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El plan de negocio de Altri para Galicia incluye proveer al potente textil luso

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

FORESTAL

VÍTOR MEJUTO

La planta gallega abastecerá el 3 % del mercado mundial de fibras sostenibles

02 ago 2023 . Actualizado a las 20:03 h.

Con el precio de las materias primas como el algodón o la seda por las nubes, convertir la madera de los montes gallegos (mezclada con toneladas de prendas de desecho) en fibras textiles con las que crear nuevos tejidos para todo tipo de prendas parece una buena iniciativa de industria sostenible, pero además los números dicen que puede llegar a ser un buen negocio.

Así lo cuenta a sus inversores el grupo portugués Altri, socio industrial del consorcio gallego Impulsa Galicia, integrado por la Xunta, Abanca, Reganosa y Sogama, constituido para sacar adelante una innovadora unidad productiva de fibras textiles sostenibles. El proyecto opta a los fondos europeos Next Generation.

La compañía, que cotiza en bolsa, comunicó este pasado viernes a la Comissão do Mercado de Valores Mobiliários (la CNMV lusa) la firma del memorando de entendimiento (o MOU, por sus siglas en inglés: Memorandum of Understanding) para la constitución del consorcio en el que participará en calidad de socio industrial para sacar adelante un proyecto que requerirá una inversión de 800 millones de euros y al que pone fecha de arranque en el segundo semestre del 2022. 

El plan de negocio de Altri, la segunda mayor empresa de su sector en Portugal, por detrás de Navigator, garantiza a sus socios la rentabilidad del proyecto, porque hay mercado. Entre sus potenciales clientes, la compañía cuenta con incorporar al potente sector textil luso como pieza fuerte del Clúster Têxtil do Norte da Península Ibérica, en el que está incluido la industria gallega de la moda. Y no es poca cosa, ya que Portugal factura casi 1.000 millones anuales como proveedor del textil gallego, dominado por Inditex.

Fuentes del proyecto explican que Galicia aspira a concentrar con su fábrica un 3 % de la producción mundial de fibras textiles sostenibles. Es el equivalente a poner en el mercado anualmente 200.000 toneladas de material, como está previsto en el acuerdo.

 Buscando ubicación

Los plazos de ejecución y puesta en funcionamiento de la fábrica dependerán de la tramitación del proyecto. Respecto al emplazamiento, todavía en el aire, estas fuentes explican que se decidirá en función de criterios técnicos y teniendo en cuenta una serie de condicionantes operativos, entre los que, como es lógico, primará la facilidad de acceso al recurso forestal y a la disponibilidad de suelo.

Las mismas fuentes cuentan que el proyecto de Altri fue valorado en un proceso de concurrencia competitiva junto a las propuestas de otras cuatro grandes compañías. Y lo que decantó la balanza en favor del grupo portugués fue su mayor oferta de inversión y su menor petición de garantías.

Pero, ¿quién es Altri? La compañía lusa, constituida en el año 2005, está considerada ya una productora líder europea de pulpa de eucalipto. Además de la fabricación de celulosa, el grupo también está presente en el sector de las energías renovables de origen forestal, concretamente en la cogeneración industrial a través de biomasa.

Su estrategia forestal se basa en el pleno aprovechamiento de todos los componentes que pone a su disposición el bosque: pulpa, licor negro y residuos forestales. Actualmente, gestiona alrededor de 83.500 hectáreas de bosque en Portugal; y su negocio también está presente en el monte gallego adquiriendo eucalipto a través de su filial Celbi.

Cerró el 2020 con 615 millones de euros de negocio y un beneficio de 34,98 millones de euros, un 65,3 % menos que el año anterior, caída que el grupo atribuye al impacto de la pandemia.

 Mercado creciente

Con esta innovadora propuesta industrial que abandera, y que opta a los fondos europeos Next Generation, Galicia aspira a convertirse en uno de los líderes mundiales en la producción de viscosas, las fibras de celulosa más populares en el mercado junto con las denominadas modal y lyocell, que se producen a partir de distintos tipos de procesos.

Su confianza en el éxito se basa en la tecnología industrial que conlleva el proyecto. «Los procesos de extracción son cada vez más sostenibles, por lo que son una alternativa más limpia a otras fibras sintéticas derivadas del petróleo y también al algodón», explican los impulsores.

El mercado de este tipo de tejidos ya está alcanzando un volumen considerable: Se producen 5,6 millones de toneladas de fibra de viscosa discontinua al año, concentrándose el 62 % del mercado global en Asia, fundamentalmente en China y la India.

Vuelco en la industria de la moda: adiós a la «fast fhasion»

El proyecto de producción de fibras textiles a partir de recursos forestales y de toneladas de restos de artículos confeccionados que aspira a instalarse en Galicia llega en un momento de revisión del proceso de producción de moda, hasta ahora marcado por la fast fhasion o consumo rápido y por la acumulación de desperdicios textiles sin acceso a la reutilización .

 Grandes grupos como Inditex, Mango, El Corte Inglés y H&M están poniendo en marcha proyectos de colaboración con instituciones destinadas a la recogida de ropa usada. Este pasado abril, el Consejo Intertextil Español (CIE), la Confederación ModaEspaña y la Federación de Industrias del Calzado Español (Fice), de la mano de Deloitte, dieron comienzo a un plan de transformación del sector, buscando recaudar 11.000 millones de euros de la Unión Europea. El proyecto tiene como objetivo central el desarrollo sostenible de la industria, y representa a más de 400 empresas nacionales e internacionales.

Pero lo cierto es que, por ahora, el reciclaje en España se queda corto y en Galicia mucho más. Se estima que unas 990.000 toneladas de textiles van a parar a vertederos cada año, según ha revelado el último análisis anual de recogida de ropa usada en España de Modare. El país solo recoge, en media, el 12,16 % de los residuos textiles que genera al año; y Galicia, un 10,25 %.

Estos resultados llegan meses después del anuncio de la Unión Europea de una legislación que, a partir del 1 de enero del 2025, dictará que la industria textil española está obligada a implementar la recogida selectiva de sus residuos, incluso después de su uso. Con esta normativa vigente, las empresas serían responsables de su producto más allá de su venta y consumo.

La nueva Ley de Residuos comenzó este 2021 con la prohibición de la destrucción de excedentes no vendidos, y seguirá en el 2022 con la obligación de recoger los residuos postconsumo, a través de puntos de recogida en tienda u otras vías. El tercer paso será el de mayor esfuerzo: se deberán establecer objetivos de reutilización y reciclaje de los desechos recaudados.