El carballo de Conxo, en Santiago, se queda a las puertas del título de Árbol Europeo del Año

La Voz

FORESTAL

XOAN A. SOLER

Pese a lograr 168.234 votos, el roble polaco le ganó la partida

23 mar 2022 . Actualizado a las 23:21 h.

No pudo ser. El carballo de Conxo no ha logrado el título de Árbol Europeo del Año, por el que pugnó duramente con el roble Dunin, de Polonia, que finalmente se hizo con el triunfo con 179.317 votos en la edición con más participación. El ejemplar compostelano se quedó a 11.083 votos, aunque sus 168.234 apoyos dan muestra del duro pulso que mantuvo con el roble polaco desde el principio del certamen. En cualquier caso, esa pugna convirtió la de este año en la edición más participativa de su historia, con 769.121 votos contabilizados.

Los emitidos fueron más, pero la organización decidió excluir al aspirante ruso del concurso después de la invasión de Ucrania. En ese momento —la votación se celebró durante todo febrero, aunque los resultados no se hicieron públicos hasta ayer—, su candidato le disputaba el tercer puesto a Portugal. Cuando dejaron de hacerse públicos los resultados (en la última semana no se divulgan), ejemplar luso ya ocupaba la tercera plaza con la que se hizo finalmente ayer. Su alcornoque logró 70.563 votos, a gran distancia, no obstante, de los robles de Conxo (un ejemplar de más de 250 años) y Dunin (de 400), que concentraron más del 45 % de los votos contabilizados.

«Un patrimonio extraordinario»

Los tres recibieron ayer los diplomas que acreditan su posición en un acto en Bruselas retransmitido por Yutoube y Facebook y en la que por Santiago recogió el premio el alcalde del municipio oscense de Aínsa, Enrique Pueyo, presente en la ceremonia, donde la alcaldesa de Lecina, una población próxima a la suya, recogió también el primer premio del pasado año. La carrasca milenaria de Lecina se hizo entonces con el título europeo con 104.264, todo un récord también, después de que el ganador de la edición del 2020, un árbol checo, se llevase el premio con 47.226.

El alcalde compostelano, Xosé Sánchez Bugallo, que siguió la gala desde el Auditorio de Galicia, no negó que le hubiese gustado coronar esta campaña con el triunfo total, pero apuntó que O avó, así se denomina al carballo de Conxo, «é un patrimonio extraordinario, igual que todo o bosque do Banquete de Conxo, un patrimonio natural extraordinario que temos no casco urbano». O avó se queda, en cualquier caso, con el título de Árbol del Año en España, que se dirimió a finales del 2021 y que es el que da el pase a la fase europea.

El Concello organizó un pequeño acto ayer en el Auditorio para reconocer públicamente a cerca del centenar de entidades, asociaciones, colegios, empresas y organizaciones que participaron activamente en la campaña compostelana. El alcalde estuvo acompañado por Susana Domínguez, de Bosques sin Fronteras, la organizadora de la fase nacional del concurso, y tras conocer el resultado se mostró agradecido, orgulloso y satisfecho con el amplio respaldo popular en Galicia y España: «Nunca pasou que ninguén perdera con ese número votos».

La ciudad ganará 100.000 árboles más

El segundo puesto no es, ni mucho menos, un fracaso para la ciudad. Santiago ganó medioambientalmente desde el momento en que se lanzó la campaña para apoyar a O avó en la competición europea que promueve la Environmental Partnership Association (EPA), una agrupación de seis fundaciones de Bulgaria, República checa, Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia que apoyan proyectos enfocados a la protección del medio ambiente y la movilización de las comunidades locales.

La campaña europea iba vinculada al compromiso de plantar un árbol por cada voto. En principio, el compromiso iba asociado a la consecución de cien mil votos, los que el Ayuntamiento consideraba necesarios para hacerse con el triunfo, aunque la edición de este año superó de forma más que significativa cualquier registro anterior. Y esos cien mil árboles son los que mantiene el Ayuntamiento, consciente de que incluso le costará hacerse con localizaciones para todos, aunque esa tampoco es tarea para un año. De hecho, ya desde un principio se dijo que ese reto tiene como horizonte el 2030. De momento, desde el arranque de la campaña, se han plantado ya, con la colaboración de varias entidades, unos 15.000 árboles.

Según el Ayuntamiento, el carballo del Banquete de Conxo es el símbolo ahora mismo de la importancia del medio, de la calidad de vida, de las zonas verdes y de la sostenibilidad, además de «poñer en valor o impresionante patrimonio natural que atesouramos».