Desde la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental detallan los peligros de este insecto
20 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla) ha advertido de que la oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), un peligroso insecto que el año pasado adelantó su llegada, podría aparecer con los primeros atisbos de primavera «con más fuerza que nunca».
Según indica Anecpla en un comunicado, las causas de este incremento son la suspensión, provocada por la pandemia, de los tratamientos que otros años se llevaban a cabo contra esta plaga y las restricciones en el uso de productos biocidas que han quedado reducidos a la endoterapia como único tratamiento posible.
Según Milagros Fernández de Lezeta, directora general de Anecpla, «la endoterapia es una técnica de control de la procesionaria del pino que, si bien es muy efectiva y respetuosa con el medioambiente, su coste constituye un factor limitante para el tratamiento de grandes masas arbóreas».
El peligro de la oruga procesionaria radica en los más de 500.000 filamentos, llamados «tricomas», que posee cada individuo y que funcionan a modo de dardos envenenados cuando el insecto se siente amenazado, pudiendo provocar dermatitis, lesiones oculares, urticarias y reacciones alérgicas.
Anecpla hace especial énfasis en el peligro que este insecto supone para los perros, ya que les puede ocasionar hasta la muerte si lo ingieren y además el contacto con los tricomas puede provocarles inflamación del hocico y la cabeza, picores intensos en las partes afectadas y abundante salivación. Con el objetivo de evitar los problemas que conlleva sufrir una plaga de procesionaria cada año, Anecpla ha recomendado «sistematizar los tratamientos de control y prevención de esta especie» y ha destacado la «importancia de que sea una empresa de gestión de plagas quien lleve a cabo este servicio de forma profesional».