El proyecto PlasmoWine ayuda al viticultor a decidir cuándo aplicar fitosanitarios
04 nov 2024 . Actualizado a las 09:26 h.Los viticultores gallegos tienen una nueva herramienta para combatir una de sus peores pesadillas: el mildiu. El Grupo Operativo PlasmoWine, que cuenta con la participación de la Universidad de Vigo, acaba de presentar una nueva herramienta destinada a mejorar la efectividad en la aplicación de tratamientos contra esta enfermedad. Esta iniciativa, en cuyo desarrollo llevan trabajando desde el 2022, tiene como objetivo optimizar la aplicación de los fungicidas en el momento preciso para lograr los mejores resultados. Se trata de un sistema pensado para apoyar la toma de decisiones de los agricultores.
El proyecto, financiado a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) con apoyo de la Xunta y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cuenta con un presupuesto de 179.999 euros. Además del Laboratorio de Aerobioloxía do Grupo de Planta, Solo e Aproveitamento de Subprodutos de la UVigo, colaboran en la iniciativa la Fundación Feuga, la empresa tecnológica Monet Viticultura, la Adega Viña Costeira y la Estación Fitopatológica del Areeiro, de la Diputación de Pontevedra. El evento final de clausura del proyecto se celebró en el Pazo de Toubes (Ourense), donde los participantes en el proceso de desarrollo presentaron los resultados obtenidos hasta ahora y se desarrolló una visita demostrativa.
La nueva herramienta diseñada por el grupo PlasmoWine aborda el control del mildiu, una de las enfermedades más temidas por los viticultores que, según explicaron los miembros del equipo, compromete seriamente tanto la calidad como la cantidad. Este hongo afecta especialmente a la producción de los vinos en regiones húmedas, especialmente en toda la zona del noroeste peninsular. Galicia es un territorio especialmente afectado. Aquí conviven cinco denominaciones de origen vitivinícolas certificadas: Rías Baixas, Valdeorras, Ribeiro, Ribeira Sacra y Monterrei que se reparten una superficie de viñedo que supera las treinta mil hectáreas.
El sistema desarrollado por PlasmoWine permite predecir el riesgo de infección del mildiu basándose en varios parámetros. Uno esencial es el recuento de esporas fúngicas, pero no lo es menos el de los datos meteorológicos, máxime teniendo en cuenta las variaciones que se están produciendo en los últimos años. Estos cambios atmosféricos están provocando modificaciones en el desarrollo de los ciclos vegetativos de la vid. Además de esos dos factores, el sistema también recopila datos de las condiciones agronómicas y el estado del cultivo.
Con toda esta información y a través de modelos matemáticos es posible, según explican los investigadores, determinar el momento más adecuado para aplicar los tratamientos. Además de conseguir una mayor eficacia, la nueva herramienta diseñada por este grupo investigador aporta beneficios adicionales. Uno de ellos es reducir el número de aplicaciones. En muchas ocasiones, el viticultor opta por tratar con los fungicidas en épocas determinadas y por costumbre, aún no existiendo posibilidad de que se produzca la infestación porque no se dan las condiciones favorables para que la enfermedad aparezca. Eso genera un sobrecoste innecesario a su explotación. La aplicación del nuevo sistema desarrollado por PlasmoWine evita ese gasto inútil y, por tanto, mejora la rentabilidad final del viñedo.
A ello hay que sumar el beneficio que supone para el medio ambiente la eliminación de aplicaciones no necesarias. Se reduce considerablemente la cantidad de fungicida que queda en la naturaleza y también el riesgo de que el patógeno acabe haciéndose resistente al producto que se usa para combatirlo. Los participantes en la iniciativa resumen los beneficios del nuevo sistema apuntando que, al tiempo que se reduce la huella de carbono y se protege el medio y la salud humana, se aumenta la calidad de las producciones
Tres años visitando cada semana los viñedos para recopilar datos
El grupo operativo PlasmoWine está formado por un equipo multidisciplinar en el que participan especialistas en viticultura, botánica, fitopatología, aerobiología, modelización estadística y tecnologías aplicadas al sector primario. La Universidad de Vigo, a través de su laboratorio de Aerobiología, ha jugado un papel destacado en el proyecto.
Liderado por el investigador Francisco Javier Rodríguez Rajo e integrado por otros especialistas como María Fernández, Lucía Carrera y Aarón Novoa, el equipo ha proporcionado datos fitopatológicos que son fundamentales para evaluar las enfermedades que afectan a la vid. Durante los tres años de duración de PlasmoWine, el equipo visitó semanalmente los viñedos para monitorizar las diferentes fases de crecimiento de la vid, recoger muestras y realizar el recuento de esporas del hongo Plasmopara vitícola, responsable del mildiu. Los cambios en las condiciones climáticas están provocando un adelanto en el desarrollo de la enfermedad y en su durabilidad. Durante la última temporada otoño-invierno hubo en Galicia temperaturas elevadas y tiempo húmedo que, junto a la escasas heladas, son condiciones óptimas para el desarrollo de las esporas del mildiu. Un sistema de captación instalado en una parcela experimental de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro dio el primer aviso fitopatológico tras medir una alta concentración de esas esporas el 21 de febrero de 2024. Supuso un mes de antelación con respecto a lo habitual. Los datos obtenidos en esos controles semanales del proyecto se remitieron al momento a las empresas participantes junto a un informe de evolución, lo que permitió aplicar los fitosanitarios y evitar pérdidas de cosecha.