¿Cómo lograr sacar mayor rentabilidad a las setas que nacen en mi monte?

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

FORESTAL

Setas en el entorno del embalse de San Xoán (Guitiriz)
Setas en el entorno del embalse de San Xoán (Guitiriz) SUSO PENA

Una comunidad de montes de Guitiriz lo ha logrado. De hecho, está inscrita en el Craega

07 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Una comunidad de montes inscrita en el Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega)? No es una hipótesis sino una realidad: la de As Negradas (Guitiriz) es operador certificado para la comercialización de setas. En realidad, los que recogen setas son comuneros, unos seis o siete de modo habitual, que luego venden por separado lo que han recogido.

La comunidad paga la cuota del Craega; pero no interviene en nada más, como explica el presidente, Manuel Vázquez. Boletus y lengua de vaca son dos de las que abundan en esa parroquia guitiricense. Tomando como referencia comentarios de comuneros, el kilo de boletus, dice Vázquez, se ha pagado este otoño a siete o a ocho euros. Lograr ingresos con una materia prima que abunda es algo que las comunidades de montes ven como una hipótesis interesante, aunque sin medidas concretas más allá de que algunos las recojan por separado y las vendan. La Lei de Montes además respalda a esas entidades, pues establece que los frutos del monte son del dueño.

En el área recreativa y en todo el entorno del embalse de San Xoán (Guitiriz) abundan las setas. El terreno pertenece a la comunidad de montes de Lagostelle, que hasta ahora no pone reparos a que personas ajenas practiquen en la zona su afición micológica. Tomar alguna medida que busque alguna rentabilidad para las setas, así como para las castañas, puede llegar en un futuro no muy lejano; sin embargo, cualquier decisión deberá ser acordada por la asamblea, como recordó el presidente, Francisco Roca.

Roberto García, presidente de la comunidad de montes de Lousada y alcalde de Xermade, parte de un punto de vista favorable: «Hai materia prima, aínda que este outono algo menos, e hai saída». El horizonte ideal estaría, según García, en lograr en la zona algún tipo de envasado y de comercialización.

En la comunidad de Labrada (Abadín), también hay socios que recogen setas para venderlas por su cuenta. Poco a poco se extiende su uso en la cocina, aunque la presidenta de los comuneros, Henar Román, matiza: «Na cultura de antes as setas non eran comestibles», recuerda. En Labrada se ha logrado reducir la presencia de intrusos recogiendo setas en terreno de la comunidad.