La escasa cosecha de grelo amenaza la oferta disponible para el cocido del Carnaval

Marta Vázquez Rouco tiene dos fincas dedicadas al cultivo de nabo en Vilalba porque, como dice, «na miña familia sempre os plantaron para a casa porque despois das patacas van os nabos». Pero hace unos años esta agricultora de 43 años, miembro de la asociación A Estruga, comenzó a comercializar las nabizas que dan primero los nabos y los grelos que dan después en el puesto que el colectivo tiene en el mercado de Vilalba y también, de vez en cuando, a alguna que otra tienda del entorno. La idea es producir para comercializar en el kilómetro cero, pero el año pasado recibió un pedido de más lejos: «Era unha parella que dicía que os grelos escaseaban pola súa zona e veu mercalos a Vilalba».

La pasada cosecha no fue buena para el grelo. La producción en Galicia, donde en el 2023 dentro de la IXP Grelo de Galicia se habían plantado solo unas 55 hectáreas de las 677 que están inscritas, se quedó en mínimos a las puertas del Carnaval y parece que la del 2024 no va a ser mucho mejor. «A oferta non vai chegar para cubrir a demanda», calculan algunos productores del norte de la comunidad. Y Marta, que de momento tiene verdura, advierte de que «a xente de momento non se está apurando moito a mercar, pero pode que cando chegue o Carnaval xa non haxa produto». Una opción que sugiere para que no falte este ingrediente fundamental del cocido es comprar y congelar «porque non varía tanto o sabor».

Aunque como es habitual, la percepción de la producción varía tanto como la climatología que afecta a cada zona de Galicia. En O Salnés, Caldas, Guntín, Láncara, O Corgo.... «anda moi pobre», como dicen desde la cooperativa Horsal. Y no es diferente lo que ocurre en áreas de alta tradición en el cultivo de esta verdura como el Val do Xestoso: «A colleita é bastanta mala. Aféctalles o fungo e tamén o cambio de temperaturas que houbo non axuda. A climatoloxía cambiante non vai axudar porque o grelo quere frío, xeadas....», dice Javier Vila, desde la cooperativa que lleva el nombre de ese valle del concello de Monfero.

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Las conservas

En el otro extremo de la comunidad, en O Rosal, desde la cooperativa A Rosaleira, donde se envasan grelos de la IXP recogidos en Xinzo de Limia, Silleda, O Rosal, Goián o Tomiño, dicen que ellos trabajaron todo octubre y noviembre, «únicamente paramos uns 15 días en xaneiro, pero agora xa volvimos traballar normal». De ahí que recurrir a las conservas es otra alternativa a tener en cuenta en caso de que en Carnaval no haya grelos en el campo.

Pero también es verdad que el nabo es un cultivo que recupera bien. En la parroquia de Noche, en Vilalba, donde tiene Marta una de sus fincas, «aínda que ao primeiro sairon moi raros, despois foron medrando e agora aínda se van apañando. Algúns van máis adiantados e xa son grelos, outros aínda son nabizas. Neste momento estou xuntadoos. Onde hai menos é na outra finca porque antes había prantado trigo e sairon moitas espigas polo medio. Con todo, aínda non hai queixa», cuenta mientras recoge unos manojos.

Pero más allá de factores climatológicos o fitosanitarios, la jubilación de productores es otro factor que pone en peligro la producción de nabiza y grelo en Galicia. «En Santiago tiñamos produtores, pero xubiláronse», dicen desde A Rosaleira. Y no escapan a ese fenómeno en la zona de Vilalba, como explican desde A Estruga. «A xente vaise facendo maior e non hai relevo», dice Marta.

Eso se refleja también en la merma de superficie plantada con nabos, al menos con los que están bajo el amparo de la IXP Grelo de Galicia. En el 2020, por ejemplo, se plantaron 122 hectáreas y se produjeron 290.954 kilos de grelo; en el 2023 las 55 hectáreas cultivadas dentro de la IXP produjeron tanto solo 11.390 kilos. Algunas fuentes apuntan que, al menos por ahora, todo parece que este año la cantidad será semejante. Después están todos los grelos que se cultivan y recogen fuera de la IXP. Pero aún queda temporada y con el grelo nunca se sabe.

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