frenar la crisis agrícola. Más de un 80% de los galos están del lado de su sector primario, uno de los que más peso tienen dentro de la UE, algo que el Ejecutivo sabe perfectamente. Esta misma mañana el primer ministro, Gabriele Attal, ha anunciado nuevas medidas, acompañado del ministro de Economía, Bruno Le Maire. Además de una nueva partida de ayudas sociales para los criadores de unos 150 millones de euros, Francia reforzará inspecciones en las grandes cadenas de supermercados, «sin excepción» para comprobar que se cumple la Ley Egalim. Pero también establecerá una cláusula de salvaguarda mediante la que quedará prohibida la importación de frutas y verduras producidas con el pesticida tiacloprid, prohibido en la UE desde abril del 2020.   

En la agenda del Ejecutivo, según Le Figaro, está realizar unos 10.000 controles para comprobar el origen francés de los productos que se ofertan con sanciones de hasta un 10 % de su volumen de negocio para aquellos que incumplan la norma: «Un producto que lleve una etiqueta de origen francés o una bandera tricolor debe ser verdaderamente de origen francés». La idea es que estén bien identificados. 

La reacción de las principales organizaciones agrarias francesas no se hizo esperar. A primera hora de la tarde comparecieron la FNSEA y Jóvenes Agricultores, que llamaron a levantar los bloqueos, pero no a acabar con las movilizaciones. Según Le Figaro, después de un minuto de silencio por la muerte de la agricultora y su hija en los primeros días de las protestas, el presidente de la primera organización,  Arnaud Rousseau,  dijo que «el movimiento no se detiene, se transforma». Al mismo tiempo anunció que habrá nuevas movilizaciones en caso de que los anuncios realizados por el primer ministro no se concreten en 15 días. Pero frente a las buenas palabras con el Ejecutivo galo, denunció «la sordera» de Bruselas a la que acusó de ser muy tecnócrata. ««Europa es nuestro porvenir pero las políticas agrícolas de la UE tanto en lo que respecta a los recursos como a su visión para el futuro, no respetan la dignidad del oficio de los agricultores «que tienen la noble función de alimentarnos», dijo.

Pero el bloqueo de fronteras en Francia a productos de otros países de la UE parece estar teniendo un efecto contagio. Porque las medidas que han ido lanzando desde la Comisión Europea, el Gobierno francés o ayer mismo el Ejecutivo portugués no han logrado parar a los agricultores. Eso que esta tarde desde Bruselas han avanzado que en las próximas semanas , además de replantearse la superficie a barbecho obligatoria para cobrar ayudas este año, la Comisión Europea (CE) tiene previsto presentar una propuesta destinada a reducir la carga administrativa de los agricultores, como piden.

En Portugal, decenas de tractores colapsaban desde primera hora de esta mañana carreteras en la zona de Guarda, Beja y Elvas, en las frontera con Badajoz. Según el diario portugués Publico, los organizadores de estas protestas anunciadas un día antes por el Movimiento Civil de Agricultores explicaban que la promesa realizada el día antes por los responsabels de Agricultura, Medio Ambiente y Finanzas les deja «muchas dudas». «Hasta que no estemos seguros no nos desmovilizaremos», proclamaban. ¿Por qué? Porque el Gobierno luso ha estado dando muchas vueltas con ellos: «Primero consideró excesivo el 35% de apoyo a la producción ecológica, ahora aporta 500 millones».